Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

10 de mayo de 2015

 Ciudadanía global: Conciencia verde

Por: Adriana Rodríguez S.

Son muchos los que se han unido en el mundo para hacer realidad las frases que  se escuchan y se leen a diario: “Cuidemos el planeta”, No desperdicies el agua: la Tierra tiene sed”, “Recicla, salvemos el planeta”, en fin. Despertar la conciencia de personas indiferentes es una tarea ingente para las organizaciones interesadas en promulgar el interés por salvar el planeta. Sin embargo, — si se permite en este espacio— existen héroes que a veces pasan inadvertidos y que día a día hacen posible que estas frases, que parecen un cliché, trasciendan. Son varios los ejemplos de estas calladas figuras que sí trabajan por conservar el lugar donde vivimos todos. Entre ellos se encuentran músicos, diseñadores de moda, realizadores de cine y televisión. Este artículo está dirigido a reconocer algunas figuras que con su trabajo y vocación hacen posible que tengamos un planeta con conciencia verde.  

Los nuevos súper héroes

En trasteos o a final de año es común sacar de las casas o apartamentos objetos que se consideran obsoletos, inservibles, fuera de época o basura. Para otros, estos elementos se convierten en una especie de “joya de la corona”, pues gracias a ellos,  trasforman la bazofia en arte. Un claro ejemplo es el grupo musical conocido como Latin Latas, compuesto por un grupo de jóvenes bogotanos que por medio de impresoras, discos duros, alcancías, tubos, pelotas, sillas, alcancías, solo por nombrar algunos, son capaces de crear instrumentos musicales, con los cuales interpretan variados ritmos musicales: reggae, rock, cumbia y hasta triphop. Sus “toques” prefieren realizarlos  en eventos relacionados con el medio ambiente.

Otro ejemplo de reciclaje artístico es el que hace la diseñadora cubana Celia Ledón. Seguramente su nombre pase inadvertido para quienes  conciben la moda   desde una perspectiva de alta costura. Ledón aseguró para la revista Diners  que: “Mi obsesión es la basura,  lo obsoleto, todo aquello que perdió sentido en este mundo de rápido consumo”.  Y es que esta mujer que ha reinventado la moda, prefiere fabricar sus trajes con bolsas plásticas y unirlas con alambres y cintas de video. Sus diseños ya le han dado la vuelta al mundo: “Al parecer lo he hecho bien porque la curadora de arte portuguesa Sofía Aguilar, experta en reciclaje, ha adquirido varias piezas  mías para   el Museo de Bellas artes de Porto” (Ledón, p.22). Se dice que en la Habana los maniquíes de Celia tienen estilo propio, porque cada uno tiene el privilegio de llevar expuesto lo que para otros no tiene valor, el mismo que se multiplica con el ingenio de Celia.

El legado ambientalista del cine

Ahora bien, el cine también ha aportado a la humanidad su legado ambientalista. Solo basta con revisar algunas cintas que ya son hitos por su indudable llamado de atención al público sobre el cuidado al medio ambiente, al igual que la necesaria aceptación de culturas excéntricas. Este último es el caso de de Robert Flaherty con su documental “Nanuk el esquimal”  (1922) quien pasó más de 10 años en el ártico conviviendo con esquimales, pues consideraba que era la mejor forma de entender y hacer comprender al público cómo es la cultura esquimal. Lo interesante, además de dedicado trabajo de su conductor, es que Flaherty no era un director de cine, sino un ingeniero de minas preocupado por las minorías étnicas y su conservación.  Años más tarde, el conocido actor y director Robert Reford condujo la película: “Un lugar llamado milagro” (1987), que inició haciendo un fuerte llamado de conservación a los recursos naturales. Una década después (1998), Reford sorprendió y deleitó al público con su cinta “El hombre que susurraba a los caballos” que irrigó sensibilidad a los espectadores, ya que se propuso narrar, en una historia sencilla, pero hermosa, la entrañable relación que puede existir entre los seres humanos y los animales; en este caso, con los caballos.

La lista continúa… Hoy en día, el cine como la televisión no solo narran historias inolvidables que impactan con temas que hacen alusión a mundos destruidos por el uso de la energía nuclear o catástrofes que son producto de la acción de la civilización en la naturaleza. En la actualidad, los productores se preocupan por cumplir el Código de Buenas Prácticas por medio de la disminución de la huella de carbono de cada video, al mejor estilo de Green TV.

Como se observa, esta tendencia sobrepasa la moda. Es una forma avanzada de concebir y proteger el mundo que habitamos y que pretendemos heredar a nuestros descendientes, quienes también tienen derecho a sorprenderse y disfrutar con conciencia de este hermoso planeta.