Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

Neoliberalismo
11 de abril de 2020

¿Por qué no se ha logrado la equidad en América Latina?

Por: María Alejandra Navarrete Tovar

Repensar las relaciones sociales, políticas y económicas en América Latina es necesario ante la crisis del modelo liberal, un fenómeno evidenciado en la profunda inequidad que aqueja a nuestras sociedades, así como en el desconocimiento de la dignidad humana que este supone. Durante los últimos 20 años, los países latinoamericanos han experimentado diversas políticas de gobierno: desde el “auge” de la izquierda en la primera década del siglo XXI

; con los mandatos de Chávez en Venezuela, Kirchner en Argentina, Morales en Bolivia, Bachelet en Chile, Mujica en Uruguay y Correa en Ecuador; hasta el resurgimiento de gobiernos cercanos a la derecha y la extrema derecha en la segunda década del siglo, como la elección de Bolsonaro en Brasil, Piñera en Chile, Hernández en Honduras y Duque en Colombia. A pesar de significativos logros en la reducción de la pobreza, gracias a los programas de protección social desarrollados por los gobiernos de la marea rosa, “América Latina y el Caribe sigue siendo la región más desigual del mundo, por sobre el África Subsahariana […] y presenta un índice de Gini promedio casi un tercio superior al de Europa y Asia Central” (Cepal).

Habiendo transitado por gobiernos de izquierda y de derecha, ¿por qué los países latinoamericanos no hemos logrado superar la pobreza? Existen muchas respuestas a este cuestionamiento, el cual implica profundas reflexiones desde distintas disciplinas y corrientes teóricas; no obstante, para el presente artículo se pretende dar una respuesta a esta problemática a partir del cuestionamiento al liberalismo y su diálogo permanente con el modelo económico capitalista, argumentando que la búsqueda de la igualdad nunca podrá lograrse a cabalidad a causa de la elección consiente y generalizada, de los países democráticos, de adoptar la política económica neoliberal, un paradigma en el que, además, se le ha otorgado a América Latina el título, aparentemente ineludible, de subdesarrollo. Este artículo busca argumentar que mientras exista el capitalismo (un modelo económico que parece coincidir con los valores de la rational choice) no será posible alcanzar sociedades justas, a pesar de los intentos democráticos para lograrlo. Si el liberalismo no se piensa fuera del capitalismo, no será posible nunca alcanzar la libertad.

Neoliberalismo en América Latina

El modelo neoliberal -una de las máximas expresiones de la internacionalización de la economía de mercado capitalista- se expandió a Latinoamérica y a la mayoría de países del mundo tras la firma de los acuerdos de Bretton Woods, un pacto pos Segunda Guerra Mundial en el que se instauró una política económica internacional librecambista, liderada por Estados Unidos. Tras la implementación del modelo, los pensadores latinoamericanos de la Teoría de la Dependencia evidenciaron las condiciones desiguales que suponía el libre mercado para los países de la región, acusando beneficios para los países del norte a costa de la pobreza de los países del sur. Uno de estos beneficios tiene que ver, por ejemplo, con que los países latinoamericanos han asumido el rol de exportadores de materias primas y medios de consumo básico, siendo la canasta de insumos y, al mismo tiempo, los consumidores principales de las economías industrializadas. Este escenario plantea una condición de dependencia expresada en las relaciones centro-periferia y desarrollo-subdesarrollo que nuestros países y las grandes potencias mantienen.

El escaso desarrollo de los países latinoamericanos y, por consiguiente, su alta dependencia hacia los países desarrollados ha significado un detrimento al Estado social de derecho y a la protección de la dignidad humana. Según Vela (2015):

El proceso de globalización, el mismo que ha propiciado la internacionalización de los derechos humanos y que está propiciando un inusitado incremento de la riqueza y que, al mismo tiempo, está generando una desigual distribución de los costos y beneficios derivados del proceso de internacionalización de la economía de mercado, ha traído consigo costos políticos y sociales muy altos en los países en vía de desarrollo, como Colombia, porque ha implicado el declive de la soberanía del Estado que se manifiesta en una disminución de las políticas de orden social y, de esta manera, en el incremento de la desigualdad, de la exclusión y de la pobreza.

Vemos entonces que el proyecto neoliberal llevó a América Latina a transitar un bucle de elementos irreconciliables que hasta hoy parece mantenerse: la búsqueda de la igualdad a través de un modelo profundamente desigual en su génesis, excluyente hacia los países más pobres.

El proyecto de libre mercado de los acuerdos Bretton Woods se fundamentó en el propósito estadounidense de reconstruir y democratizar a los países del mundo después de las atrocidades de la guerra, así como de alcanzar la igualdad a través de la cooperación y la solidaridad internacional. Para esto se crearon el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, instituciones para el financiamiento del proyecto liberal global. Pero, ¿cuál ha sido el alcance real de este tipo de instrumentos?

Alcances del liberalismo para aliviar la pobreza

Si bien al inicio del presente documento se ha cuestionado el alcance real del liberalismo para aliviar la pobreza, es importante mencionar que parte de los esfuerzos desarrollados por organismos internacionales han ayudado a mitigar la desigualdad. El Banco Mundial, por ejemplo, ofreció en 2018 a América Latina 8.700 millones de dólares, de los cuales 428 millones fueron destinados para ejecutar compromisos de la Asociación Internacional de Fomento, entidad del Banco que presta apoyo a los países más pobres. Con este presupuesto se desarrollaron programas de educación, salud e inclusión de pueblos indígenas y comunidades rurales.

No obstante, el Banco Mundial también ha respaldado proyectos de inversión privada que van en detrimento de la dignidad humana. Según Human Rights Watch (2013), se han presentado “daños causados a algunas de las poblaciones más vulnerables del mundo como resultado de programas financiados por el banco”. La organización estudió tres casos fuera de América Latina, uno sucedido en Vietnam y dos en Etiopía, en donde los programas financiados generaron situaciones de desplazamiento forzado de comunidades étnicas, detenciones arbitrarias y tortura. Igualmente, indígenas hondureños denunciaron en el 2003 un alto riesgo de violación a sus derechos humanos y a los derechos sobre su territorio, a causa de proyectos gubernamentales, financiados por el Banco Mundial, que buscaban diluir la propiedad comunitaria con el objetivo de “reducir la pobreza” y fomentar las actividades económicas.

A pesar de las iniciativas que buscan fomentar el desarrollo en las regiones más pobres del mundo, es difícil lograr la equidad bajo las condiciones que propone el capitalismo. Para el caso de América Latina, una de las condiciones ha sido depender de la inversión privada o del endeudamiento internacional para solventar problemáticas que se originan, en buena parte, por la adopción de políticas neoliberales.

Después de analizar, someramente, los impactos de la adopción de políticas económicas neoliberales en América Latina, especialmente en términos de la relación centro-periferia que plantea la Teoría de la Dependencia, y de revisar los alcances del liberalismo, representados en iniciativas de solidaridad internacional como el Banco Mundial, se concluye la dificultad la lograr la igualdad bajo el modelo de libre mercado, reconocido como una de las dinámicas del capitalismo. Parece que el límite del ejercicio de los valores liberales es el modelo neoliberal, entendido por distintos autores como el capitalismo per se.

El neoliberalismo es, simplemente, el capitalismo hoy por hoy realmente existente. Desde una visión cronológica, se trata de la fase ulterior en este modo de producción social. Sin embargo, se trata también del período en el cual se verifica la exacerbación cuantitativa y cualitativa de las lógicas y contradicciones inherentes a la acumulación incesante del capital. La expansión de los mercados (“globalización”) a nivel mundial, por un lado y, por el otro, los niveles de explotación económica, dominación política, opresión social y alienación ideológica que ello supone, ilustran las dimensiones: espacial, temporal y social del neoliberalismo como fase superior del capitalismo. La caracterización de la crisis actual del capitalismo neoliberal como crisis civilizatoria despeja cualquier duda al respecto.

Más allá de la corriente ideológica de un gobierno, sea de este de izquierda o de derecha, así como de sus esfuerzos por reducir la pobreza, la equidad en los países de la región difícilmente se logrará si no se plantea una nueva posición frente a la economía del mercado y las políticas neoliberales, en las cuales se les ha subestimado. Si la elección racional de los países hegemónicos ha sido el neoliberalismo, ¿cuál será la elección de América Latina?

Recomendados Libre Pensador

Banco Mundial. (2018). Informe anual 2018.

Cepal. (2018). Panorama social de América Latina

Human Rights Watch. (2013). Banco Mundial: Elude problemas de derechos humanos

Puello, J. (2015). Neoliberalismo, antineoliberalismo, nuevo neoliberalismo. Episodios y trayectorias económico-políticas suramericanas (1973-2015). En Neoliberalismo en América Latina

Subgerencia Cultural BanRepública. (2015). Teoría de la dependencia