Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

1 de septiembre de 2014

Educación: Problemas de primer mundo con respuestas de tercer mundo.

Por: Héctor Rojas

Cuando se camina en la alta montaña para llegar al borde de la nieve, no sobre lajas de piedra firme, sino sobre morrena -un piso en forma  de arena que se desplaza por la gravedad gracias al peso de los cuerpos que la recorren-, se presenta la paradoja de estar físicamente muy cansado, con dificultad para respirar debido a la escases de oxígeno por efecto de la altura y por cada dos pasos que se dan, el caminante se regresa uno.  Con el ánimo de llegar a mayor altura, el gobierno colombiano ha tocado las puertas de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), un selecto grupo de 34 países que en palabras del presidente Santos, es “en cierta forma, una garantía de calidad en sus políticas públicas”.  No hay motivos para culpar a otros por las desgracias propias, son las decisiones políticas las que han hecho que Colombia se interese por ser parte de este grupo de países, sin embargo, el costo que hay que pagar pone de manifiesto el notable deterioro de algunas de las variables tenidas en cuenta por quienes aprueban o no, la entrada de nuevos miembros.  En la medida en que nuestro horizonte sea primer mundo sin reconocernos en vías de desarrollo, seguiremos intentando solucionar los problemas de otros sin resolver los propios.

Colombia está atrasada en materia de educación

Las pruebas PISA (Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes) son  un estudio internacional realizado por la OCDE que evalúa en qué medida los jóvenes de 15 años han adquirido conocimientos y habilidades suficientes para participar en la sociedad, y así identificar elementos que contribuyan al desarrollo de competencias y se formulen políticas públicas acertadas en aquellas áreas por mejorar. Se realiza cada 3 años y evalúa competencias en lectura, matemáticas y ciencias.  Colombia participó por primera vez en PISA en 2006.  Según el resumen ejecutivo elaborado por el ICFES sobre los resultados colombianos en 2012, cuando se midieron 65 países: en matemática estuvimos debajo de 61 países con un puntaje de 376 y estadísticamente a la par de los tres puntajes más bajos: Catar, Indonesia y Perú.  En ciencias tuvimos 399, inferior a 57 países.  En lectura, el resultado fue de 403, por debajo de 53 países. Sin embargo, después de tan locuaz desacierto, en donde los ocho países latinoamericanos evaluados se encuentran lejos de los estándares de calidad definidos por la OCDE; La ex directora de la cámara de comercio de Bogotá y hoy ministra de educación María Fernanda Campos, dijo sobre los resultados del 2012 que: “Las muestras no son comparables entre años anteriores y este, porque son distintos los momentos. Hay que mirar las tendencias”, sin embargo, en su afán por resolver el problema, consideró que Colombia estaba lista, sin hacer ningún ajuste, para una nueva competencia en el 2104, en esta ocasión las pruebas buscaban resolver problemas cotidianos y enfrentó a estudiantes colombianos con problemas cotidianos de primer mundo.  Si bien es cierto que los colombianos somos creativos, es posible que seamos poco prácticos.  Ya se ha dicho que tenemos muchas ideas y pocas soluciones, o también, que tenemos parálisis por análisis.

Unas pruebas inadaptadas al contexto colombiano

 Sin embargo, lo cotidiano para el primer mundo no es lo cotidiano para el tercer mundo.  Pero adicionalmente, el medir a Shanghai, Hong Kong o Macao dentro del universo Chino, (quienes obtuvieron los mejores resultados en PISA 2014)  es como tomar la muestra del Colegio Diana Oese (Cali), el Vermont (Bogotá), el Merani (Bogotá), Colombo Británico (Bogotá) o San Jorge de Inglaterra (Bogotá) quienes obtuvieron los 5 mejores promedios en las pruebas Saber 11, en 2012. Las diferencias entre la zona rural con un puntaje de 339 y la urbana con 389 evidencia cómo vivimos aún dentro del mismo país en el debate entre Chicó y Chocó.  Si bien el bilingüismo (por mencionar un ejemplo) es fundamental para avanzar en el contexto global y ponerse retos, contribuye a mejorar nuestras condiciones; ser parte del primer mundo no se consigue por decreto, ni con buena voluntad, antes de sentarse en la mesa de los desarrollados, hay que por lo menos, saber usar los cubiertos.  Hay un enorme camino por recorrer, para medirnos en igualdad de condiciones con primer mundo, es necesario, como diría el nobel de economía Amartya Sen, “ampliar las libertades reales de los individuos” y de este modo, disminuir las brechas e incluir a los 14 millones de colombianos que según estadísticas recientes, viven en la pobreza.  No en vano, el coeficiente Gini, se mantuvo en el mismo 0,539 de 2012 a 2013.  Para que Colombia llegue a la cumbre, debe cualificar a sus docentes, pagar mejores salarios, resolver problemas incluso de nutrición entre sus estudiantes, y desmotivar la deserción escolar motivando la educación de calidad, que responda a los retos del mundo globalizado para no intentar mirar al primer mundo sólo desde afuera y obtener un puesto 44 entre 44.  (para más información sobre las recientes pruebas PISA)

Recomendados:

Revista Semana -Vergüenza: Colombia entre los peores en educación

ICFES – Estudios e Investigación

Revista Dinero – Los mejores colegios 2013