7 de noviembre de 2020
¿Cambio en la política colombiana?
Por: Valentina García Torres
Juan Álvarez, escritor e investigador colombiano, afirma que “en el siglo XIX ninguna sociedad latinoamericana construyó un discurso conservador tan riguroso, tan sofisticado, inteligente y articulado” como el de la política colombiana. Esto llevó a que, en el siglo XX, el país fuera uno de los menos revolucionarios en América Latina cuando esta región se vio envuelta por una ola de revueltas nacionalistas con tendencias de izquierda, esto también obedece a que es un país con profundas raíces católicas, donde las tradiciones culturales y religiosas son sagradas, y que se ha negado históricamente al cambio.
Juan Álvarez, escritor e investigador colombiano, afirma que “en el siglo XIX ninguna sociedad latinoamericana construyó un discurso conservador tan riguroso, tan sofisticado, inteligente y articulado” como el de la política colombiana. Esto llevó a que, en el siglo XX, el país fuera uno de los menos revolucionarios en América Latina cuando esta región se vio envuelta por una ola de revueltas nacionalistas con tendencias de izquierda, esto también obedece a que es un país con profundas raíces católicas, donde las tradiciones culturales y religiosas son sagradas, y que se ha negado históricamente al cambio.
En consecuencia, la tendencia respecto a política en Colombia es de un sistema bipartidista en el que la derecha ha sobresalido notoriamente, especialmente durante los últimos 20 años. Aunque a finales del siglo pasado se comenzó a evidenciar en el país la coexistencia de dos generaciones con realidades políticas e ideologías muy diferentes, aun no se ha logrado que los partidos de izquierda alcancen el poder presidencial.
Una sociedad con memoria
La población adulta en Colombia sufrió directamente el conflicto armado en el país durante la segunda mitad del siglo XX, cuando las organizaciones guerrilleras, como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP), de extrema izquierda, se tomaron el poder en gran parte del territorio colombiano, establecieron las reglas de orden público y hasta crearon sus propias leyes.
Este nuevo orden reprimía la libertad del pueblo y vulneraba varios de sus derechos: muchas personas se vieron obligadas a desplazarse de su residencia o fueron víctimas de secuestro. Así, se satanizó el concepto de “izquierda” en Colombia, representado por los grupos guerrilleros, y del mismo modo, se vanaglorió la función del gobierno de Álvaro Uribe Vélez, uno de los representantes de la derecha del país, cuando tuvo grandes avances en el proceso de detener esta dinámica y de reducir el accionar de las guerrillas. Uribe terminó su periodo presidencial con un 80% de aprobación según revela encuesta de Gallup.
Sin embargo, en la última década, las inconformidades por la desigualdad, la falta de oportunidades y de apoyo de parte del gobierno hacia la sociedad comenzaron a aumentar. Hoy, la mayoría de los colombianos tienen una percepción negativa de los últimos gobiernos (64% de desaprobación en promedio entre los dos últimos mandatarios). De esta forma, la población colombiana adulta cada vez es más flexible y deja de estar arraigada al conservadurismo para dar pie a otras caras en la política y, según el DANE, se tiende más al centro (39,6%), aun sin pasar a izquierda.
La revolución juvenil
De otro lado, la mayoría de los jóvenes en Colombia, entre 14 y 28 años según la ley, no vivieron de frente con el conflicto. La población juvenil colombiana no tiene el mismo resentimiento de los adultos hacia los grupos ideológicos de izquierda. De hecho, el 50,9% aceptarían que en el colegio de su hijo estudien hijos de desmovilizados de la guerrilla de las FARC, más del doble que los adultos mayores. Estos jóvenes también han vivido en medio de un país caótico, pero no por cuenta de organizaciones armadas al margen de la ley con banderas comunistas.
Esta generación ha vivido bajo el mandato de administraciones de derecha, frente a las que el 94% de los jóvenes colombianos manifestaron inconformidad en la encuesta del Grupo de Diarios de América (GDA). También, expresaron una visión negativa frente a la corrupción de estos (95%).
El joven promedio actual colombiano es más utópico que el adulto. En la actualidad, la corrupción y las grandes brechas entre clases sociales son constantemente reprochadas en redes sociales. Esta información se viraliza con facilidad entre la generación de “nativos digitales”, lo que genera sentimientos de frustración y una necesidad de cambio en la política basada en ideales de justicia e igualdad. En esta búsqueda del cambio, juega un papel muy importante la oposición a las elites tradicionales del país.
Cada día, la población en su conjunto está más en desacuerdo con la administración del gobierno actual y de sus antecesores recientes, por tanto, es de esperarse que, en los resultados de las próximas elecciones presidenciales, se empiece a notar un cambio de manera progresiva y se amplíe el circulo ideológico político.
Referencias
BLU Radio. (2019, 8 de noviembre). Colombia no es de ideología de izquierda, según el Dane.
El País. (2010, 30 de julio). Presidente Álvaro Uribe termina su gestión con 80% de aprobación.
Semana. (2020, 29 de septiembre). Duque, con desaprobación del 70% en medio del paro nacional.