20 de noviembre de 2021
¿Cómo afectó el EL COVID-19 al mundo de los deportes?
Por: Juanita Rojas Navarro
El mundo en general se ha visto seriamente afectado por la llegada del COVID-19, en efecto, el deporte es uno de ellos, impactando en el rendimiento de los deportistas al tener que confinarse como el resto de la población y recurrir a la suspensión de la actividad física por un tiempo prolongado. Esto ha llevado a que muchos se reinventaran incluso en otras profesiones o en sus recursos, buscando implementar nuevos métodos de entrenamiento, así como rutinas sistematizadas con cargas graduales que lograran equilibrar su estado físico. De igual forma, las grandes ligas y los eventos deportivos en general se vieron obligados a cancelar o aplazar su desarrollo a la espera de la evolución de la pandemia por coronavirus, sumado a la crisis económica mundial que llevo a muchas compañías a revaluar cualquier tipo de inversión, en especial las de tipo publicitario y patrocinios.
El impacto a las rutinas deportivas
Las medidas como el distanciamiento social, la imposibilidad de acudir a lugares públicos, la dificultad para compartir con compañeros y/o familiares, y peor aún la expectativa de no tener una fecha clara para poder continuar con la rutina habitual, implicó para los deportistas un desentrenamiento prolongado de varios meses, acompañada de la suspensión de la actividad deportiva y el confinamiento. En consecuencia, haciendo que perdieran sus rutinas sistematizadas y que tuvieran un estilo de vida más sedentario y solitario con los perjuicios físicos, psicológicos y de salud que ello implica. De hecho, muchos de los exámenes que fueron aplicados a aquellos deportistas que contrajeron el virus, demuestran la presencia de alteraciones respiratorias, osteo-articulares, metabólicas, endócrinas del sistema inmune, peso y presencia de inflamación cardiaca, siendo esta última una de las consecuencias más riesgosas que dejó el virus, ya que este provoca la inflamación de diversos órganos, en especial el corazón.
Por otra parte, entre los muchos retos que trajo consigo esta coyuntura, se destacan los nuevos hábitos alimenticios de los deportistas, los cuales, como es de esperarse, afectaban su condición física, así como las destrezas y habilidades ya adquiridas. Así pues, al no contar con rutinas tan constantes debieron hacer ajustes en las mismas; no obstante, en muchos de los casos, no es posible satisfacer el requerimiento para cada tipo de entrenamiento sin dejar a un lado la misma importancia del aspecto mental, para lo cual deben estar capacitados para prevenir todo tipo de pensamientos negativos y falta de motivación, ya que estos pueden ser suficientes para arruinar toda una preparación física de años. Por tal motivo, es costumbre contar con psicólogos deportivos en los equipos, donde estos profesionales se encargan de evaluar constantemente el estado de salud mental de los atletas, y asimismo los ayudan a superar frustraciones o momentos de desasosiego y de tensión.
Una vez superada esta etapa se debe retomar la actividad de forma paulatina escuchando y acompañando al deportista para superar esta situación y también se debe establecer diferentes planes de re entrenamiento y acompañamiento físico y psicológico, siempre bajo estrictas condiciones de bio-seguridad de forma tal que les sea posible adaptarse al aumento gradual de las cargas de entrenamiento y así evitar complicaciones las cuales deben ser evaluadas por médicos y preparadores físicos, fisioterapeutas, nutricionistas y psicólogos especializados. Si bien, a lo largo de la contingencia, el mundo ha sido testigo de nuevos jóvenes talentos, aun así, continuará la incertidumbre respecto de si se volverá a los viejos hábitos de la antigua “normalidad”, o si la pandemia dará lugar a una nueva etapa con nuevos estilos de vida que definirán el futuro en el deporte.
¿Cuánto le cuesta al deporte el COVID-19?
Debido al cese de las actividades deportivas, las grandes ligas del mundo se vieron obligadas a detenerse, alejando a los espectadores a las comisiones de los patrocinadores y del acompañamiento para todos los deportes, así como de los torneos y competiciones deportivas principales del planeta. A modo de ejemplo ilustrativo, tenemos la suspensión de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Los Juegos Olímpicos mueven a muchas audiencias y suponen una generación de dinero muy significativo a través de la publicidad y de las distintas estrategias o técnicas de marketing de marcas y patrocinadores. No obstante, este cambio de fecha hizo que varios patrocinadores no los apoyaran, razón por la que los Juegos Olímpicos pasaron a costar aproximadamente 2.700 millones de dólares más de lo previsto, de los cuales 1.800 millones fueron invertidos en gatos de desplazamiento, y el restante en medidas de bio-seguridad.
El Comité Olímpico Internacional (COI) informó que no permitió el acceso de espectadores a los eventos que se organizaron en Japón; de hecho, y según los constatan las estimaciones del Instituto de Investigación Nomura (NRI), la celebración de los Juegos Olímpicos sin la presencia del público dejaría de generar ingresos de 18,100 millones de dólares, lo que equivale a 1,600 millones de dólares menos que si se celebrase con la presencia de espectadores, dado este panorama, analistas como Victor A. Matheson, catalogaron a los Juegos Olímpicos de este año como “un desastre económico anunciado”.
Ahora bien, en lo que respecta al medio ambiente, la pandemia ha generado la mayor caída en la emisión de CO2 que se ha registrado en la historia, siendo esto muy representativo en lo que se refiere a concientización social. Ahora bien, bajo la misma línea argumentativa de los Juegos Olímpicos, uno de los mayores retos de los organizadores radicaba en presentar el evento deportivo más ecológico de la historia. Para eso han tomado varias medidas que llaman la atención por novedosas; la primera fue la decisión de que las camas en la que dormían los atletas fueran de cartón, para que estas pudieran ser recicladas una vez terminara el evento; paralelamente otra medida tiene que ver con el materia de las famosas medallas, las cuales se produjeron a base de materia reciclable, especialmente de celulares desechados; de ellos se logró extraer 32 kilos de oro, 3.500 de plata y 2.200 de bronce que sirvieron para producir las 5.000 medallas que se entregaron tanto en los Olímpicos como en los Paraolímpicos; y por último dispusieron de vehículos eléctricos para el transporte de los atletas y energía generada por paneles solares para cubrir la demanda de las instalaciones deportivas.
En definitiva, la pandemia ha traído consigo grandes desafíos y sacrificios al mundo golpeando fuertemente los sectores económicos y sociales. Sin lugar a dudas, y como bien ha sido demostrado, el debilitamiento físico y anímico de los deportistas es evidente, dando cuenta de lo duro que ha sido retomar su nivel de competencia por todos Los factores ya mencionados y a la sustancial falta de recursos; pero no todo fue malo y esto es manifiesto en los pasados Juegos Olímpicos Tokio 2020 (2021), en donde, a pesar de las adversidades se compitió, se exigió y se demostró que era posible darles cabida a eventos de tan alta estima. Sin duda alguna, el gran vencedor en esta crisis ha sido el medio ambiente, ya que se generó una mayor conciencia ambiental en la sociedad, logrando obtener grandes beneficios y cambios que están ayudando a mejorar la calidad de vida y del medio ambiente.