24 de marzo de 2017
En Colombia también triunfó la “Posverdad”
Por: María Daniela Jiménez Armenta
La coyuntura que se va a analizar en este análisis de prensa es la del plebiscito realizado el 02 de Octubre del 2016, en el cual el gobierno colombiano perdió el apoyo de los colombianos frente al acuerdo logrado con la guerrilla de las FARC. Según la prensa internacional, el inesperado triunfo del NO y el salto a la incertidumbre en términos de paz en Colombia es el resultado de la falla estratégica del presidente Juan Manuel Santos, quien aplicó un “uso abusivo de los recursos del Estado para promover el SÍ”.
El plebiscito fue el esfuerzo realizado por el presidente Juan Manuel Santos para generar espacios efectivos y respetuosos que aportaran a la construcción de criterios en la ciudadanía con respecto a los acuerdos de La Habana. Teniendo en cuenta que en él, los colombianos tomarían la decisión de aprobar o rechazar tales acuerdos, que de cierta manera hubieran contribuido a la ilusión de una paz estable y duradera en Colombia.
La propuesta del Gobierno requería un umbral del 13 por ciento del censo electoral para que este fuera válido. Esto quiere decir, que se necesitaban 4,4 millones de votantes por el ‘SI’ o la misma cifra por el ‘NO’. Si hubiera ganado el ‘SÍ’, el Gobierno hubiera tenido la vía libre para sellar el acuerdo de paz y comenzar a implementar y desarrollar los acuerdos acordados. Sin embargo, si ganaba el ‘NO’ significaría el rechazo de los pocos votantes colombianos al proceso, por lo que el Gobierno estaría obligado a acoger jurídicamente la derrota y a no considerar aceptado el acuerdo en los términos que habían sido aceptados y firmados en Cartagena de Indias.
No más víctimas del conflicto armado
El senador de la República Antonio Navarro explicó el pasado 02 de Septiembre del 2016 en el conservatorio sobre el mecanismo de refrendación organizado por la Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas, la Paz y la Reconciliación a través de su Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, que el plebiscito era el mecanismo para saber que pensaba la ciudadanía sobre el proceso de paz. Asimismo, Juan Camilo Maldonado, director editorial de VICE Colombia señaló que Colombia vivió un proceso con un claro objetivo: “la desmovilización de uno de los grupos armados históricamente más fuertes que ha tenido el territorio; desmovilización que termina con un conflicto que ha dejado millones de víctimas y es ahí donde radicaba su importancia.
Según los expertos que integraron la Comisión de Memoria Histórica del Conflicto y sus Víctimas en La Habana, Cuba, no existe un periodo exacto del inicio del conflicto armado con este grupo. Sin embargo, existen diferentes posturas que coinciden en afirmar el principio del actual conflicto social y armado que presenta Colombia se dio muchos años antes. Según lo afirma Julio Estada, uno de los representantes de la comisión de Memoria Histórica del Conflicto y sus Víctimas, en la década de los 20 se dieron los primeros enfrentamientos violentos a raíz de la lucha por la tierra, la cual constituye uno de los problemas fundamentales del conflicto. Por lo tanto, en los procesos acaecidos en la década de 1920 se encuentran los orígenes del enfrentamiento armado colombiano. Mientras por otro lado, hay quienes sustentan que el inicio del conflicto se originó a finales del Frente Nacional e incluso principios de la década de 80 con el auge del narcotráfico.
Historia de una guerra larga
En la medida que el Estado falló en garantizar las necesidades básicas, permitió, para no decir, motivó, la rebelión de los marginados del sistema frente-nacionalista. Ciudadanos que llevaron a su punto máximo la insurgencia armada. El factor agrario (Tierra) es el componente desencadenante de los enfrentamientos entre el Estado y las guerrillas, pues está directamente relacionado con la vivienda, alimentación e ingreso. Asimismo, el capitalismo es otra causa que señalan varios expertos, entre ellos Víctor Moncayo, quien sostiene que la lucha de clases deriva de la imposición de un orden capitalista que engendra ejércitos insurgentes, pues el Estado es incapaz de ofrecer una protección efectiva en las regiones, sobre todo en las más apartadas.
A esos orígenes hay que añadir la aparición del narcotráfico; el afianzamiento de las políticas neoliberales; la debilidad institucional del Estado y la falta de pluralismo político, pero sobre todo al auge de la contrainsurgencia que generó una desconfianza entre el Estado y la guerrilla que hasta el día de hoy ha truncado los intentos de alcanzar una paz negociada. En estos intentos han participado gobernantes como Belisario Betancourt, Andrés Pastrana y Álvaro Uribe, que buscaron la negociación durante mucho tiempo con el objetivo de concluir con la guerra, pero solo consiguieron dolorosos fracasos.
En la Habana se discutieron seis puntos centrales: política de desarrollo agrario, participación política, fin del conflicto, drogas ilícitas, víctimas, e implementación, verificación y refrendación. Finalmente tras tres años de diálogos, el 27 de septiembre del 2016 en Cartagena, el Presidente Santos y el jefe de la FARC Rodrigo Londoño “Timochenko” firmaron los acuerdos paz, en presencia de más 2.500 invitados, entre ellos personas reconocidas de la comunidad internacional: Barack Obama, Ángela Merkel, el Rey de España Felipe VI , el Ex -Secretario General de la ONU Ban Ki-moon, el Nobel de Paz Óscar Arias, entre otras personalidades.
El 02 de octubre del 2016, se llevó a cabo el plebiscito el “Sí” obtuvo el 15,78%, el “No” un 16,21% y la abstención fue del 62,56%, consolidando a Colombia como un país sin compromisos democráticos. Debido a la apatía por la participación ciudadana, la poca confianza que para la sociedad colombiana generó el discurso del primer mandatario y a la alta desinformación respecto a los acuerdos negociados en la Habana, alimentada por una campaña publicitaria enfocada más en la avalancha promocional del “Sí” que en la pedagogía ciudadana para explicar el acuerdo.
La mentira como protagonista
Un recorrido por los personajes y hechos que rodearon las campañas del plebiscito muestra que los políticos y los periodistas dejaron mucho que desear y que el protagonismo en realidad lo tuvo en Colombia esa estrategia antigua que hoy ha vuelto a ponerse de moda: la “posverdad” . Con ella empezaron a polarizarse las opiniones como consecuencia del enfrentamiento de sus principales dirigentes Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe Vélez.
El jefe de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri, ‘Timochenko”, fue el primero en firmar el acuerdo de paz en Cartagena y en su discurso, en el Centro de Convenciones, pidió perdón a las víctimas del conflicto armado y puso el acento de su intervención en la decisión de la guerrilla de continuar defendiendo sus ideas desde la política. Además señaló que el grupo iba a cumplir con lo acordado y esperaban que el Gobierno igualmente cumpliera, pues su satisfacción era enorme al saber que el proceso de paz era referente también para otros sectores del mundo.
El gobierno y sus mayores representantes en La Habana, Cuba eran los principales defensores de la paz propuesta a las FARC por medio de los acuerdos firmados en Cartagena. Clara López (Senadora de la Republica), César Gaviria (Expresidente de la Republica), Sergio Jaramillo (Comisionado) y Humberto de la Calle (Jefe del equipo negociador del Gobierno) eran los más fuertes portavoces del apoyo al acuerdo. Por otro lado, se encontraba la oposición encabezada por los Expresidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana, el Excandidato presidencial Holmes Trujillo y el Expresidente de la Republica Francisco Santos. Quienes desde un principio señalaron que el plebiscito era ilegal porque según ellos, violaba la Constitución.
Triunfalismo y soberbia del “SI” y concesiones a FARC, decisivos para la victoria del “NO”
El fracaso del plebiscito por parte del gobierno de Santos, ha sido uno de los temas más analizados a nivel nacional e internacional por las distintas fuentes periodísticas. Unos atribuyen al exceso de protagonismo de las FARC de los últimos días, un factor decisivo en los resultados obtenidos, pues pudo despertar temor en muchos colombianos, en los que estaba calando la teoría del castro-chavismo y del posible empoderamiento de los miembros de esta organización guerrillera. Por otro lado, la arrogancia y el triunfalismo del Gobierno y las FARC el 26 de Septiembre del 2016 en Cartagena, quienes consideraron pan comido el plebiscito era la última prueba que tenían que pasar ante los colombianos -que sorpresivamente no los apoyaron-.
La empresa uruguaya de noticias online MercoPress publicó un artículo el 04 de octubre acerca de los factores contribuyeron a un resultado que dejó perplejo a casi todo el mundo. Según esta, el gobierno esperaba que la ceremonia de firma del acuerdo en Cartagena, donde el presidente, Juan Manuel Santos, y el jefe de la guerrilla de las FARC, Rodrigo Londoño (alias “Timochenko”), firmaron el acuerdo, impulsará la confianza de los ciudadanos por la paz. Sin embargo no fue así, la alta abstención que complicó la jornada electoral, se debió al triunfalismo de la campaña del “sí” y una cierta soberbia de sus propuestas. Esto quedaría demostrado en la tasa de participación regional, pues según el escrutinio, los diez índices más altos de abstención en el referendo se presentaron en departamentos donde se apoyaron por amplia mayoría los acuerdos. Además, analistas como Carlos Malamud indican que la imagen de “Timochenko” en televisión, en horario estelar y rodeado de líderes internacionales, así como un impulso al camino de paz, también habría causado un impacto negativo en la población. Miles de críticas al proceso y advertencias de supuesta impunidad de la que gozarían los líderes de la guerrilla, provocaron el rechazo.
Asimismo, CNN noticias hizo un análisis publicado el 04 de octubre, sobre la falsa compasión para con las víctimas de “Timochenko” en discurso en Cartagena, el triunfalismo, la arrogancia y la falta de sinceridad, en su actitud y palabras, determinaron la victoria del “NO”. Teniendo en cuenta que, este acto en redes no cayó bien, pues el discurso triunfalista del jefe de las FARC al señalar que las FARC ganaron la paz, fue para muchos una prueba de que no consideraban que el conflicto fuese una tragedia. Igualmente, en este artículo también se habla, del ‘ofrecimiento de perdón’ en el discurso de Cartagena por parte de Timoleón Jiménez, lo que para muchos fue una acción falsa, sin auténtico arrepentimiento y una forma velada de eludir la plena responsabilidad por ataques violentos que sembraron de terror a la población.
De igual manera, Oscar Andrés Sánchez Álvarez escribió en el periódico diario El Colombiano, tomando como referencia los argumentos de otros periodistas como la arrogancia de Santos, al no escuchar las críticas que se dieron de buena manera, su abuso de poder en los medios y su extrema confianza, llevaron a que la gente entendiera que el Acuerdo no era aceptable, ni seguro. Por otro lado, aparte de que al presidente le faltó liderazgo político y su imagen nunca le ayudó, cometió un error al prometer lo que no se iba a negociar. Siempre dijo que no habría curules asignadas y que los responsables de delitos de lesa humanidad tendrían unos mínimos de cárcel. Lo que le dio a entender a los colombianos que existía un triunfalismo por parte de las FARC, quienes se hicieron pasar como vencedores y víctimas del Estado, mostraron una faceta nunca antes conocida, pues con humildad acogieron los reclamos y asumieron sin ambigüedades su responsabilidad.
El tejido de las mentiras
El electorado le pasó cuenta de cobro a un proceso de paz que previó todos los escenarios, excepto el de una ciudadanía tremendamente ajena a la visión nacional de las FARC. Quienes iban a tener una participación directa en el sistema político colombiano a partir del 2018 con un número mínimo de curules en el Congreso de la República.
El periódico online Notimerica / EuropaPress, también difundió una noticia el 02 de Septiembre en donde se interpreta el uso de la desinformación en contra del Gobierno de Santos y el miedo del pueblo colombiano, quien ya ha visto a su gobiernos fracasar reiteradas veces a la hora de negociar con la guerrilla. Elementos que fueron utilizados y difundidos por el expresidente Uribe para fomentar temor por medio de las emociones, las estrategias basadas en la indignación y los mensajes revolucionarios en torno al futuro político de Colombia por parte de la oposición, junto a los diferentes comentarios y críticas del expresidente en contra de la impunidad; las curules en el Congreso; los $24 millones que se le darían a cada desmovilizado en dos años; la posibilidad que se quedaran con sus fortunas ilícitas, pero sobre todo de la participación política dentro del Congreso de la República por parte de los desmovilizados.
A lo anteriormente mencionado, muchos más medios informativos se dedicaron a la exposición de críticas que tuvo la propuesta de materialización de la apertura democrática para las FARC en Colombia. Entre estos se encuentra la Revista Semana con escrito publicado el 16 de Septiembre del 2016, donde Santiago Gamboa dijo que una de las objeciones más grandes a los acuerdos de paz provino del miedo a que las FARC hicieran política en igualdad de condiciones y con los mismos derechos que los otros colombianos.
También explica, que las frases “Timochenko Presidente”, “Timochenko, autor de la nueva Constitución” y “El SÍ al plebiscito es entrega del país a las FARC”, se volvieron muy populares entre las masas. Ya que a pesar de que sus promotores (Uribe, Pastrana y Ordoñez) sabían que estas ideas eran fraudulentas, las lanzaron al ruedo y las repetían para confundir o contaminar, con ese cálculo cínico y clasista que consiste en decir cosas absurdas a sabiendas de que una parte de la población, que no tuvo las mismas oportunidades que ellos para educarse y formar un criterio, las adoptará, creerá en ellas y finalmente caerá en el engaño.
Asimismo, la periodista y politóloga María Jimena Duzán escribió para la Revista Semana que en el fondo, la indignación de los colombianos no era porque se mezclara la política con las armas, sino que las FARC se subieran a las tarimas a echar discursos. Lo cual no deja de ser absurdo, a la hora de analizar que es el mismo país, y las mismas regiones compuestas por departamentos y municipios, los que elegimos por medio del voto a los que serán los futuros dirigentes del país. Duzán comenta que más que los fusiles lo que muchos repudian es la posibilidad de que los guerrilleros y sus ideas socialistas estén en la política y tengan la posibilidad de obtener alcaldías o curules en el Congreso en un futuro no muy lejano, aun sin armas. Lo que llevó, a que a que el país se llenara de miedo con los acuerdos de paz y votaran NO.
Por otra parte, HSB Noticias publico una entrevista que el Periódico El Tiempo le hizo al ex presidente uruguayo, José ‘Pepe’ Mujica, la cual fue publicada el 24 de Septiembre del 2016 y en donde este expresó que era ridículo que hubiera personas que le tuvieran más miedo a las FARC en la política que a las FARC en la guerra. Mujica cree que si en Colombia gana el No en el plebiscito, esto daría a entender que somos un pueblo “esquizofrénico” aferrado a vivir en guerra, y que todo el continente difícilmente entendería generando una “frustración” para Colombia.
La ideología de género: Una estrategia para adeptos por el “NO” al plebiscito
La ex reportera de RCN Televisión, Vicky Dávila expresó el 03 de octubre del 2013 por medio de su canal de YouTube Vicky Dávila Digital las razones que llevaron que la campaña del SI perdiera el plebiscito. Entre estas, se encuentra la referente al Nombramiento de Gina Parody como una de las cabeceras de la campaña, lo cual afectó las votaciones en algunos sectores con su presencia. Pues ella venía del escándalo inmenso de las cartillas educativas en torno a la ideología de género.
Medios como la Revista Semana han tocado el tema muy a fondo, ya que entre la avalancha de información colmada de exageraciones, falacias y verdades a medias que circuló la noticia de la “Ideología de género” (concepto recoge la teoría de que la identidad sexual y los roles de género no son una condición biológica, sino una construcción social) se volvió tendencia en el país, luego de que se conocieron unos manuales sobre diversidad sexual con este enfoque, atribuidos al Ministerio de Educación dirigido por Gina Parody. Hecho, que llevó a señalar que en los acuerdos de La Habana se estaba promoviendo la llamada ideología de género. Es decir, que los hombres, mujeres, homosexuales, heterosexuales y personas con identidad diversa participaran y se beneficiaran en igualdad de condiciones. Concepto que la Iglesia católica rechazó tajantemente y por la cual le quito su apoyo directo a la campaña de SI.
Caracol Radio por su parte, también hizo cobertura de las mentiras sobre la ideología de género en los acuerdos de paz. El noticiero de televisión de este mismo canal, registró la intervención de Ordóñez, uno de los más reconocidos católicos, y señaló que el exjefe del Ministerio Público, el mismo que delegó funcionarios para que defendieran los derechos de las víctimas de la comunidad LGTBI, en la Comuna 13 el abril de 2015, sostuvo que en los acuerdos de La Habana la mención a la población LGTBI aparece 144 veces. Igualmente, el Canal Caracol demostró por medio de un video subido por Ordoñez en YouTube en su propio canal El mundo según José Ordoñez. En el que él asegura que los acuerdos de La Habana aparecían nuevamente y con infinita intensidad la ideología de género, y que iba a ser impuesta a niños, no solo mediante las cartillas del ministerio de educación, sino que estarían en la Constitución. Es decir que el Gobierno y las FARC pretendían que la ideología de género quedara como norma constitucional en Colombia.
Según Actuall, un diario nativo sin ánimo de lucro más allá de los puntos turbios del acuerdo de las FARC con el Gobierno colombiano, en los últimos días se ha abierto otro flanco de ataque para los partidarios de rechazar el acuerdo con la guerrilla: el pacto viene impuesto con la ideología de género. Tema que para Catalina Ruiz Navarro, periodista del periódico El Espectador, falta le han hecho al país en términos de tolerancia social. Según este articulo editado el 31 de Agosto del 2016, la perspectiva de género, fue uno de los grandes aciertos del acuerdo, debido a que perfilan a esta negociación como el primer acuerdo de paz en el mundo con una perspectiva de género homosexual. Pero sin embargo, está fue usada por quienes hicieron campaña por el “No” en el plebiscito para confundir y polarizar. Este mensaje fue aprovechado por el senador Uribe, quien afirmó que “la ideología de género, incluida en los acuerdos de paz, entraría sin mayores debates a hacer parte de nuestro ordenamiento constitucional”.
En últimas, ¿Qué hacer?
GAVI 501 Grupo de Apoyo al Voto Informado creado por los estudiantes de primer semestre de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia, se puso a la tarea de romper o al menos de intentar romper la manipulación informativa con el fin apoyar el libre flujo de información en torno al acuerdo de paz y sus implicaciones en el entorno político, social y económico. Para de esa manera facilitar una decisión libre y autónoma por parte de los ciudadanos colombianos que hicieron parte de las votaciones del pasado 02 de octubre del 2016.
Por medio de este vínculo digital, se divulgaron artículos de opinión y comentarios que por su estructura y análisis sobre los puntos importantes del acuerdo, sirvieron para entender mejor lo que se firmó en Cartagena el día el 27 de septiembre del 2016 y su conveniencia o inconveniencia para nuestro país.
En el caso del plebiscito, nosotros los estudiantes junto con el profesor correspondiente a la materia de Metodología y Coyuntura decidimos crear esta iniciativa mediática en torno a las votaciones del de la aprobación de los acuerdos de paz del 2016, pues consideramos que el voto debe ser el resultado de una clara compresión de los documentos presentados por el Gobiernos y no una interpretación sesgada y manipulada por otros intereses políticos. Además, creemos que en el caso ciudadano debe existir una capacidad de determinar por sí mismo el apoyo o el desacuerdo en lo pactado en La Habana, para así aumentar la disposición del acceso a la información relevante sobre el tema.
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