Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

21 de marzo de 2016

El arte: un camino con rumbo a la paz

No hay mejor forma de contrarrestar los efectos de la violencia, el dolor, el rencor y en fin, todos esos sentimientos que no hacen más que dañar la conciencia humana, que actuando o sanando a través de la cultura. Esta brinda a la persona la posibilidad de expresarse sin limitaciones. Por medio del arte se logra sobrellevar varias de  esas cargas que cada individuo  tiene consigo mismo, el arte nos permite liberar emociones y, probablemente, eso lleve a exteriorizar lo mejor de cada uno. El conocimiento, la aceptación y el respeto hacia la cultura, son las bases para llegar al objetivo que tanto se anhela: la paz.  

En términos de cultura

Conceptualmente la cultura es la colección que el individuo ha hecho de las costumbres y tradiciones de su sociedad, adaptándolas a su vida cotidiana. Por su lado, el arte toma su lugar dentro de la cultura como una fuente de desarrollo del juicio crítico en el sujeto; es este quien decide cómo hace uso de sus habilidades dentro de la sociedad.Ahora bien, buscando la aplicación de esto en la comunidad, existe un punto de choque con diferentes formas de pensar y actuar que se ven reflejadas en los gustos, la forma de vestir, la alimentación, las creencias e ideologías, todo tipo de manifestación humana que se deriva de la diversidad cultural.

Si nos trasladamos al fondo  de las situaciones, a causa de tantas diferencias, vamos a encontrar los conflictos, lo que implica que la cultura y el arte no sean precisamente la solución a los conflictos, pero se  puede sembrar para que así sea.  A ello se refiere Andrés Bueno de la siguiente manera: “El arte ¿pilar fundamental para la construcción de una sociedad y una cultura de paz? Desde luego, el arte es fundamental y necesario para cada uno de nosotros como individuos, además, el arte contribuye a la construcción de una mejor sociedad, incentivando sobre todo a las nuevas generaciones a tomar sendas alejadas de los malos caminos; los vicios, la violencia y las drogas.
Ahora bien, vivimos en una sociedad ya corroída por la violencia y la guerra, y es así como actualmente el papel del arte pierde su fuerza, sin embargo hay solución. Considero que definitivamente el arte contribuiría a una sociedad pacífica , solo que se tendría que empezar de cero e incentivar a la juventud para que paulatinamente a través del arte se construya una sociedad mejor, una sociedad tolerante”.

La cumbre del arte por la paz

Tomando como base el proceso de paz, por el que está pasando Colombia, se instituyó un programa, que busca un mayor  acercamiento de los aspectos culturales y artísticos a la lucha por la paz, Santiago Trujillo, director de Idartes (Instituto Distrital de las Artes); institución orientada a la cultura, recreación y deportes en el campo de las artes  y a la ejecución de políticas, planes, programas y proyectos, que articulan el campo  de las áreas artísticas, lo explicó así:  “La cumbre busca que el arte y la cultura sean tenidos en cuenta en el Proceso de Paz, pero más allá de eso, incidir en una sociedad que necesita movilizar la mente, el cuerpo y el espíritu alrededor de la posibilidad de construir una cultura de paz en donde todos podamos ser y podamos ejercer una ciudadanía libre y democrática”.

A través de la página virtual del periódico EL TIEMPO, que es el medio que ha seguido minuciosamente el proceso de la cumbre de arte y cultura por la paz, se encuentran registros de las actividades artísticas realizadas con el apoyo del teatro, la música, la danza y todas las formas de arte que han decidido estar presentes. También, las víctimas y victimarios del conflicto armado en Colombia han hecho parte de esta inclusión artística para lograr la paz y la mediación.

El periódico realizó también una presentación multimedia de “ARTE POR LA PAZ” donde destacó tres temas: las mujeres, quienes a través de una obra teatral cuentan su historia como víctimas de la trata de personas, cinco mujeres  valientes, decididas a romper su silencio. En memoria de los desaparecidos es una estrategia realizada por la directora y dramaturga Patricia Ariza, quien ha logrado que los artistas y las víctimas trabajen juntos en un proceso de sanación, claro ejemplo, es el caso de las madres de Soacha, quienes perdieron a sus hijos a través de los mal llamados falsos positivos. También están incluidas las víctimas como protagonistas un proyecto por medio del cual las víctimas del conflicto utilizan las diferentes expresiones artísticas y culturales  despojándose  del dolor y el sufrimiento, para lograrlo, el colegio del cuerpo realizó un homenaje a los desplazados a través de la danza.

La Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte, informa que este evento es organizado por el movimiento cultural Artistas por la Paz, la Alcaldía Mayor de Bogotá, en cabeza del Instituto Distrital de las Artes de Bogotá, entidad adscrita a la Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte, y la Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas, la Paz y la Reconciliación. La cumbre de arte y cultura por la paz busca la vinculación de los jóvenes al arte, a la generación de una cultura de respeto, aceptación, tolerancia y reconciliación para que logremos la solución del conflicto, y formemos un país en PAZ.

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