15 de junio de 2016
El gallo francés : ¿una nueva ventaja política?
Por: Robin Vives - Cátedra Naciones & nacionalismos
“Símbolo mal amado del nacionalismo o de la extrema derecha desde muchos años, la bandera francesa vuelve a ser un símbolo de paz y desafío”, según un comentario de “The Guardian” después de los ataques de París, en la mañana del día de homenaje a las víctimas, el 27 de noviembre 2015. “La relación entre la nación y sus tres colores esta cambiando” estima el cotidiano británico. En medio de este entusiasmo por la defensa nacional, “The New York Times” constata que “los ataques de París han despertado una fervor patriótica que no se había visto desde hace décadas en Francia”. Al mismo tiempo, “El País” habla de la multiplicación de demandas para entrar en el ejército, citando a un joven de 25 años quién afirmó que: “pensaba desde hacía mucho tiempo ingresar en el ejército pero son los atentados [los] que [le] permitieron tomar definitivamente [su] decisión, es el momento de defender a mi país”.
Después de los atentados del 7 de enero y del 13 noviembre 2015, François Hollande decidió jugar la carta del patriotismo al reafirmar los símbolos patrios como la bandera o el himno nacional: La Marseillaise. Un patriotismo que la izquierda dejó durante mucho tiempo en las manos de la derecha y la extrema derecha. Un patriotismo que poco a poco aparece como un verdadero argumento político, que le sirve al presidente no sólo para justificar sus políticas de seguridad, sino temas muy diversos como los impuestos a los más ricos, el desempleo y hasta el precio mismo de la carne. Pero la pregunta es saber si Hollande es capaz de realmente conciliar la izquierda y el patriotismo, una fuerza política que podría servirle en estos tiempos de dificultad, y que activará las próximas elecciones presidenciales de 2017.
¿ Y si la izquierda volviera a ser patriota ?
Es un efecto directo de los atentados de enero y noviembre: François Hollande sacó la bandera, exhortando los franceses a mostrar su apego a este símbolo patrio. El presidente menciona entonces el “alma francesa”, al igual que lo hicieron antes grandes hombres políticos como Jules Ferry o Ernest Renan. El jefe de Estado invoca el patriotismo para reunir a los ciudadanos y formar la unidad nacional. Es su función legítima, sin embargo se trata de una marcada inflexión. Quiere ser el abanderado de la República, y de su guerra contra el terrorismo, pero sin dejar la marca de los republicanos conservadores (LR), ni mucho menos aquella del Frente Nacional (FN).
Para un presidente de izquierda, no se trata de una impostura, ni mucho menos de una conversión ideológica y política. En Francia, fue la monarquía la que creó el Estado, y es el Estado el que creo la nación; contrariamente a los alemanes, ingleses, italianos y españoles. El patriotismo stricto sensu nació con la Revolución Francesa de 1789, es decir con la izquierda. La consciencia del patriotismo nació con la guerras de la revolución, y con el Imperio en el cual el patriotismo fue promocionado por los jacobinos, al mismo tiempo que hacía parte de la exaltación de la época por Napoleón. Durante la Restauración, de nuevo fue la izquierda, a través los republicanos, la que defendió la idea de una nación unida. Durante todo el siglo XIX, el patriotismo fue de izquierda, hasta que el boulangisme cambió las cosas. La voz del nacionalismo es al inicio del siglo XX más fuerte que nunca, mientras que el internacionalismo pacifista de izquierda creaba confusión.
Con Mitterrand, el Partido Socialista asumió de nuevo el patriotismo y su apego a la identidad europea. Sin embargo, la popularidad del FN se basó en la identidad francesa y el nacionalismo. Ellos defienden un nacionalismo de aislamiento y repliegue. En cuanto a los socialistas, ellos dan la impresión de no ser europeos felices, ni patriotas consagrados. Así lo demostró el fracaso de Ségolène Royal en las elecciones de 2007. Este período complejo es aquel que François Hollande quiere cerrar y borrar. La crisis económica y migratoria lo desafían, el terrorismo lo amenaza, por eso decide sacar el argumento del patriotismo. Muchos comparten con el presidente este esfuerzo necesario, y nadie realmente lo puede contradecir seriamente. Por lo tanto, el presidente tiene ahora que aclarar las divisiones ideológicas en las cuestiones económicas y sociales, así como responder las preguntas en términos de identidad y soberanía nacionales.
¿ Una derecha más patriota que la izquierda ?
Dos definiciones del patriotismo se enfrentan: exaltación de los ideales republicanos de un lado, y rechazo al multiculturalismo del otro lado. Según Laurent Joffrin, director de la redacción del “Nouvel Observateur”, el patriotismo es parte de las ideas de izquierda, respecto a su adhesión afectiva a los valores universales de la República. Por lo tanto, el nacionalismo que pone la nación en el centro de todos los valores es algo que pertenece a la derecha.
Ivan Rioufol, editor del “Figaro”, se opone a esa definición. Si bien él reconoce que los primeros patriotas fueron revolucionarios, ahora piensa que la izquierda abandonó los valores patriotas por falta de coraje. La izquierda no quiere confrontarse a las crisis de cohesión social que conocemos hoy. Esta crisis tiene su origen en la inmigración de población y la llegada de una cultura diferente. Por lo demás, el Islam radical pervierte los fundamentos de la patria, es decir el rechazo al comunitarismo y el multiculturalismo.
Laurent Joffrin piensa que hubo un miedo por parte de la izquierda elitista en defender y exaltar las valores patriotas, pero que la identidad francesa tiene su base sobre la voluntad de vivir juntos (Renan). El punto de vista minoritario de algunos musulmanes, por ejemplo, no podría debilitar aquellos valores no negociables como lo son la laicidad, la igualdad sexual y el respeto por el orden público.
Aparecen pequeños partidos al lado de los grandes que también quieren defender a su visión del patriotismo. Frente a la popularidad de partidos de extrema derecha como el FN, nuevos partidos de derecha quieren defender su propia idea del patriotismo. “France fière”, un think tank de derecha, defiende una nueva forma de patriotismo. Preconiza una Francia plural, indivisible y orgullosa, aceptando todos los hijos del país sin mirar sus orígenes o su condición social.
¿ Una nueva fuerza política o un regalo envenenado ?
François Hollande usó en los últimos años el patriotismo como argumento para diferentes luchas políticas de su programa. Esto le permite recordar el deber de crear empleos, y el deber con la nación de los más ricos de pagar más impuestos (criterio de proporcionalidad). Lo mismo con el precio de la carne, el presidente pide a los consumidores y a las grandes empresas del mundo agro alimentario comprar francés y ayudar la economía nacional.
Si el presidente defiende el patriotismo como una voluntad y no solo como una nostalgia, usarlo en cada lucha política podría convertirse en un regalo envenenado. Las elecciones de 2017 podrían convertirse en una emboscada por parte de sus enemigos políticos. Valdría la pena recordarle al señor presidente, que el patriotismo es un valor primordial, y no se usa únicamente como argumento político.
Referencias El Libre Pensador:
L’Express – « François Hollande utilise le patriotisme comme argument contre le chômage ».
Libération – « Hollande : « Le patriotisme n’est pas une nostalgie, c’est une volonté ».
Le Point – Manuel Valls : « Le patriotisme n’est pas le nationalisme ».
Libération – « socialistes et le patriotisme ».
L’Obs. – « La droite est-elle plus patriote que la gauche ? ».
Le Point – « François Hollande : agent d’ambiance patriotique ».
Le Figaro – « Laurent Bouvet : et si la gauche redevenait patriote ? ».