Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

1 de abril de 2015

Carlos Gaviria: La política y el derecho al servicio de la ética y de la gente (QEPD)

Por: Ana María Arango D.

En la noche del 30 de marzo, murió el ex presidente de la Corte Constitucional Colombiana, ex vicerrector de la Universidad de Antioquia, ex candidato presidencial y defensor de derechos y libertades, Carlos Gaviria, un hombre reconocido por su independencia, su altísimo compromiso con la sociedad y con la construcción de un país decente. 

Jurista que entendía el derecho en función de la realidad.

El paso de Gaviria por la Corte Constitucional, en el momento de oro de esa institución, dejó al país una estructura de desarrollos jurisprudenciales y legales de avanzada. Defendió los derechos de la minorías y sobre todo la libertad como principio fundamental de la sociedad.

Con argumentos sólidos en política y derecho, defendió polémicas decisiones relacionadas con lo que se conoce como delitos consensuales, es decir, aquellos que corresponden a la individualidad, la libertad y la ética individual y que, en principio y bajo la regulación y el acompañamiento social, no implican riesgo o daño para otros: la eutanasia, el aborto, la dosis personal de mariguana y cocaína y los derechos de la población LGBTI. Además impulsó el ordenamiento legal sobre la equidad de género y defendió la tesis de que los delitos políticos no deben conllevar pena.

El legado que deja Gaviria a Colombia es entonces, de la mayor importancia: una estructura de normas que fundamentan el respeto a la libertad en la diferencia.

Entendiendo el Estado como una organización regida por normas jurídicas y políticas, entendía entonces que el entronque de esas dos esferas de la vida pública, llevaba a Colombia a una crisis constante: las legislación colombiana, afirmó, no es capaz de leer las realidades sociales e individuales de los colombianos y en tal sentido no puede, al menos legítimamente, regular la vida de los ciudadanos.

Educador, político y demócrata 

En 2006 fue candidato presidencial por el Polo Democrático y logró 2.613.157  votos, que aunque distaron mucho de los 7.397.835 que obtuvo el entonces presidente-candidato Alvaro Uribe Velez, si constituyeron la mas alta votación en la historia de la izquierda en Colombia.

Se definía como esencialmente liberal, pero las causas políticas que lo convocaban eran las de la izquierda, en tanto sus principios chocaban los intereses que otras tendencias políticas defienden en el país. Alrededor de esa idea giró su última conferencia, en el Gimnasio Moderno de Bogotá el pasado 15 de marzo, en la que afirmó que “Cuando uno habla de liberal en este momento lo miran mal. El liberalismo tiene un sentido muy noble y es la libertad de pensamiento, el respeto por la opinión ajena… Otra cosa es que el medio donde puede florecer una sociedad de esa naturaleza no puede ser la de mercado, que es la que estamos viviendo”

Defendiendo la democracia como el escenario de encuentro de las mayorías, y en tal sentido cuestionaba un sistema político que se dice democrático pero en el que las mayorías, que deberían estar gobernando, son excluidas y carecen de los bienes y servicios mínimos que les permitan su subsistencia.

Como defensor de la democracia, fue también un defensor de la educación y a ello dedicó gran parte de su vida.  Es precisamente en la educación que está la clave para construir una sociedad democrática, en la que las mayorías se apropien de su rol en la construcción de Estado, conociendo sus deberes y defendiendo sus derechos, una sociedad donde la equidad prime sobre los intereses particulares y donde la diferencia sea valorada como constructora de conocimiento e impulso del desarrollo. La educación es entonces, la llave que permite transformar las amorfas masas incapaces de defender sus derechos o tomar decisiones, en agrupaciones de ciudadanos activos y consientes.

Ante todo, sobre todo y antes que todo, la ética como motor de la acción y la razón. 

Con la serenidad que le dieron los años y el conocimiento Carlos Gaviria fue capaz de abordar los temas más álgidos y generar controversia sin generar odios y polarizaciones. Sus seguidores y sus contendores lo admiraron no solamente por el extenso conocimiento que profesó en materias de derecho, de política y de sociología, sino específicamente por su decidida y permanente defensa de la ética.

La defensa que hizo desde diferentes escenarios por el respeto a las ideas, incluso las de quienes analizaban la vida, la sociedad y la política desde otras orillas, fundamentaba su visión de la democracia: un encuentro de argumentos que construyen el gobierno de una sociedad justa y libre.

Férreo contradictor de la lucha armada en el país, argumentaba con maestría la necesidad de buscar una salida negociada al conflicto armado, político y social que vive Colombia desde hace mas de 60 años; no alcanzó el maestro Gaviria a vivir el fin del conflicto y no podremos los colombianos, contar con su sabiduría para prepararnos para la construcción de paz. 

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Red Vimeo. Conferencia de Carlos Gaviria en el Gimnasio Moderno. 15 de marzo de 2015.

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