25 de julio de 2019
El movimiento que educó al ciudadano
Por: Pedro García Romero
Desde hace varias décadas, la comunidad LGBT se ha venido pronunciando con firmeza, con el fin de crear un cambio en las mentes de las personas que los ven a ellos como “algo malo”. Por esta razón, hasta los miembros de esta comunidad, en Colombia, se han visto afectados por su propia cultura, en donde la religión prima más que la aceptación de una realidad que nunca será erradicada. Después de luchas, protestas y debates algunos ciudadanos colombianos exigen justicia e igualdad por parte del gobierno colombiano, en pro de que los derechos del colectivo se vean respetados en el país. Se recalca que desde la educación, se puede transformar la perspectiva de las personas y su comportamiento frente a la comunidad LGBT. Si se alcanza lo anterior, habría una verdadera inclusión en el derecho colombiano y en la política.
Desde hace varias décadas, la comunidad LGBT se ha venido pronunciando con firmeza, con el fin de crear un cambio en las mentes de las personas que los ven a ellos como “algo malo”. Por esta razón, hasta los miembros de esta comunidad, en Colombia, se han visto afectados por su propia cultura, en donde la religión prima más que la aceptación de una realidad que nunca será erradicada.
Después de luchas, protestas y debates algunos ciudadanos colombianos exigen justicia e igualdad por parte del gobierno colombiano, en pro de que los derechos del colectivo se vean respetados en el país. Se recalca que desde la educación, se puede transformar la perspectiva de las personas y su comportamiento frente a la comunidad LGBT. Si se alcanza lo anterior, habría una verdadera inclusión en el derecho colombiano y en la política.
La batalla por algo más justo y lindo
Los miembros de comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales y Transgénero) han ido saliendo de las sombras para ser visibilizados, con el propósito de mostrarse como verdaderamente son, sin importar el qué dirán. Verbigracia, a través de los años se ha logrado que, el 28 de junio, se celebre el Día del Orgullo Gay: multitudinarias marchas y fiestas celebran la diversidad sexual. Ahora, si bien en Colombia se han conmemorado este tipo de marchas, también se han presenciado casos de discriminación frente a este colectivo. En definitiva, la colombiana es una cultura llena de tradiciones, que no alcanza a vislumbrar que ha existido y que existe un mundo totalmente diferente a lo que se veía en décadas pasadas, pues sería absurdo que esta población volviera a esconderse en el clóset.
Según una encuesta de WIN/Gallup Internacional menciona que al menos 8 de cada 10 colombianos son religiosos, en especial entre el catolicismo y el evangelismo. Estos resultados no son sorprendentes, pues Colombia siempre ha sido tradicionalmente católico y todavía lo es. Esto lo expone una encuesta realizada por la Universidad Nacional de Colombia a la pregunta: qué tan importante es la religión en su vida, realizada a 3, 853 personas, tanto el 56,9% de los adultos y el 67.4% de los adultos mayores contestó que era muy importante. En adición a lo anterior, en el 2008 el Vaticano argumenta que el desconocimiento y la mala interpretación de la Biblia se estaba fortaleciendo entre los seguidores de esta religión, por tanto la ignorancia podría conducir a algo peligroso. Lo que entre líneas se puede interpretar es que la falta de lectura de este documento induce a la población a “vivir en pecado”, pues en la iglesia se arguye que en la Biblia no se habla de la tolerancia de Dios hacia parejas del mismo sexo.
Al derecho y a la política les hace falta educación
En Colombia, miles de colombianos miembros del colectivo, han salido a las calles a alzar su voz, con el objetivo de que sean reconocidos como sujetos de derechos, visibilizados y respetados por la sociedad colombiana. A estos gritos no se los llevó el aire, se ha logrado, a través de los años, que la Corte Constitucional reconociera los derechos patrimoniales para parejas del mismo sexo, el derecho a la pensión de sobreviviente para las parejas gays, el derecho al matrimonio igualitario y el derecho a la adopción por parte de las parejas homosexuales, siempre y cuando el menor fuera hijo biológico de unas personas que hacía la solicitud. De ahí que, se ha visto un progreso en la iinclusión de la comunidad LGBT en Colombia, Inclusión de la comunidad LGBT en Colombia, pero, aun así, quedan batallas por luchar, como la participación política. Un ejemplo muy claro sería el de la exsenadora Claudia López, candidata a la alcaldía por Bogotá, reconocida como miembro activo de la comunidad LGBT, que a sido víctima de la discriminación hacia la población homosexual. Verbigracia, en la promoción de su campaña actual a la alcaldía denunció que su publicidad y el contenido de sus propuestas estaban siendo tergiversadas por aquellos que se resisten entender que nada tienen que ver la condición sexual con la calidad y la conciencia política.
Se dice que en la educación se encuentra la solución para que en Colombia se tolere a la comunidad LGBT, pero para que ello se dé es necesario que el tema se encuentre en la agenda gubernamental, se discuta para que llegue a buen término. Lo que menos se debe repetir es lo sucedido durante la administración de Gina Parody, exministra de Educación, quien pretendió que tanto el sector educativo, como los padres conocieran desde una perspectiva pedagógica sobre la comunidad LGTB, fue censurada y condenada por su condición de homosexual. Entonces, las cartillas que explicaban de forma ilustrativa sobre el tema, ni siquiera fueron consideradas, pues la idea provenía de una pecadora. Y qué decir del plagio barato y vulgar que empezó a circular por las redes, que para nada se parecía a las ilustraciones y al contenido educativo que las originales exponían.
En síntesis, es prudente decir que el entorno va formando a la persona, desde casa, hasta el colegio, desde la universidad, hasta el trabajo. Todos estos espacios se prestan para fortalecer la forma de pensar y de actuar de los individuos. Por ende, es claro que desde una cultura que eduque a los demás en pro de valores y se implementen reglamentaciones que prohíban el maltrato, el irrespeto y la discriminación hacia la comunidad LGBT, no se volverán a presentar casos en donde la Fuerza Pública pueda rechazar a una pareja homosexual al darse un beso en un espacio público, o incidentes en que dos hombres estén juntos en un centro comercial de la capital y alguien llegue a insultarlos. Ahora piense si se hubiese armado tal alboroto, si la pareja protagonista hubiese sido heterosexual: cierto que no.
Recomendados Libre Pensador:
Revista Semana – Así son los colombianos frente a la religión y la política.
ATC Libertad –Breve historia de la lucha por los derechos LGBT.