Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

30 de agosto de 2019

Paz en Colombia, un pueblo sin piernas pero que camina

Por: Laura Carrillo

Colombia ha estado en una guerra constante desde los 50´s, después de varios procesos de paz fallidos, en el 2012 durante el gobierno del ex Ministro de Defensa Juan Manuel Santos, se inició un proceso de paz que llegaría a feliz término en el 2016, millones de jóvenes colombianos, como yo vieron con ilusión este nuevo inicio para Colombia.

Es evidente la polarización en Colombia y la verdad con un proyecto tan ambicioso como la paz estable y duradera no se podría esperar menos que una oposición, sin embargo, la oposición del acuerdo de paz es incoherente y ardida en contra del gobierno Santos. En cabeza del expresidente Álvaro Uribe Vélez y su partido el Centro Democrático su bandera se puede resumir en paz si pero o así y no puedo evitar preguntarme entonces ¿paz cómo? Uribe intentó infructuosamente acabar a las guerrillas, especialmente a las FARC, por vía militar durante 8 años, los cuales solo nos dejaron falsos positivos, miles de guerrilleros y militares muertos y millones de víctimas. Juan Manuel Santos lo repitió más de una vez este acuerdo no es perfecto, pero es la mejor que tenemos.

Esta oposición se vio fortalecida, después de las elecciones presidenciales de 2018, donde Iván Duque se convierte en el presidente de Colombia 2018-2022 por el Centro Democrático. Desde el primer momento dejó ver, no solo su falta de liderazgo y de decisión, sino su poco compromiso con los acuerdos, dando la impresión de que no sigue su propio criterio sino el del expresidente Álvaro Uribe.

Esta mañana, cuando me enteré que Iván Márquez, Jesus santrich y Aldienever Morantes volvían a las armas para luchar por “la paz traicionada” fue como un balde agua fría, no pude evitar culpar a la oposición y al gobierno de Duque por no comprometerse con los acuerdos, por no cumplirles a los guerrilleros; no pude evitar sentir tristeza por aquellas personas a las que sí les había cambiado la vida de manera positiva después de los acuerdos; no puede evitar sentir que el temor de las personas que lucharon por los acuerdos y tratan de mantenerlos en pie, a pesar de los constantes intentos de la oposición de hacer trizas los acuerdos de paz, se había vuelto realidad.

Esto sumado a la falta de respuesta por parte del líder del país Iván Duque, dejaba en el ambiente el miedo de los colombianos de volver a esos años oscuros de violencia.
No obstante, escuchar que Rodrigo Londoño, Pablo Catatumbo, también excombatientes de las FARC, ver que las personas en redes sociales reafirmaban su apoyo a los acuerdos y a ese sueño de paz, me hace pensar que aún hay esperanza, que los que apoyan la paz somos más y que este solo es un obstáculo.

No puedo decir cuántas veces he escuchado la misma frase “Con el proceso de paz en Colombia se abrían nuevas puertas y el deseo por volver y trabajar por mi país” y cuantas veces me paso un escalofrío de felicidad a escucharla porque sentía que mi país que había sufrido tanto iba por buen camino.

Colombia es un pueblo sin piernas que va a seguir caminando como lo ha hecho durante todo el periodo de guerra, que sigue teniendo dentro de si las ansias de un periodo donde los muertos y la víctimas en manos de una guerra interna no existan.

El título de la columna es citado de: Calle 13. (2010). Latinoamérica. Entren los que quieran [CD]. Puerto Rico.: Calle 13.