Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

15 de septiembre de 2014

Economía: el problema de la educación superior en Colombia

Por: Daniel Castro Correa

El centralismo y la falta de inversión estatal en universidades públicas son los  principales obstáculos para el desarrollo de una verdadera política educativaEl pasado mes de abril la consultora británica Quacquarelli Symonds (QS) dio a conocer su concepto de las  mejores universidades en Colombia por disciplinas y en base a criterios como la reputación académica, la de sus empleados, la calidad de sus trabajos de investigación y los artículos citados.

Según el ranking, de los 30 campos clasificados, la Universidad Nacional lleva la delantera en 17 disciplinas al ocupar el primer puesto, donde se incluyen sistemas, ingeniería química, eléctrica, electrónica, mecánica y aeronáutica, matemáticas,  ciencias ambientales, entre otras. En seguida, la Universidad de los Andes ocupa el primer puesto en 6 disciplinas, donde se destacan derecho, economía e ingeniería civil entre otras. De allí en adelante otras universidades como la Javeriana, el Externado y la Universidad de Antioquia se destacan en diferentes temas, como psicología, derecho y ciencias ambientales.

Bogotá y Antioquia reflejan la desigualdad educativa

Sin embargo, esta clasificación, que coincide con los resultados de las pruebas Saber Pro, muestra que las mejores universidades están en el centro del país. En otras palabras, podría decirse que la mejor educación, el desarrollo académico y la investigación se hacen en la zona centro del país, concentrada de forma exagerada  en Bogotá y una buena parte en Antioquia.

Esto denota un grave problema en el sistema educativo del país: el centralismo, cuyo significado normalmente está relacionado con la organización del Estado colombiano,  pues a pesar de que el artículo uno de la constitución diga que éste es descentralizado, en la práctica en lo político y lo económico no es así. ¿No basta con que la zona centro represente más del 50% del PIB y que sea desde allí donde se dirija el país a nivel político, sino que también posea los mejores centros de investigación, universidades y en general la mejor educación?

Éste centralismo dañino es un generador de desigualdad social, y en el contexto colombiano está presente en todos los ámbitos habidos y por haber: empleo, calidad de vida, acceso a salud, acceso a educación de calidad, mejores salarios, etc. Esto hace que miles de estudiantes viajen desde las regiones hacia Bogotá, por ejemplo, para estudiar en una buena universidad y en búsqueda de mejores oportunidades, lo que termina provocando, en muchos casos, lo que llaman una fuga de cerebros.

Usualmente, las personas que deciden “migrar”, por llamarlo de alguna forma, tienden a permanecer en Bogotá por las condiciones favorables que ofrece para desarrollarse laboral y profesionalmente, lo que impide que su lugar de origen se beneficie de los conocimientos adquiridos, contribuyendo así a que la brecha de desigualdad entre regiones siga creciendo.

Necesidad de invertir para descentralizar la educación superior

Por esa razón, la educación en Colombia se debe descentralizar si se quiere mejorar el sistema educativo, creando nuevos centros de estudios en las regiones, otorgando becas para que los estudiantes más aplicados se formen en las mejores universidades del país con el compromiso de que vuelvan a sus regiones a aplicar lo que aprendieron, incentivando al sector privado a invertir en educación de calidad en otras zonas del país, ofreciendo incentivos a las mejores universidades, la mayoría ubicadas en Bogotá, para que se descentralicen y creen sedes en otras partes del país, etc.

Por otro lado, es sorprendente como la Universidad Nacional, aun con los problemas presupuestales que tiene sigue siendo la mejor universidad del país según el estudio de Quacquarelli Symonds (QS). En octubre de 2013 la misma Universidad Nacional entregó un informe en donde afirmaba que el 56% de su planta física estaba deteriorada y era vulnerable a los efectos de sismos. Además, afirmaba que el déficit para poner al día la infraestructura de la entidad era de 2 billones de pesos y que la universidad recibía el mismo presupuesto que en 1993.  En ese mismo periodo los edificios de artes, arquitectura, enfermería y cine y televisión fueron cerrados por riesgo estructural.

¿Si en esas deplorables condiciones está la infraestructura de la Universidad Nacional con sede en Bogotá (en el centro de todo), como estarán las demás sedes y universidades públicas regionales? La respuesta está en las protestas que hubo el año pasado en ciudades como Palmira, Manizales, Florencia y Medellín, donde se exigía mayor inversión en educación y mejora en infraestructura. Dichas protestas tienen sentido, pues como se muestra en el gráfico, Colombia invierte menos en educación que algunos países de la región, como México y Bolivia y mucho menos que países europeos como Dinamarca y Francia. De forma tal que si Colombia quiere llevar a cabo una revolución educativa en el país, debe comprometerse a aumentar el gasto público.

Los problemas que aquí se mencionan solo evidencian el abandono y falta de planeación de los gobiernos en Colombia con respecto a la política educativa, que llevaron a que la educación de calidad esté aglomerada en la zona centro del país y sea un factor generador de desigualdad social. Por ello si se quiere dar un cambio trascendental en la política educativa, se debe descentralizar la educación y aumentar la inversión, para que por fin en Colombia el acceso a la educación sea un derecho y no un privilegio.

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