18 de octubre de 2017
TransMilenio: ¿ineficacia o falta de cultura?
Por: Camila Polo
Desde el 2000 y junto con la alcaldía de Enrique Peñalosa, TransMilenio se ha constituido como el medio de transporte más importante de la capital colombiana. Sin embargo, esta importancia otorgada lleva a que sea usado por una gran mayoría y que el sistema no sea tan efectivo como se pretende. Muchas experiencias en TransMilenio suelen ser catastróficas, pero ¿es realmente culpa del sistema masivo o por el contrario se le atribuye a la falta de cultura ciudadana de la mayoría de personas que usan el sistema?
¿Por qué el sistema no satisface las necesidades del ciudadano bogotano?
Buses que no llegan en el tiempo estipulado al paradero, buses que no cuentan con el mantenimiento necesario y tienden a vararse en medio de la vía, pasajes con un valor alto y no justificado, son solo unas cuantas razones del por qué el sistema masivo de transporte recibe miles de quejas diariamente, realizadas por los usuarios.
Además, arguyen que el sistema de TransMilenio no solo está fallando en la práctica, sino también en su estructura. Según una nota ciudadana publicada en Las2Orillas y cito: “…la crisis del sistema es estructural. Estructural en la medida en que una metrópolis como Bogotá no pueda estar moviéndose con 2.047 buses, 137 estaciones y 9 portales como lo registra en sus cifras Transmilenio, sencillamente no dan abasto para millones de personas…”
Aunado a esto, TransMilenio es una empresa de servicio público con recaudadores privados que terminan con el 95% de los ingresos y que lastimosamente, no se ven mejorías en el sistema tal como lo dice una nota ciudadana en Las2Orillas y cito: “Tenemos prácticamente a una entidad del distrito que trabaja para que los operadores acumulen las principales ganancias y los principales problemas como seguridad, infraestructura y vías los afronte sólo empresa distrital Transmilenio S.A.”
Es por esta razón que las fallas diarias del sistema, si se argumentan, sí recaen en una gran parte sobre la administración del mismo, ya que esta no es efectiva y no vela por los intereses de millones de personas que tienen que utilizar el sistema a diario y que, además, pagan uno de los pasajes más costosos de Latinoamérica sin que se vean cambios radicales dentro del mismo.
Cultura ciudadana: otro obstáculo en el perfeccionamiento del sistema
Como bien es sabido una gran mayoría de la población de la ciudad se moviliza hacia sus lugares de trabajo y estudio, en horas pico de la mañana y de la tarde, en TransMilenio. Eso quiere decir que, a estas horas, el sistema suele estar mucho más congestionado y a pesar de que sí existan fallas en el sistema, no todo es culpa de este y se le atribuye un gran peso a la falta de cultura ciudadana que habita en cada uno de los usuarios del sistema.
A diario se presentan casos de robos a usuarios, acoso sexual y diversas clases de malentendidos y discrepancias dentro de las estaciones y los articulados. No es de extrañar que usuarios del sistema expresen sus inconformidades frente a otros usuarios del sistema.
Uno de los escollos más graves que debe afrontar el sistema son los colados, personas que prefieren arriesgar su vida a pagar un pasaje. Muchos de estos arguyen que no ven justificado el precio del pasaje y prefieren pagar el precio, pero ¿realmente vale la pena? Desde el 1 de abril del presente año, la tarifa de Transmilenio subió de 2000 a 2200, esto con el fin de cubrir un déficit de alrededor de 660 millones de pesos, de los cuales gran parte se les atribuye a los colados. Además, trabajadores del sistema relatan que han sido agredidos física y verbalmente por usuarios que se cuelan en el sistema. Según un artículo de El Tiempo “En el 2016, 210 empleados de Recaudo Bogotá fueron agredidos por los evasores.” Además, se tiene el caso de Leonardo Licht, quien fue asesinado por un usuario que pretendía colarse en la estación de la Avenida Jiménez y quien mostró que la agresividad y la falta de cultura ciudadana abundan en el sistema.
Finalmente, es cierto decir que el sistema falla y que muchas veces esto se debe a la mala administración, no sólo de las alcaldías en ejercicio sino de las empresas encargadas. No obstante, también es cierto decir que los usuarios tampoco son conscientes de su comportamiento en el sistema y, a su vez, tampoco colaboran y hacen un esfuerzo para que el viaje sea más ameno con acciones tan sencillas como ceder la silla a quien lo necesita o hacer una fila organizada al esperar y tomar el Transmilenio. Estas acciones ayudarían no solo a que el sistema mejore considerablemente, sino que también la administración mejore.
Blu Radio – Falta de cultura ciudadana, uno de los males que afronta Transmilenio
El Tiempo – Las heridas que han dejado los colados a funcionarios de TransMilenio