27 de septiembre de 2019
Los Rohingya, un pueblo a pesar de su Estado
Por: David Felipe Morales Ochoa
Paradójicamente, en el país que cogobierna la nobel de paz AungSan Suu Kyi se viene presentando desde hace casi 40 años uno de los conflictos más grandes en materia de derechos humanos en el mundo. Desde la independencia de Birmania del dominio británico a mediados del siglo XX, la pertenencia de los Rohingya al territorio ha sido materia de tensa discusión tanto nacional como internacionalmente y la protección de los derechos de este grupo sigue siendo de incierta responsabilidad.
La gente de Arakán
Los Rohingya son un grupo étnico minoritario no reconocido que habita el noroccidente de Myanmar, en el Estado de Rakáin (antes Arakán). La población de este grupo es mayoritariamente musulmana, mientras que la mayoría en Myanmar es budista, incluyendo al gobierno; la comunidad alega que por su condición étnica se les discrimina y se les niegan sus derechos. A pesar de que Birmania reconoce dentro de su población a al menos 135 grupos étnicos oficiales a los integrantes de la comunidad ni siquiera se les reconoce su ciudadanía desde 1982.
Naciones Unidas y Amnistía Internacional se han manifestado para pedirle al gobierno que cese los ataques armados pero la comunidad sigue siendo vulnerada y desplazada. Para el gobierno local, los Rohingya son originarios de Bangladesh y por eso justifican la falta de apoyo para ellos y los constantes ataques para sacarlos de la región, pero ellos manifiestan que su comunidad se ha localizado en Birmania durante varias décadas y, según los historiadores, la comunidad está en ese territorio desde siglo XII, cuando la región todavía conservaba el nombre de Arakán.
A pesar del arraigo histórico, y debido a la discriminación, numerosos grupos de la población han tenido que emigrar hacia Bangladesh, pero allá tampoco son bien aceptados por el gobierno, que prefiere mantener al mínimo el número de refugiados e incluso ha llegado a trasladarlos a una isla calificada de inhabitable por sus climas extremos. El gobierno bangladesí ha calificado, a grandes rasgos, el trato que le da el Estado de Myanmar a los Rohingya como genocidio y pide que se les reconozca tanto étnica como territorialmente.
En respuesta a la negativa constante de reconocimiento, una porción de aquella comunidad ha decidido usar la fuerza como método de defensa, creando el Ejército de Salvación Rohingya de Arakán (ARSA por sus siglas en inglés).
De Gautama a Suu Kyi
El gobierno budista de Birmania tiene posiciones fuertes sobre la situación de los Rohingya, especialmente por la religión. Resalta que el Estado de Myanmar es posible gracias a la unión de sus nacionales y al proyecto del Estado budista, por lo tanto, la naturaleza musulmana de los rohingya no podría convivir con esa forma del Estado.
El gobierno birmano argüe que el origen de los Rohingya es de Bangladesh y, por eso, su estadía dentro del territorio de Rakáin no es legítima, asegura que en un país con una mayoría cultural islámica la comunidad estaría mejor.
Respecto a los ataques a la población, el gobierno ha manifestado que son en defensa por las acciones del ARSA y que están defendiendo la nación de lo que ellos catalogan como terrorismo, aseveran también, que no existe persecución como tal a la comunidad sino al crimen y al conflicto social que se genera por su permanencia en la región.
La líder de facto, nobel de paz y canciller birmana Aung San Suu Kyi, ha sido duramente criticada por no tomar medidas desde su posición en el gobierno ni condenar la situación; ella ha respondido diciendo que en parte es un problema de desinformación frente a las medidas del gobierno y una criminalización del derecho que tiene el Estado a combatir el terrorismo, aunque condenó públicamente las violaciones a los derechos humanos cometidas en Rakáin, sin mencionar específicamente a la comunidad Rohingya.
Lo más cerca que ha llegado el oficialismo birmano de un consenso, frente al trato para esta población, ha sido un tratado con el gobierno bangladesí para repartir la carga de población denominada como refugiada, pero esto ha suscitado divisiones de opinión, puesto que una gran parte de la comunidad asegura que no solo buscan la protección sino también el reconocimiento territorial y la ciudadanía birmana.
En la medida en que no se genere un acuerdo que contemple las necesidades culturales, el arraigo histórico y los derechos de la comunidad Rohingya, no solo va a persistir el conflicto en la región, sino que es probable que se recrudezca por la reacción de las poblaciones vulneradas. Si las partes quieren poder llegar a convivir deben solucionar el conflicto por medios pacíficos, atender el llamado de la comunidad internacional al respeto y reconocerse en sus características y componentes.
Recomendados Libre Pensador
Greg Constantin. Extiled to nowhere: Bruma’s rohingya
BBC Mundo. Los Rohingyas: El pueblo musulmán que el mundo olvidó
Council of Foreign Relations. Rohingya Crisis in Myanmar
Aljazeera. Who are the Rohingya? – Aljazeera
The Guardian. Who are The Rohingya and what’s happening in Myanmar? – The Guardian
BBC News. Why is there communal violence in Myanmar? – BBC News