14 de abril de 2016
El discurso de un tratado que no fue
Por: Lucía Fillippo Aguillon
El próximo 14 de mayo se cumplen cuatro años de la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio que Colombia firmó con Estados Unidos. Desde entonces ha generado un debate entre académicos, políticos y economistas sobre si éste realmente beneficia o no a la economía interna. Según el presidente Juan Manuel Santos: “Colombia es la plataforma ideal para exportar a Estados Unidos, Canadá, Centroamérica y el resto de América Latina”. Mientras que para el economista colombiano, Salomon Kalmanovitz el acuerdo bilateral es beneficioso si ambas partes tienen una industria interna suficientemente fuerte y desarrollada para competir con su contraparte y esto, desafortunadamente no es el caso de Colombia.
Aunque para muchos la firma del TLC fue algo nuevo en el 2012, el tratado estaba en la agenda colombiana desde la presidencia de Andrés Pastrana. El tema está en discusión desde 1999 con el acercamiento de Bill Clinton al país, y en 2004, el presidente Álvaro Uribe junto con los miembros de la Comunidad Andina de Naciones, se encargó de diseñar una agenda interna para preparar al país, mientras las Centrales Obreras Colombianas se lanzaban a la huelga nacional durante 24 horas.
Para que el tratado entrara en vigencia, el congreso norteamericano debía aprobarlo, sin embargo, el Partido Demócrata, frenó el trámite exigiendo un mayor cumplimiento de los derechos del trabajador y un mayor respeto por la vida de los sindicalistas en Colombia. Luego de la presión de Barack Obama el tratado se firmó en 2012.
El Deber No Cumplido
Según Jeffrey Sachs, economista de la universidad de Harvard, los tratados de libre comercio no pueden ni deben ser calificados de buenos o malos, todo depende de las naciones firmantes y de su estrategia de aplicación. Agrega que a excepción de Costa Rica, Latinoamérica no esta preparada para este tipo de tratados puesto que las economías no están dirigidas a la educación ni al desarrollo de tecnologías. Cuando Uribe se comprometió a preparar a Colombia para el tratado, no lo cumplió. El plan de desarrollo vial fue remplazado por el Plan 2500 que tenía como objetivo fomentar el acercamiento comercial entre distintas regiones, pero se convirtió en una herramienta del presidente para negociar con las comunidades y así ganar adhesiones a su proyecto político.
Por otro lado, en el sector del agro, el proyecto denominado Agro Ingreso Seguro (AIS) tenía como finalidad preparar a los empresarios del campo y sus fincas para que sus productos fueran competitivos. En el 2011 la firma Econometría, afirmó que “AIS no llevó a aumentar las condiciones de vida de los hogares beneficiados”. Adicionalmente, también se incumplió la meta de bancarización, pieza elemental en el desarrollo de la agroindustria, pues el otorgamiento de créditos a los campesinos estimula y fortalece distintos factores de la economía como el empleo y la creación de insumos para la exportación. A pesar de todo, en el 2012, Obama y Santos anuncian la entrada en vigor del TLC.
En el mismo año, Santos describe cuáles serán los beneficios del tratado de libre comercio con Estados Unidos, estableciendo que: “estos tratados hay que verlos como una gran oportunidad, tener el mercado más grande del mundo libre para nuestros exportadores es para aprovecharlo, sobre todo la pequeña y mediana industria y para aquellos que nunca han exportado, pues ahora lo podrán hacer … Colombia es el país mejor localizado para aprovechar estos tratado y habrá sectores que tendrán que ser más competitivos o cambiar de productos. Cuando uno hace el balance de ganadores y perdedores, son más los ganadores y con creces. A los perdedores se les va a ayudar y es una gran oportunidad para generar empleo. Los economistas dicen que aumenta el crecimiento económico entre 0.5 y 1% y genera 100.000 empleos anuales de buena calidad…”. También habló respecto a la tasa de cambio, asegurando que “los importadores están muy contentos. Muchos de los productos que no producimos los vamos a importar más baratos. Muchos usan materias primas importadas y si cumplen con reglas de origen, se pueden volver a exportar con mayor valor agregado. La tasa de cambio es un tema que tenemos que estar revisando permanentemente y en Colombia se ha devaluado más de lo que se creía, por eso en el Banco de la República están haciendo sus revisiones”.
La Realidad de Colombia frente al TLC
Cuatro años después de la entrada en vigor del tratado vemos como todas estas especulaciones no concuerdan con la realidad económica del país. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en 2012 la tasa de desempleo en Colombia estaba en 9,2% mientras que en enero del 2016 se situó en 11,9%. Adicionalmente, entre el 2010 y el 2012, el PIB creció un 4,9%, luego de la firma del TLC el crecimiento se redujo al 3,3%. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el crecimiento económico del país entre el 2010 y el 2011 fue del 6,6%, mientras que en 2012 se redujo a un 4,4%. En la actualidad, la tasa de cambio es una de las problemáticas económicas que mas golpea la industria colombiana. La magia del tratado de libre comercio se pierde cuando el dólar está a más de 3000 pesos.
En el ámbito social hemos visto cómo las distintas protestas han fortalecido el pensamiento anti globalización. Entre agosto y septiembre de 2013, los campesinos de todo el país decidieron salir a protestar y pedir una renegociación del TLC y créditos bancarios, los ganaderos también protestaron, de una producción lechera de 6400 millones de litros, solo están comercializando la mitad.
Entonces, ¿ha sido realmente beneficioso el TLC en Colombia? Con una competencia salvaje e injusta, ha desequilibrado económicamente al país, aumentando el desempleo, desacelerando el crecimiento económico y con una contracción del PIB, el Tratado de Libre Comercio ha tenido pocos efectos positivos sobre la economía del país.
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