Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

12 de noviembre de 2014

Definitivamente hoy no quisiera ser Ministro de Hacienda

Por: Camilo Carreño

La actual crisis del precio internacional del petróleo tiene un gran impacto en el panorama fiscal del país. Si se tiene en cuenta que el Marco Fiscal de Mediano Plazo de 2014 se hizo con base en una estimación del valor de barril de petróleo de 97 USD y en este momento el precio del crudo ronda los 81,42 USD por barril, esto significaría un ingreso menor para el 2014 de cerca de 3 billones de pesos. A esto se le suma que la proyección del MFMP para 2015 y 2016, de un barril de petróleo de 98 y 99 USD respectivamente, y el preocupante escenario que plantea Goldman Sach, en el que para el primer trimestre de 2015 el barril caería a los 75 USD e incluso podría llegar a los 70, plantea un gran reto para el país que desde ya prevé un déficit de 12,5 billones para el presupuesto de 2015.

 Sin embargo, este no es el único problema al que debe hacerle frente el Ministerio de Hacienda si se tiene en cuenta la coyuntura por la que atraviesa el país. Por una parte la reelección del presidente significó adquirir una serie de compromisos en diversos sectores, que deben quedar respaldados en el nuevo plan de desarrollo, pero como ya he señalado el panorama fiscal no es demasiado optimista, de modo que los representantes de los diferentes sectores se encuentran en una disputa constante para conseguir más recursos para sus carteras. No obstante, dicha puja no es equilibrada si se tiene en cuenta que el “sub presidente” va a encabezar todos los proyectos de infraestructura, pero los sectores de defensa, educación y el agropecuario no se quedarán atrás. Así pues por estos días el despacho del ministro debe ser el lugar de un desfile de congresistas y ministros luchando por más recursos.

Por otra parte, el proceso de paz y el deseado posconflicto no esta exento de la puja por recursos de la nación, pues si bien es cierto el posconflicto deberá ser abordado de manera diferencial y multidimensional, este contexto acarrea nuevos costos, que si bien son necesarios, no estoy seguro de que estemos en capacidad de incurrir en el futuro próximo sin tener que sacrificar otros gastos igualmente importantes. Así mismo, se ven venir las presiones desde los territorios que demandan más recursos y capacidades para afrontar el posconflicto.

A pesar que muchos digan que la guerra es mucho más costosa que la paz, como efectivamente lo es, la verdad es que el fin del conflicto, al menos en el mediano plazo, no significará un reducción drástica en el presupuesto de defensa, e incluso puede necesitar su aumento, de modo que es necesario afrontar la necesidad de recursos que este escenario plantea.

La situación fiscal y financiera que tendrá que enfrentar el país en los próximos años será un gran reto, en este sentido el Ministerio ha tratado de tomar medidas con respecto al recaudo, vía reforma tributaria, y a la evasión, estas se muestran insuficientes frente a la necesidad que tiene el país, a lo que se le suma el aumento del precio del petróleo y las restricciones que presenta la regla fiscal. Por este motivo, con un presidente que no hace más que prometer y prometer, sin tener en cuenta la situación financiera del país, es que hoy no quisiera ser Ministro de Hacienda.