8 de noviembre de 2016

Siria: ¿el patio trasero de los Estados Unidos y Rusia?

Por: Natalia Andrea Quintero.

El conflicto sirio ha alcanzado una magnitud tal que los Estados Unidos (EE.UU.) y Rusia han decidido intervenir, el primero financiando a los grupos rebeldes y al ejército kurdo, el segundo apoyando el régimen de Bashar Al-Assad y enviando cazas para bombardear al Estado Islámico. A pesar del acuerdo firmado en octubre de 2015, en el cual pactaron evitar incidentes en el espacio aéreo sirio, se han dado momentos de fuerte tensión, cuando un año más tarde, los EE. UU. y Gran Bretaña buscan alcanzar un alto al fuego entre todas las partes. Si Rusia y Siria no cooperan, se contempla hoy la opción de imponer nuevas sanciones político-económicas a estos países.

A octubre de 2015, 366.000 personas habían perdido sus vidas , lo que equivale al 15% de la población siria, y la esperanza de vida de todos sus ciudadanos se ha reducido en 20 años. Es el país con mayor número de desplazados por la violencia: 6,6 millones de personas, de los cuales 4,8 millones ahora se encuentran por fuera de las fronteras del país que les vio nacer.

Posición de los Estados Unidos

Muchos expertos comparten la opinión que EE.UU. ha intervenido en Siria por motivos económicos principalmente, basado en la capacidad económica que representan sus reservas de gas[1]. Lo cierto es que apoya a los rebeldes moderados, es la cabeza de una coalición internacional con el fin de hacer retroceder al Estado Islámico (EI), que no ha dado los resultados esperados, y ha sido pionero en el uso de drones en conflictos bélicos.

EE.UU. empezó su intervención en agosto de 2014. Al 18 de noviembre de 2015, había realizado 2.658 ataques en territorio sirio. Se estima que han logrado destruir 14 objetivos, pero han sido más las muertes a civiles que los daños ocasionados al grupo yihadista. En junio de 2013, Barack Obama anunció que daría ayuda militar directa a los rebeldes también considerados como la oposición, y se les dotó con municiones y armas de última generación. El detonante para tomar esta decisión fue la confirmación del uso de armas químicas por parte del régimen. En octubre de 2015, fueron enviadas 50 toneladas de municiones a los rebeldes sirios, que fueron lanzados en paracaídas desde un avión C-17 escoltado por un caza. También se ha dado el entrenamiento de los rebeldes por parte del gobierno estadounidense y turco.

Los actuales candidatos a la oficina oval, Hillary Clinton y Donald Trump, ya han dejado ver su posición frente a este conflicto. La ex secretaria de Estado contempla la posibilidad de financiar y proveer armas a los ejércitos kurdos, pero sin hacer que un ciudadano norteamericano ponga un pie en Medio Oriente. Por su parte, Donald Trump tiene una posición más inclinada hacia Rusia y el apoyo a Bashar Al-Assad que se puede resumir en una parte de su intervención en el reciente debate: “Rusia va tras ISIS , Siria va tras ISIS , Irán va tras ISIS.. entonces ¿por qué vamos contra ellos?”.

A pesar de los esfuerzos por parte de EE.UU. no se ha logrado el resultado esperado , y aunque ya se han realizado múltiples ataques son pocos los golpes contundentes que se ha logrado dar al EI.

Posición de Rusia

Rusia entró a la coyuntura siria en septiembre de 2015, con el fin de apoyar al régimen de Bashar Al-Assad (cabe resaltar que este y sus familiares controlan aproximadamente el 60% del PIB sirio) principalmente por 2 motivos:

En Siria , más específicamente en Tartus , está ubicada una de sus base navales, la cual logró obtener mediante el actual jefe de Estado sirio;
Es su principal demandante en cuanto a industria militar y bélica refiere.

Dos meses luego de su entrada , se habían realizado un total de 4.100 ataques aéreos. Con estas operaciones, se logró dar fin a 562 puntos de control, 64 campamentos y 54 plantas de fabricación de armas. No se puede negar que la intervención rusa ha logrado dar fuertes y contundentes golpes a EI, mucho más profundos que aquellos de la superpotencia. Vladimir Putin seguirá dando su firme apoyo al gobierno sirio, y espera seguir logrando los avances que hasta ahora ha tenido. Una gran crítica al apoyo ruso es que es solo una fachada y se ha llegado a afirmar que Rusia está atacando a los rebeldes sirios, pero no a EI.

Adicionalmente, en septiembre de 2016 Rusia bombardeó un convoy que llevaba ayudas humanitarias para las víctimas. En este suceso fallecieron 20 civiles y se destruyeron 18 de los 31 camiones de la Media Luna Roja siria, que fueron bombardeados por dos jets SU-24, propiedad del gobierno ruso. Rusia argumentó que al lado del convoy se encontraba un grupo de terroristas con un mortero de gran calibre, lo cual logró demostrar mediante imágenes satelitales.

Por el momento, no se ve una salida diplomática al conflicto en Siria, sobre todo que Al-Assad sigue aferrado al poder, de la mano de Putin y su otro aliado Irán. Muchos, entre los cuales el candidato republicano Donald Trump, critican a los Estados Unidos por el incremento del nivel de conflictividad, pero la verdad es que los verdaderos culpables de esta situación no son más que Putin y Al-Assad. Es verdad que la reciente ruptura de la diplomacia estadounidense-rusa tiene graves implicaciones, por cuanto los ataques unilaterales continuarán. Vale la pena mencionar que los hospitales, y los niños siguen siendo los más afectados de la falta de componenda política para encontrar una salida a lo que podría volverse una tercera guerra mundial.