Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

23 de julio de 2014

Elecciones presidenciales: Colombia 2014

Por: Estudiantes FIGRI - Segundo Semestre

La participación de diferentes partidos a los de costumbre, como el Centro Democrático o la Alianza Verde y de las respectivas ideologías que cada uno de estos representa, ha puesto de relieve las diversas maneras administrar las campañas de frente a la opinión pública. Por esta razón, la campaña presidencial del presente año ha resultado atípica en comparación con las de periodos anteriores.

Durante el período pre-electoral, los medios masivos de comunicación resaltaron las principales problemáticas del país, y expusieron mediáticamente las posturas de los candidatos, basados en sus declaraciones y los programas de campaña. Pero, una de las características de esta campaña, es que fue una campaña de medios, solo con dos debates televisados previos a la primera vuelta. Debido a los múltiples escándalos y la oposición de todos los otros candidatos frente al presidente-candidato Santos, muchos de sus representantes no asistieron y los debates previos, extraoficiales y académicos no se dieron.

Lo que para muchos fue considerado como una guerra sucia entre los candidatos más representativos, más que un debate electoral de fondo, se observa en la deficiencia de la difusión mediática de sus propuestas puntuales. Ahora bien, es usual que en campaña, los candidatos: 1) presenten sus programas de campaña, otra cosa es que la gente los desconozca; 2) se abandonen a una serie de luchas políticas por defender los intereses de sus colectividades; 3) Clara López no atacó a nadie, pero esto de poco le sirvió pues salió muy mal librada, con tan solo un 15% de votos.

El tema de mayor controversia fue sin lugar a dudas la paz y las diferentes ideas que los aspirantes defienden al respecto. La posturas opuestas en relación a cómo hacer la paz siempre fue el punto de partida para los diferentes ataques mediáticos que se dieron entre los candidatos.

Los medios masivos de comunicación se encargaron de exacerbar estas contradicciones: periódicos de cobertura nacional como El País, El Colombiano, El Espectador y El Tiempo, además de los periódicos regionales como El Heraldo ( líder en la costa atlántica) e incluso departamentales como El Universal de Cartagena, documentaron las batallas entre los distintos candidatos, en relación a la paz. Revista Semana y Portafolio añadieron controversia al debate en la medida que sus publicaciones trascendieron la cortina de humo que levantaron las batallas sobre la paz; logrando profundizar en las propuestas económicas, internacionales y medio ambientales.

El tema que sin duda alguna generó más polémica en estas elecciones, fue la constante batalla entre los candidatos, pero una batalla que careció de propuestas que fomentaran un debate electoral, sino que por el contrario se buscaba desacreditar al otro o a su respectivo partido, por medio de mala propaganda política o declaraciones que generaban polémica. El detonante de la polémica fueron las declaraciones de un hacker informático, según el cual prestó apoyo al candidato Oscar Iván Zuluaga, para escuchar las conversaciones que se sostienen en el marco de la Mesa de Negociación por la Paz en la Habana.

También, resalta la acusación del ex presidente Álvaro Uribe Vélez al presidente-candidato Santos, en relación a la supuesta entrada de dineros del narcotráfico en la campaña de 2010. Los medios de comunicación se volvieron el ring de cada candidato en esta batalla basada en la propaganda negra y el descrédito del otro.

Tanto en los medios de comunicación nacionales (como lo son la revista Semana y el periódico El Espectador) como departamentales (El Heraldo de la Costa Atlántica o Vanguardia Liberal de Bucaramanga y Santander), se vio reflejada más una batalla personal entre los candidatos, que un debate en el que cada uno se esforzara por defender sus respectivas propuestas programáticas. Fueron unas elecciones presidenciales que se desarrollaron al ritmo de los escándalos, los ataques personales y las polémicas mediáticas que estos suscitaron; pero de las propuestas programáticas, basadas en argumentos y conocimientos, se escuchó muy poco.

En otras palabras, los medios masivos de comunicación se enfocaron en publicar y mostrar a los colombianos como los candidatos se contradecían y se atacaban entre sí. Cualquier acto incorrecto o que pudiera generar controversia, fue sacado a la luz por los medios masivos de comunicación, principalmente los canales nacionales de televisión. Estos publicaron supuestas evidencias que desprestigiaban las campañas de los aspirantes. Pasaron a ser protagonistas dos personajes y sus dos campañas: Juan Manuel Santos y Oscar Iván Zuluaga (en su campaña se le atribuye una participación importante y determinante al ex presidente Álvaro Uribe Vélez). Estos dos personajes fueron el eje alrededor del cual se desataron las discusiones y los actos de defensa entre ambos; los medios masivos de comunicación juegan de esta manera un papel determinante, otorgando una sobre-exposición mediática a los desacuerdos entre estos dos candidatos, ya que estos generan una mayor audiencia. Los medios masivos de comunicación casi no insistieron en las propuestas de los demás candidatos: Clara López, Enrique Peñalosa y Martha Lucia Ramírez.

La paz ha sido el tema que más ha desarrollado debates en lo que a las elecciones del 2014 concierne, pues algunos medios masivos de comunicación sugieren que hacer la paz con los grupos al margen de la ley sería más beneficioso para el país, que declararles la guerra y tratar de eliminarlos por completo (lo cual no soluciona el conflicto). Por ejemplo, el periódico El Espectador, que es uno de los más objetivos, en los últimos días ha publicado columnas y artículos en los cuales se refiere a la paz como la mejor opción; apoyando indirectamente de este modo el propósito principal de la campaña del presidente-candidato Juan Manuel Santos. En efecto, él tiene como objetivo principal firmar la paz a finales del presente año con los grupos insurgentes. El acto mediático más efectivo, fue la publicación de encuestas que se realizaban con cierta periodicidad, para mostrar la favorabilidad que tenía cada uno de los candidatos; tarea que llevaron a cabo algunos medios como la Revista Semana y los periódicos El Tiempo y El Espectador.

Finalmente, fueron pocos los debates que patrocinaron los medios masivos de comunicación para dar a conocer más a fondo las propuestas y argumentos principales de cada una de las campañas realizadas por los candidatos. Los periódicos de cobertura nacional, departamental y regional llenaron sus contenidos con los ataques y las oposiciones que se dieron entre solamente dos aspirantes. En consecuencia, los medios masivos de comunicación no fueron efectivos para informar de manera objetiva, positiva y basándose en los argumentos de los candidatos; respecto a las decisiones de los colombianos, quienes al final depositarían su voto de confianza en uno de los aspirantes contando solo con una información parcial y opaca.

Por Alejandra De La Espriella, Julio Cesar Botero Murillo, Gabriela Pardo Méndez, Valeria Restrepo Gómez, Tatiana Valencia Rojas.

  En Colombia, la época de elecciones del 2014 ha resultado caótica. Los candidatos participantes de la primera vuelta fueron: el presidente Juan Manuel Santos, con la Unidad Nacional y su búsqueda por la paz, el representante del uribismo Óscar Iván Zuluaga, Clara López, quien es la cara de la izquierda, Marta Lucía Ramírez, cabeza de un conservatismo divido, y Enrique Peñalosa de la Alianza Verde, la cual quiere dejar atrás la ‘politiquería’y la maquinaria que esta lleva consigo. Curiosamente, los candidatos que aseguraron su cupo en la segunda vuelta, Juan Manuel Santos y Óscar Iván Zuluaga, fueron aquellos cuya campaña electoral enfrentó múltiples controversias de competencia desleal y campaña sucia.

Por campaña sucia, se entienden los actos por parte de candidatos que en vez de buscar publicidad para símismos, buscan destruir a su contrincante. Esta campaña sucia fue especialmente peligrosa debido a que todavía se están llevando a cabo los diálogos de paz entre el actual gobierno colombiano y las FARC en La Habana. Sin duda, el enfrentamiento entre los candidatos dejóen claro que la negociación del conflicto armado que enfrenta el país se encuentra en estado crítico, y que no se puede dar nada por sentado, pues todo puede cambiar a partir de los resultados de este 15 de junio.

Estas elecciones han causado conmoción no solo en Colombia sino en todo el mundo, apareciendo en reconocidos periódicos como el New York Times, BBC, Le Monde, Aljazeera, El País, The Washington Post, ABC, The Telegraph y el Miami Herald. Todos los periódicos anteriormente mencionados han hecho un aparente esfuerzo por cuidar su neutralidad, salvo The Telegraph, el cual delata cierto apoyo al presidente-candidato Santos.

El primer aspecto sobre el cual los medios han centrado su mirada ha sido la escandalosa campaña sucia. Según afirman Aljazeera, CNN, BBC, El País, y The New York Times esta campaña consiste en ataques directos y sin rodeos entre los principales cointrincantes. Estos medios comentan sobre el vínculo entre el candidato Óscar Iván Zuluaga y el hacker Andrés Sepúlveda; escándalo que estalla por medio de la publicación de un video de la revista local Semana. En el video, el candidato mantiene una conversación con Sepúlveda, quien fue recién condenado por presuntamente interceptar llamadas de funcionarios de los diálogos de paz. Según exponen estos medios, este escándalo ha servido para desvirtuar al candidato del uribismo.

Por otro lado, Le Monde y los medios mencionados anteriormente, resaltan otro escándalo, esta vez afectando al presidente Santos. Los medios enfatizan en que el expresidente Álvaro Uribe Vélez afirma que J. J. Rendón, director de campaña de Santos en 2010, ayudóa patrocinar esta campaña con dos millones de dólares provenientes del narcotráfico. Sin embargo, pese a que la Fiscalía ha exigido pruebas, este no las ha presentado aludiendo que no las posee. A raíz de lo anterior, medios como El Clarín, O Globo y Aljazeera, sugieren que por medio del escándalo, Zuluaga y el uribismo han buscado desacreditar el proceso de paz afirmando que este abre una puerta al Castro-Chavismo.

La mayoría de los medios se han mostrado bastante imparciales y objetivos respecto al cubrimiento de estas controversias, mencionando simplemente la información que se conoce, sin hacer juicios o tomar partido. Sin embargo, pareciera que medios como El Clarín y O Globo se inclinaran hacia Santos, al no mostrar la justificación del expresidente Uribe y las declaraciones de este frente a las acusaciones que le profirieron.

Un segundo aspecto en el que se han concentrado los medios de países extranjeros, es la importancia del proceso de paz en estas elecciones; aquídos puntos resultan ser claves. El primero, es abordado por Aljazeera, CNN, Deutsche Welle, O Globo, y El Universal, los cuales aseguran que los diálogos han sido utilizados como un arma política, tanto por parte de Santos como de Zuluaga. Según los medios, Santos intenta postularse como el único candidato capaz de traer la paz al país, mientras que Zuluaga ha tildado la negociación de paz como un: “alcahueteo a los guerrilleros”, esto para asegurar votantes. La mayoría de los medios concluyen que al final de cuentas, las elecciones se han reducido a un proceso de referendo, donde dependiendo del candidato, el votante estáescogiendo si estáde acuerdo o no con el proceso de paz.

Este panorama polizador, se ha venido modificando una vez el uribismo cambió sospechosamente su posición, aludiendo que ellos también defienden la paz y el proceso; esto con el fin de absorber los votantes que quieren la paz, pero rechazan a Santos por su política con el agro, la concentración de capital o el daño al medio ambiente.

Por otro lado, Aljazeera y CNN aciertan al exponer un segundo puntoclave sobre el tratado de paz: la supervivencia de los diálogos depende de quién sea elegido en la segunda vuelta. Esto se debe a que a pesar de las últimas declaraciones de Zuluaga sobre los diálogos, todavía hay incertidumbre a cómo actuarási es elegido, pues al principio aseguraba que sí lo era, terminaría con los diálogos. Ya después de la primera vuelta, los medios se han concentrado en las propuestas de Santos y Zuluaga respecto a la paz, pero sin dejar de mencionar a los otros candidatos cuyos seguidores ahora resultan fundamentales para obtener la mayoría, en función de las alianzas entre los partidos (El Nacional).

Ahora bien, pese a que, en general, los medios internacionales han mantenido la imparcialidad, se han centrado demasiado en los escándalos y en la lucha Santos-Zuluaga. Esto provoca que dejen de lado temas de fondo de las elecciones como por ejemplo la política ambiental de los candidatos, y se presenta como una apatía política reflejada en el más alto nivel de abstención. Además, se denota el abandono del aspecto ideológico en las campañas. En síntesis, a pesar de que se mantuvo la objetividad y la imparcialidad, el cubrimiento por parte de los medios ha sido incompleto, dando demasiado foco a Santos y Zuluaga y dejando de esta manera demasiado poco espacio para las problemáticas de fondo.

 Por Carolina Bernal, Nataly Arenas, Fernando Cabra, Nathalie Gutierrez, Juan Martín Londoño.