3 de agosto de 2018
Ley migratoria que beneficia a “dreammers”, pero separa a dos naciones
Por: Jéssica Beltrán y Sara Balaguera
El 26 de enero del 2018, por medio de un comunicado, Trump solicitó al congreso aprobar una nueva ley de inmigración, que legalice a 1.8 millones de indocumentados a cambio de un financiamiento de 25.000 millones de dólares para la construcción del muro fronterizo con México. Así mismo, pasar a reformar los puestos de control e implementar mejoras en la frontera con Canada. Es importante resaltar que entre ese 1.8 se encuentran algunos “dreammers”, jóvenes que ingresaron al país en su niñez y son parte del Programa de acción diferida para los llegados en la infancia (DACA), que tendría vigencia hasta marzo del 2018.
Los “dreammers” después de sufrir una larga temporada de incertidumbre acerca de lo que pasaría con su programa, han visto una luz de esperanza en la que sería la nueva ley de inmigración, que fue propuesta luego de que Peña Nieto, actual presidente de México, se negara a financiar la construcción de dicho muro.
Decisiones que transcienden
El viernes 20 de enero del 2017 Trump tomó posesión de la presidencia de Estados Unidos. Subió al poder gracias a las personas que compartían sus ideales nacionalistas y proteccionistas: el muro entre Estados Unidos y México se convirtió en parte de la agenda y se debía cumplir. Sin embargo, la controversia se desató cuando Peña Nieto se negó a financiarlo “México no cree en los muros. Lo he dicho una y otra vez: México no pagará ningún muro” fueron las palabras pronunciadas por el presidente de México. El 26 de febrero de 2018 se desató otra polémica cuando ambos presidentes discutieron fuertemente por teléfono a lo largo de cuarenta minutos; cuando Peña Nieto canceló nuevamente su visita oficial a Washington. Personas oficiales de los despachos presidenciales, aseguran que Trump, estaba intentando renegociar que México financiera el muro, de lo que se deduce que el presidente estadounidense ha tenido inconvenientes con el proceso para establecer la ley que le había propuesto al congreso semanas atrás.
Por otro otro lado y aunque entre los “dreamers” que podrán verse beneficiados debido a la propuesta de Trump, no desaparece la duda ni la pregunta de qué pasará con aquellos que no estaban acogidos al programa DACA, pues el actual presidente de la potencia, ha dejado muy claro su pensamiento de querer deportar de forma inmediata a todos los indocumentados, no solo musulmanes sino también latinos. Esto se vio reflejado en algunos dreamers que el pasado jueves primero de marzo caminaron 250 millas desde Nueva York hasta Washington, una manifestación que tenía como objetivo el luchar por sus derechos y los de los indocumentados en general, para establecer el programa DACA de forma permanentemente. Aunque se suponía que era una marcha pacífica, 4 de los integrantes de la marcha fueron arrestados por interferir en la movilidad de una intersección frente al capitolio, como símbolo de protesta.
La expectativa de los “Dreamers”
Es incierto el futuro del programa DACA y el de los jóvenes dreamers, que sienten que al no tener solución a su problema de “ilegalidad”, serán deportados del único país que conocen. Llegaron siendo tan solo unos pequeños niños que no superaban su infancia, indefensos y con expectativas muy grandes, huyeron de sus países, algunos con sus padres y otros sin ellos, por motivos de violencia o falta de oportunidades. Entraron de forma ilegal a los Estados Unidos en busca de una nueva vida que les garantizara seguridad y estabilidad, son “soñadores” esperando cumplir el sueño americano.
El futuro pintaba más negro para aquellos indocumentados que, aunque llevaran años en dicho país no tenían garantías para ser aceptados de forma legal. Todo cambió con la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca, al menos para los jóvenes, pues creó un programa social, al que se le dio el nombre de DACA, “Acción Diferida para los Llegados en la Infancia”, que básicamente garantizaba la protección, documentación y ayuda laboral a aquellos jóvenes que habían ingresado al país de forma ilegal cuando eran aún infantes. Este programa funcionó perfectamente, de Julio del 2012 a septiembre del 2017, pues con el cambio de presidencia, de Obama a Trump, el nuevo congreso quiso hacer reformas en la ley migratoria.
Hoy en día, los “dreamers” están a la espera de que se les puedan otorgar garantías nuevamente, algunos no aceptan la propuesta de querer legalizarlos a cambio de la financiación del muro, muchos dicen que se sienten como objetos, que hasta el día de hoy solo los ha tenido en cuenta el gobierno, no porque su bienestar les importe, sino porque solo les interesa el muro. Otros, solo quieren volver a estar tranquilos, trabajando o estudiando, y se encuentran a la expectativa de lo que decida el congreso, pues el plazo para ser deportados ya casi se vence, y no ven respuesta por ninguna de las partes.
Así se contemplaría la ley
En vista de lo dicho anteriormente, Trump propone 10 acciones que se pondrían en marcha de inmediato si el congreso decide apoyarlo, según el diario Crónica internacional
- Construir el muro en la frontera sur.
- Poner fin a la práctica de captura y liberación, de los migrantes indocumentados.
- Tolerancia cero para los delincuentes extranjeros.
- Bloqueo para el financiamiento de las llamadas “ciudades santuario” porque permiten o fomentan la contratación de migrantes indocumentados.
- Cancelar órdenes ejecutivas inconstitucionales, y hacer cumplir las leyes de inmigración estrictamente. (Esto en referencia a los decretos del presidente Barack Obama, que han beneficiado a unos 5 millones de indocumentados, que tiene la opción trabajar en este momento).
- Suspender la expedición de visas en países donde no se pueda hacer una adecuada revisión.
- Asegurar que cada país tome a sus deportados cuando se ordene que salgan del país (pago de las deportaciones).
- Completar el sistema de seguimiento visa biométrica de entrada y salida.
- Apagar el imán de empleos y beneficios.
- Impulsar una reforma de inmigración para” beneficiar a los intereses de los Estados Unidos y sus trabajadores.”
De esta manera Trump esclarece su posición ante los inmigrantes indocumentados. Pretende que el porcentaje de las elevadas tasas de “ilegales” disminuya notablemente durante su mandato. Para esto, propone la creación de políticas públicas que “beneficien” a ambas partes. Aunque muchos medios en su país cuestionan dichas decisiones y lo tildan de “interesado”, cuenta con el respaldo de 51 congresistas de su partido republicano en el congreso, es decir, cuenta con la mayoría de votos a su favor. Si se decide seguir con la discusión de dicha propuesta, los legisladores deberán ser cuidadosos en como reformarían la ley migratoria, de tal forma que no deje de favorecer al estado ni tampoco cause impactos negativos en los programas sociales que benefician a una porción de “ilegales” tales como DACA, para así evitar polémicas, protestas e inconformidades como las que se han venido presentando en los últimos meses.
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