13 de febrero de 2017
La fiesta brava, ¿expresión cultural o de tortura?
Por: Camila Polo
Como bien es sabido, uno de los temas más controversiales y polémicos en los últimos días ha sido la reapertura de La Plaza de Toros La Santamaría, en vista del comienzo de la temporada taurina de 2017. En el 2012, durante la alcaldía de Gustavo Petro, la plaza de toros fue cerrada y las corridas de toros prohibidas, puesto que, según el entonces alcalde, la plaza necesitaba arreglos estructurales. A pesar de esto, la plaza fue escenario de diversos eventos culturales durante el período de Petro y parte del de Enrique Peñalosa. No obstante, en la alcaldía de este último, gracias a un fallo por parte de la Corte Constitucional, las corridas de toros iniciaron de nuevo.
“Cultura, entretenimiento y expresión”
Muchos taurinos defienden la tauromaquia, las corridas de toros y la tradición de la temporada taurina como una expresión cultural y artística. Argumentan que las corridas de toros son un espectáculo en el que el público alienta al toro para que muera dignamente y con orgullo. Por otro lado, muchos hablan de la muerte del toro de lidia como una fiesta o celebración que se le da al toro después de una vida llena múltiples cuidados.
Además de esto, comparan la muerte del toro de lidia, de la que replican que muere con dignidad, con la de animales como las vacas y cerdos que se usan para el consumo humano, a los que se les da muerte de forma inhumana. Y como dice Antonio Caballero en un artículo de opinión “¡Ay, los toritos…!” en la revista Semana “Todos los animales que tienen contacto con los hombres (que son todos los animales) padecen dolor por culpa de ellos. Y todos mueren. Pero de todos ellos los que mejor vida llevan son los toros de lidia. Cuatro años de holganza y protegida libertad en el campo, y media hora final de lucha a muerte. Y la muerte inevitable, pero digna: en la pelea. No en la ejecución infame y sin defensa a la que son sometidos los cerdos o los pollos, los atunes o las ratas, o los gusanos de seda.”
Es por esto, que muchos taurinos hacen referencia a los anti taurinos, a su falta de argumentos, protestando que el toro bravo lleva una vida digna desde su nacimiento hasta su muerte y que dentro de la pelea no existe sufrimiento, porque el toro siempre está dispuesto a luchar con tal de mantener su honor y su orgullo hasta el final, contraponiendo el clásico argumento de animalistas, que dicen que los toros sufren mucho a la hora de la corrida.
“Sí a la lectura, no a la tortura”
Por otro lado, frente a la decisión de la Corte, anti taurinos y animalistas, protestaron frente de la plaza, el pasado domingo. Lastimosamente, esto generó diversos actos violentos en los que se vieron involucrados los defensores de los animales, los que apoyan la fiesta brava y las fuerzas del ESMAD. Es por eso que los primeros, más específicamente el grupo “Animales libres de tortura” liderado por Natalia Parra, crearon la campaña “Sí a la lectura, no a la tortura”, con el fin de protestar de una manera pacífica. “Por eso dijimos ‘vamos a manifestarnos de nuevo, pero vamos a hacerlo de una manera que sea muy evidente de que es una manifestación pacífica’, vamos a estar sentados, para mostrar que estamos desarmados, y vamos a llevar un libro para leer. ¿Qué más pacífico que eso?” Dijo Parra.
La mayoría de animalistas, argumentan la prohibición de las corridas de toros y su inconformidad con estas mismas, en principio por el sufrimiento que tienen los toros a la hora de la corrida, ya que son apuñalados en diferentes ocasiones y heridos de muerte al final. Agregan que, a pesar de que las corridas de toros son consideradas históricamente importantes, se debe tomar en cuenta que esta es una tradición foránea que no pertenece a Colombia.
También hacen énfasis en que a pesar de que las corridas se vienen haciendo por mucho tiempo, hoy en día su aceptación ha bajado considerablemente y en unos años podrían estar desapareciendo, ya que arguyen que los jóvenes de hoy son más conscientes del sufrimiento que se les causa a los toros y en general, a todos los animales. Así lo dice Sonia Gómez, columnista del periódico El Tiempo, “Tauromaquia: muerte lenta pero segura” y cito: “Decir que las corridas de toros son una expresión artística y que por ello hay que defenderlas es una afrenta al arte como la expresión más sublime del alma humana. Pero me consuela ver que las corridas mueren ante el despertar de la conciencia de las nuevas generaciones ante el repudio de nuestros jóvenes a asistir a estos espectáculos, ante el esfuerzo de los grupos defensores de los animales como la bancada animalista del Concejo de Medellín. Pilarico, miembro de este grupo, lamenta que “desde el 2010 la Corte Constitucional ordenó al Congreso reglamentar para que en los eventos taurinos se proteja a los animales contra el sufrimiento. No lo han hecho y la tortura sigue igual: pica, banderillas, muerte. El Congreso está incumpliendo y debe legislar rápidamente”
Finalmente, conociendo y analizando ambas posiciones, se puede decir que a pesar que las corridas de toros son un espectáculo en el que se presencia mucho dolor y sufrimiento, esto no quita la doble moral de los anti taurinos, que hacen todo lo posible por salvar a los toros y no se dan cuenta de la cantidad de animales que mueren en mataderos para consumo humano, que a su vez pueden llegar a tener una muerte más violenta y sanguinaria que la de los toros de lidia. Esto no quita el hecho de que se debe cambiar la tradición de la fiesta taurina, ya que La Santamaría puede ser escenario de muchos otros eventos culturales, que sean aptos para todo tipo de público y puedan llegar a ser educativos y entretenidos.