26 de noviembre de 2019
El fracaso del uribismo
Por: Camila Mora Sanabria
La maquinaria política que ha dirigido el país durante las últimas décadas se empieza a derrumbar. Esto se evidenció con los resultados de las elecciones realizados el día 27 de octubre del 2019, en dónde los colombianos eligieron gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles. En dichas elecciones, el expresidente Álvaro Uribe tenía sus candidatos distribuidos por todo el país aspirando a ocupar los diferentes cargos disputados en las elecciones. No obstante, tras terminar el conteo de votos, los resultados no fueron favorecedores para el uribismo, ni para los partidos que lo representan. De la misma manera, Uribe tampoco triunfó en las principales ciudades tales como Bogotá y Medellín lo que deja al uribismo por fuera de importantes focos del poder en Colombia.
La derrota comienza en casa
Uno de los hechos más sorprendentes de las elecciones corresponde a la derrota del candidato del Centro Democrático en Medellín, teniendo en cuenta que esta ciudad siempre se ha destacado por pertenecer a la corriente uribista, al ser el lugar de nacimiento de Álvaro Uribe. Sin embargo, el desarrollo de las elecciones tuvo una dinámica diferente, resultó elegido el candidato Daniel Quintero, por encima de Alfredo Ramos, candidato del uribismo. La victoria de Quintero generó asombro teniendo en cuenta que Ramos se mantuvo como el favorito en las encuestas, mientras la campaña de Quintero era desprestigiada mediante volantes que lo asociaban con Gustavo Petro, quién tiene baja popularidad entre los paisas.
El candidato del movimiento independiente logró ganar la alcaldía de una ciudad históricamente uribista, con una significativa diferencia de votos, dejando al uribismo fuera de la alcaldía de Medellín durante dos periodos, incluyendo el último.
En Bogotá la situación fue similar. Miguel Uribe Turbay, candidato a la alcaldía del uribismo, fue superado por Hollman Morris, Carlos Fernando Galán y Claudia López, por lo que quedó último en las elecciones. El uribismo también fue derrotado a nivel de gobernaciones en Córdoba, Sucre, Boyacá, La Guajira, entre otras regiones. No obstante, aunque los detractores de Uribe celebren los malos resultados del Centro Democrático en estas elecciones, aún queda mucho para poder hablar del fin del uribismo.
Uribismo, un fenómeno nacional
El uribismo, en manos del partido Centro Democrático, es odiado por muchos colombianos, quiénes se apoyan en que representa ideales tradicionalistas que no permiten el progreso del país. Lo anterior puede ser una de las razones que explican el pésimo desempeño que tuvo ese movimiento político en las elecciones y que dichos resultados puedan representar un debilitamiento del uribismo; sin embargo, esto no hecha por tierra la magnitud que tiene esta corriente en Colombia.
En primera instancia, el presidente de la República, Iván Duque, pertenece al Centro Democrático y mantiene una relación muy cercana con el expresidente Álvaro Uribe, por lo que el uribismo tiene una gran capacidad para ejercer el poder en Colombia y además millones de colombianos continúan perteneciendo a esta corriente política, puesto que, en palabras de BBC, Álvaro Uribe es el político más popular del país, al menos en el 2018. Por otra parte, no todo correspondió a perdidas en estas elecciones para Uribe, teniendo en cuenta que algunos candidatos apoyados por el uribismo lograron alcanzar cargos. Por ejemplo, Vicente Blel, cercano al uribismo, se quedó con la gobernación de Bolívar y en Tunja, el candidato Alejando Fúneme, simpatizante de Uribe, ganó la alcaldía
El uribismo ha perdido simpatizantes entre las elecciones presidenciales del 2018 y las regionales del 2019, lo cual, se debe a la inconformidad que han generado algunas acciones del gobierno de Iván Duque. Álvaro Uribe admitió su derrota, afirmando: “perdimos, reconozco la derrota con humildad. La lucha por la democracia no tiene fin.” Hoy, se puede hablar de una gran pérdida para el uribismo y del nacimiento de nuevos pensamientos alejados de la derecha, especialmente en los jóvenes, quienes tuvieron un papel protagónico durante estas elecciones. Colombia está despertando.
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