2 de noviembre de 2015

Estado Islámico: ¿un plan para conquistar Europa?

Por: Laura Carolina Saavedra Garzón

El Estado Islámico (E.I.) es el nuevo representante del islamismo radical en el mundo. La llegada de este movimiento extremista al escenario internacional se da el 5 de julio de 2014 cuando ataca Samarra (Irak). Sin embargo, fue hasta la toma de Mosul que la comunidad internacional empezó a entender la relevancia de este nuevo actor. Desde finales de junio, se informó que se había perdido la frontera occidental con Jordania y Siria. En el este artículo, se analizará la verdadera relevancia y definición de este nuevo actor de las relaciones internacionales.

Después de los atentado del 11 de septiembre en Nueva York y Washington por parte del islamismo radical, lo que condujo a la intervención estadounidense en Medio Oriente, se ha generado por parte del sistema internacional un sentimiento general de inconformidad. Los Estados se sienten amenazados, en relación con su seguridad en un contexto marcado por la amenaza terrorista.

El neorrealismo para comprender al Estado Islámico

Los grupos islamistas radicales que generan amenaza al status quo han ido cambiando a medida que el mundo y sus principales actores, los Estados, evolucionan. Después de la intervención en Irak en 2003 y en Afganistán en el 2001 a cargo de la administración Bush, se logra el debilitamiento del grupo extremista que había logrado entrar y atacar a Estados Unidos en su propia casa: Al Queda. Dejando las bases para el surgimiento del E.I. a raíz del resentimiento que genera el intervencionismo de occidente en los asuntos del Medio Oriente. Denunciando, en particular, la violación del principio de soberanía estatal que establece la Carta de Naciones Unidas de 1945.

Siguiendo la premisas realistas y neorrealistas, vale la pena preguntarnos: ¿Es el islamismo radical la amenaza más importante del sistema internacional?

El sistema internacional debe ser entendido en términos de Raymond Aron como una sociedad caracterizada por la ausencia de un ente que tiene el monopolio de la violencia legítima. Mientras que la amenaza será definida, con bases realistas, en términos de limitadora de poder. Probaremos que el grupo terrorista constituye una amenaza desde su pretensión a constituirse como Estado.

¿Realmente es un Estado?

El E.I. puede catalogarse como un Estado, en la medida que cuenta con la presencia de los elementos base para su conformación: territorio, gobierno, población y la capacidad de establecer relaciones con otros Estados. Sin importar, que exista reconocimiento por parte de otros Estados, como lo indica la teoría declarativa en el Derecho Internacional Público (D.I.P.): el reconocimiento es un acto declarativo más no constitutivo, el Estado existe per se a ser reconocido.

Basarse en el D.I.P. con el fin de realizar el argumento de constitución de un Estado, desde la perspectiva realista, puede resultar contradictorio por el hecho de que esta no lo reconoce como régimen determinante en la organización del sistema. Por este motivo, el enfoque neorrealista se ajusta más en este caso ya que los análisis de autores como Kenneth Waltz resaltan la importancia de las leyes internacionales, como vehículo de divulgación para los intereses estatales, definidos en términos de poder.

El E.I. cuenta con un gobierno, basado en un califato comandado por Abu Bakr al Baghdadi, ahora Califa Ibrahim, quién se autoproclamó: “gobernante de los musulmanes allá donde estén”. Este tipo de régimen otorga a la figura del califa el liderazgo político. Además, exige la abolición de toda ley o norma que no sea islámica. Dentro de estas leyes se encuentran: separar a niños y niñas en las escuelas; las mujeres deben usar el niqab; asumir la justicia brutal de la Sharia; prohibir la música y ayunar durante el Ramadán. Este “programa de gobierno” cuenta con programas de bienestar social e incluso actividades recreativas para niños, repartición de alimentos y combustible a los más necesitados, e instalación de clínicas.

El territorio del E.I. comprende, en este momento, la zona norte de Irak y Siria. Pero, según un informe hecho por ABC Internacional, el E.I. busca expandirse más allá de las fronteras comprendidas entre el Tigris y el Éufrates. Tiene entre sus planes “recuperar” España y Portugal, países que fueron gobernados por varios siglos por el califato de Al-Ándalus. Su estrategia expansionista incluye los Balcanes, Grecia, Rumania, Bulgaria y Austria. En términos poblacionales, el E.I. hace referencia a todos los soldados del ejército del califa, y la población que vive y reside en las regiones que controla. En efecto, al conquistar nuevos territorios obligan a su población a jurar lealtad al califa.

La capacidad para establecer relaciones con otros Estados es alta, aunque por el momento no lo hagan de forma directa. Este grupo cuenta con fuentes de financiación sostenibles que les da el poder económico para crear relaciones con otros Estados. Estas fuentes son la extorsión, el robo de bancos, los saqueos, el petróleo en aquellos puntos de extracción que han logrado controlar, sobre todo en Irak. Además, cuenta con una organización militar interna, jerarquizada y estricta, que permite delegar tareas entre sus miembros, con el fin de abarcar las funciones básicas de un Estado.

Al pretender acceder al status de Estado, este grupo terrorista supera la barrera realista y obtiene poder en el sistema internacional. Por tanto, el E.I. es un actor político que puede resultar una amenaza a la estabilidad de todo el sistema internacional actual. Puede incluso amenazar sustancialmente o estructuralmente el status quo.