Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

6 de octubre de 2014

UBER presiona al monopolio amarillo

Por: Natalia Granados Segura

Con la entrada sigilosa pero contundente de la aplicación de Uber a Colombia las falencias y el atraso del sistema de transporte público se han hecho cada vez más visibles. A pesar de tener un costo mayor, los usuarios de los denominados “taxis amarillos” están dispuestos a asumirlo al elegir los nuevos “taxis blancos”. ¿A qué se debe esto? Pagar un porcentaje mayor del 30% a la tarifa establecida, no es una buena señal. Las miles de denuncias por parte de los ciudadanos frente al servicio de taxis por fin están cobrando tal importancia que los cambios se están generando.  

Uber se ha desarrollado como una aplicación mundial de gran importancia, su expansión ha sido de manera rápida logrando tener presencia en 42 países en menos de 4 años desde su creación. El éxito de la aplicación se ha generado a partir de su fácil comprensión y la sencillez de su objetivo. Busca hacer el enlace entre conductor y pasajero más cómodo de lo habitual, reduciendo los riesgos inminentes al eliminar la transacción de efectivo dentro del carro, mejorando los estándares de comodidad (automóviles, camionetas que deben tener menos de 10 años desde su compra y ser de alta gama) y ofrecer un servicio rápido a sus pasajeros.

A pesar de esto, Uber ha tenido bastantes problemas en la mayoría de los países a los cuales ha entrado. Por ejemplo, en Berlín esta aplicación fue declarada prohibida el pasado 14 de agosto como una medida que buscaba “proteger” a los pasajeros y al servicio de taxis común. Con base en esto, salen a relucir dos interrogantes en el caso de Colombia: ¿está Uber convirtiéndose en una amenaza para el servicio de taxis habituales?¿es una aplicación ilegal que está entrando a la economía mediante un modelo de competencia desleal?

Uber en Colombia: ¿una amenaza letal?

La entrada de Uber a Colombia ha sido cuestionada en los últimos meses por la reacción que ha generado entre el gremio de taxistas quienes han visto el éxito que ha tenido la aplicación y se sienten amenazados. Sin embargo, como dice Lane Kasselman, director de comunicaciones para América de Uber: “los que están en contra de Uber son los dueños de las compañías de taxis, no los taxistas. Los propietarios de taxis son ricos y quieren mantenerse así. (…)”. Esta postura se desarrolló con él artículo de la Revista Dinero del 13 de agosto, donde se afirma que un conductor de Uber está ganando hasta 4 veces más que un taxista. Esta cifra, que se traduce en ingresos anuales para un conductor de Uber de hasta $30 millones de pesos, claramente respalda la idea de que el descontento por la aplicación no viene de los taxistas, sino en mayor medida de las compañías de taxis quienes están sufriendo salidas masivas de sus conductores hacía los nuevos “taxis blancos”.

A está diferencia en cuanto a utilidades que reciben los conductores, se le debe sumar los requisitos iniciales en cada caso. Mientras el cupo actual para poder adquirir un taxi amarillo en la ciudad en Bogotá oscila entre 70 y 90 millones de pesos, la condición de Uber es contar con un carro de placas blancas cuyo permiso está alrededor de los $8 millones de pesos. Con una brecha de casi 10 veces entre un cupo de taxi y el permiso de placas blancas, la diferencia entre utilidades comienza a ser un elemento importante.  A esto hay que sumarle el margen de utilidad manejado en cada formato, mientras los conductores de taxis logran generar $1.500.000 de pesos aproximadamente al mes, un conductor de Uber recibe el 80% de cada dólar de sus carreras y la compañía retiene el 20% restante. Todos estos datos se resumen en hacer más atractivo a esta nueva aplicación para los conductores. Ahora bien, al contar con cifras tan desiguales se demuestra que existe una  competencia que está desbalanceada y, en consecuencia,  es  de vital importancia  la regulación que el Ministerio de Transporte impondrá para Uber .

Uber revela las falencias del sistema

Teniendo en cuenta que las tarifas manejadas por la aplicación son un 30% mayor que las tarifas de “taxis amarillos” y que el pago cuenta con dos condiciones, tanto poseer una tarjeta de crédito como un dispositivo móvil, ¿por qué los colombianos están dispuestos a estos costos mayores?

La respuesta puede verse reflejada en una labor de presión que está ejerciendo Uber indirectamente frente al gremio de taxistas. Las constantes denuncias de los pasajeros de taxi en lo corrido del año, más de 1.000,frente al servicio y condiciones del recorrido, por fin están cobrando importancia. El sinfín de infracciones de tránsito cometidas por los taxistas, el mal trato hacia los pasajeros, la condición misma de los vehículos  (carros con más de 20 años de uso) y la denuncia estrella, negarse a prestar el servicio por razones como: “yo no voy para allá” o “no me meto en esa zona”. Estas son algunas de las falencias que el sistema ha tenido desde siempre, pero que hasta ahora están siendo vistas como un problema gracias al nuevo agente del mercado: Uber.

Como lo expone Guillermo Santos Calderón en el periódico El Tiempo: “si los taxis amarillos quieren en verdad apoyarse en la supuesta ilegalidad de la aplicación Uber deberían empezar por mostrar que ellos si cumplen las leyes de tránsito y de urbanidad”. Dado que en la práctica son pocos los taxistas que cumplen con estas condiciones, la acogida que ha tenido Uber dentro de los pasajeros seguirá creciendo.  Solo hasta el momento en el que los taxistas empiecen a mejorar su servicio y satisfagan completamente al pasajero podrían llegar aprovechar la ventaja de precio que tienen frente a la aplicación.

Sin lugar a dudas, la entrada de esta aplicación ha generado discusión entre el gremio de transporte de taxis, lo cuál está logrando algo sin precedentes: reacciones y cambios del servicio de taxi. La última campaña lanzada por Taxis Libres “Yo no pregunto ¿para dónde va?” es una respuesta inminente al impacto de Uber que, en últimas, se puede aplaudir y esperar que fomente un mejor servicio de taxi en la ciudad.

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