25 de abril de 2018
La tecnocracia: Un atentado al desarrollo
Por: Lucía Fillippo Aguillón
En la actualidad, el desarrollo es uno de los temas inminentemente importantes dentro de la agenda internacional, existen instituciones internacionales tales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo dedicadas a dar asistencia técnica a los Estados y realizar prestamos para que estos puedan desarrollarse y cumplir con unos objetivos establecidos. Amartya Sen, experto en desarrollo y nobel de economía de 1998, establece que el desarrollo es la libertad que tiene una persona para cumplir sus objetivos y metas en la vida.
En ese orden de ideas, el desarrollo es inminentemente una tarea del individuo mismo, será deber del Estado velar por el respeto de las libertades individuales, civiles y políticas a través del respeto de la propiedad privada, provisión de bienes que el mercado mismo no puede asignar ni crear, tales como la justicia y las leyes, corregir cuidadosamente las fallas de mercado sin ocasionar fallas de Estado y finalmente, reducir de la mayor forma posible los costos de transacción. No obstante, el desarrollo siempre se la ha atribuido al Estado, los objetivos y las tareas a cumplir impuestas por los organismos internacionales tales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible son un deber estatal y no del individuo, pero y esto ¿Qué logros ha tenido?
El desarrollo y sus expertos: La tragedia última de este siglo
Sería un absurdo afirmar que las instituciones internacionales no han tenido victorias en países en vía de desarrollo, no obstante, los casos de éxito del modelo propuesto por éstas, son datos atípicos ya que la generalidad presenta excesivos daños a las poblaciones que pretende ayudar. Los proyectos diseñados y financiados por instituciones internacionales que promueven el Desarrollo Sostenible son realizados por tecnócratas y supuestos expertos que aplican la visión desarrollista de las instituciones, ésta afirma que el desarrollo es el crecimiento inclusivo que reduce la pobreza y construye una prosperidad compartida para la población actual. En esa lógica, las instituciones realizan los prestamos necesarios y los expertos los asesoran de acuerdo a la definición anteriormente expuesta. Los expertos, tecnócratas con la misión de transformar a los países pobres en ricos, conciben la pobreza cómo un problema técnico dentro del engranaje de un Estado o más bien, como una enfermedad que se cura con medicamentos iguales en todos los casos, dándole una definición y tratamiento general a la pobreza, ignorando las variables y diferencias tanto étnicas como socioeconómicas que pueda presentar cada población. Sin embargo, como lo indica el mismo Banco Mundial, con más de una docena de proyectos fallidos, es posible afirmar que la definición establecida por el Régimen Internacional es errónea.
La discusión que nunca ocurrió: La verdadera cura para los Estados enfermos
Constantemente, el debate acerca de la definición de desarrollo se ha reducido al debate Estado vs. mercado, cuál de éstos dos es el encargado de dirigir la economía y en general a la sociedad. Sin embargo, para obtener una apropiada definición de desarrollo, el economista William Easterly, afirma que debieron haber ocurrido tres debates que los expertos obviaron para poder construir un modelo general de desarrollo, es decir, –una cura- aplicable a todos los países enfermos.
El primero es: Pizarra en blanco vs. aprender de la historia. Decisivamente, las instituciones internacionales han optado por la creación de un modelo general de desarrollo aplicable a todos y cada uno de los países pobres, éstas optan por la visión de la pizarra en blanco. La pizarra en blanco consiste en que los expertos empiezan de cero en la construcción de soluciones a la pobreza y conciben ésta de la misma manera en cada caso. La idea del subdesarrollo o la categorización de países en via de desarrollo son la visión más veraz de la mentalidad de la pizarra en blanco, pues homogenizan a países como Colombia, India y Nigeria y los ponen a todos dentro de un mismo grupo con soluciones posibles iguales. Esto, llevo a los expertos a pensar que lo primero que los Estados deben atacar es el analfabetismo, la desnutrición y la enfermedad descartando la idea de que los individuos son los encargados y poseen las capacidades de transformar su realidad. Por otro lado, está la visión de aprender de la historia, ésta consiste en entender la pobreza como una respuesta a ordenes sociales completamente distintos, a recorridos históricos paralelos. En definitiva las razones por las cuales Colombia es pobre no son las mismas que las de India o Nigeria.
El segundo, el bienestar de las naciones vs. el de los individuos. Éste debate tiene una particularidad y es que él lado ganador de éste condenó a Colombia a uno de los errores más costosos en su historia propia. El bienestar de la nación consiste en ver a la población como una suma total de sus partes, dándole relevancia al resultado y no a la suma. El ejemplo más veraz de esto es el de la Constitución Política de 1886 que establecía la religión católica como principio rector de la sociedad. El establecimiento de una religión general para la sociedad es una violación inmediata y directa a cualquier tipo de libertades individuales, promueve la exclusión de étnias y la institucionalización del rechazo como norma general. Por su parte, el bienestar de los individuos promueve un marco basado en la promoción de la libertad como principio rector de la sociedad, la individualización del bienestar permite que cada individuo defina qué es su bienestar y así diseñe metas y objetivos para lograrlo.
El tercer y último debate es el de diseño consciente vs. soluciones espontaneas. Los modelos de desarrollo impuestos por la generalidad de las instituciones tienen un diseño cauteloso y consciente acerca de cómo debe ser la estructura tanto del Estado como del mercado, pretende generar empleo a través de proyectos de infraestructura –sin importar quien resida en el terreno en donde se planea construirla- y enseñarle a los productores pobres, por ejemplo, campesinos, cómo deben producir. Es el caso de la actividad de FEDEGAN en Colombia cuya misión establece que se debe “producir competitivamente carne y leche mediante la incorporación de procesos productivos modernos, la integración eficaz a las cadenas productivas y una sólida organización gremial de sus productores, para contribuir así al desarrollo económico, el equilibrio social y la conservación de la paz en el campo colombiano”. Actualmente, existen procesos judiciales archivados en contra de FEDEGAN por desplazamiento forzoso a través de compra y venta de tierras a grupos paramilitares. Unos dirán que son daños colaterales del desarrollo pero inminentemente existe una violación a los derechos de propiedad y a las libertades. El orden espontáneo, por su parte, expone lo que Lawrence Summers denomina el legado Hayekiano, esto es, el reconocimiento de que la libertad, en estricto sentido, reconoce el esfuerzo incontrolable de los individuos para crear un complejo orden con posibilidades infinitas de actividades económicas.
Los tres debates permiten una discusión amplia para definir de una manera más precisa y más humana qué es el desarrollo, sin embargo, su inexistencia es una de las grandes tragedias del siglo XXI.
En conclusión, como afirma Easterly, los expertos y tecnócratas han optado por años por definir el desarrollo como un régimen que los Estados deben obligar a los individuos a cumplir. Lo que no reconocen los expertos es que, otorgándole la facultad de desarrollo al Estado, le estaban entregando derechos tiránicos para decidir la forma de vida de los individuos y esto, desafortunadamente, se ha transformado en la violación continua de derechos, ralentizando, aún más, el desarrollo. Seguramente el Banco Mundial parte de una visión de basada en el principio bona fides (buena fe), sin embargo, el actuar de los Estados ha demostrado por años que no necesariamente protege los derechos que sus propias normas declaran. En un futuro, gracias a la crisis de las instituciones internacionales, éstas deberán redefinir el desarrollo enfocado al respeto de las libertades que ellas mismas se han encargado de violar, primero resarciendo los daños y segundo modernizando su actuar. No obstante, hoy por hoy, esto continua siendo uno de los desafíos más grandes del orden liberal que hasta el momento se contempla como un
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Banco Mundial. Sustainable Development
Huffingtonpost. How The World Bank Broke Its Promise To Protect The Poor
National Bureau of Economic Research. Institutions, Human Capital and Development.