16 de octubre de 2014
¿Rusia tiene nueva imagen internacional tras las sanciones de EE.UU. y la UE?
Por: Ana María Bedoya Rondón
Las acciones de Rusia tras la situación en Ucrania ha provocado descontento en países de occidente, donde EE.UU. y la UE decidieron tomar palabra en el asunto y “reprender” a Rusia por su comportamiento, iniciando por la exclusión del país en la reunión del ahora G7, hasta las sanciones comerciales, financieras y energéticas que allí nacieron. Sin embargo, el gran Kremlin no se quedó atrás y en repuesta a la posición de occidente decidió seguir actuando en pro de sus intereses nacionales, tomando decisiones como cerrar el mercado de productos agrícolas, alimentos y materias primas importados desde EE.UU. y la UE.
Los disturbios que iniciaron en el oeste de Ucrania por querer ser parte de la Unión Europea y que desembocarían en la destitución del presidente Viktor Yanukovich, abrirían paso para que en Ucrania del este, de mayoría rusa, tomaran la determinación de abogar por su autonomía y llegaran a firmar un referéndum por el cual Crimea se anexaría a Rusia, acto que además sería desaprobado por la comunidad internacional.
Así, durante ese proceso EE.UU. y la UE advertían a Rusia sobre apoyar militarmente a los grupos separatistas, enviando tanques, vehículos con combustible, lanzacohetes y vehículos de apoyo, desde entonces han pensado en la imposición de sanciones debido a la preocupación por las consecuencias que podría traer dicha disputa por el significado de un área de influencia como lo es Ucrania para ambos bloques.
Sin embargo, las acciones de Vladimir Putin han dejado claro que sus intereses nacionales prevalecerán y su política exterior no doblegará ante el marco de obstáculos que le puedan representar las decisiones de occidente.
Vladimir “El Grande”
La llegada de Putin al poder implicó un cambio importante en la política rusa. Un impulso en todos los ámbitos, como el energético, que le permitió dinamizar la economía y tener la oportunidad de invertir más en seguridad, evidenciado desde Chechenia, la invasión de Georgia a Osetia del Sur y ahora la presencia militar en Ucrania. Podría decirse entonces que el rol de Putin ha sido esencial para fortalecer la gobernabilidad de Rusia.
Asimismo, Putin se ha concentrado en otorgarle a Rusia el poder que se ha desvanecido, priorizando su política de defender los intereses nacionales y hacerle frente a las decisiones del país cuya percepción es la de hegemón. De esa manera, ha hecho contrapeso a las decisiones y la opinión de Estados Unidos, no obstante, la gran potencia no aprueba su comportamiento desde que Putin ha tomado decisiones como no aceptar el intervencionismo de la OTAN, no abandonar Crimea y apoyar la anexión de esta a Rusia.
Claramente no es lo mismo que Rusia tenga presencia en Crimea aun cuando esta declara que lo hace en pro de apoyar la libre autodeterminación del pueblo, a la presencia militar de Estados Unidos en Afganistán, Irak y Libia.La primera es totalmente ilegal y, por el contrario, la segunda, aunque exista conocimiento de los alcances y consecuencias que puede generar, tiene por lo menos el silencio cómplice de la comunidad internacional.
Ahora, EE.UU. ha logrado que la UE, incluso siendo consciente de las implicaciones que puede acarrear sancionar a Rusia por la crisis en la que se encuentra, sea la que ejerza una estrategia geopolítica de presión esperando que Rusia ceda. Pero, tal vez no esperaban que la respuesta rusa fuera cerrar el comercio en los mercados de productos agrícolas, materias primas y alimentos con los EE.UU., para quien dichas exportaciones llegan a la suma de US$1.300 millones y con la UE que significan US$2.700 millones menos en sus exportaciones.
El presidente ruso está dispuesto a recuperar e incluso superar el valor que tenía la URSS como potencia y su gran proyecto no tiene vuelta atrás, las estrategias salen a la luz en cada uno de sus movimientos.
Apertura hacia el sur
La visita del canciller ruso Sergei Lavrov a América Latina expone la materialización del interés de Rusia por abrir comercio más allá de EE.UU. y la UE y fortalecer la cooperación sur-sur, además de dejarle en evidencia a occidente que también puede tocar las fronteras en donde ellos están y con mejores propuestas.
Es una gran oportunidad para América Latina, aunque la Unión Europea crea indebida la cooperación con Rusia. No obstante, Rusia tomará la oportunidad para hacer cambios trascendentales a escala global, que ya ha puesto en marcha. Putin en su última visita a América Latina habló de cooperación tecnológica, energética y militar, además se reunió con el grupo de los BRICS en su VI Cumbre en Fortaleza,Brasil, creando el Banco de los BRICS.
Este nuevo Banco presupone una segunda opción, en lugar del FMI, para los países en desarrollo. Por supuesto, una forma más de expresión de la política rusa, que quiere hacerse ver como una potencia que sí trabaja par a par con los países en desarrollo y que por lo tanto, este puede ser una mejor opción como aliado que Estados Unidos o la Unión Europea.
¿No son estos hechos familiares? Pareciera un flashback, Rusia y Estados Unidos jugando a quién es más poderoso, cada uno demostrando las estrategias que tienen, los aliados y sus alcances, Rusia acercándose por medio de sus aliados bilaterales en América Latina (Cuba, como un sencillo ejemplo) y posibles proyectos de bases militares. Parece ser que después de más de 50 años no han logrado limar asperezas, sin embargo, la visión de Rusia es cambiar su rol en la comunidad internacional, proyectarse como una gran potencia y seguir sacando provecho del contexto para aumentar su poder, Putin no va a retroceder ¿Podría ser el segundo capítulo de la Guerra Fría?