Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

10 de octubre de 2020

De la recuperación a la reactivación económica post-pandemia

Por: Sophia Jaimes Urbina

Profecías habían sido escritas y predicciones habían sido hechas, sugestiones y especulaciones por doquier, el 2020 sería un año de cambios. Sin embargo, absolutamente nadie se esperaba, y mucho menos estaba preparado, para lo que sería una pandemia mundial. Un virus que paralizaría cada rincón del mundo, que confinaría al 80% de la población mundial y que marcaría un hito en la historia entre un antes y un después, un sencillo “antes y después de usar tapabocas”. Las economías de aproximadamente 100 países se vieron paralizadas, el comercio obligado a cerrar durante meses y los ciudadanos a consumir justamente lo necesario. Según cifras del Banco Mundial a junio del 2020 se prevé que la economía mundial caerá un 5,2% para este año y un informe de la CEPAL para la misma fecha ya indicaba un aumento de la pobreza extrema en América Latica en 4,7%. Estos y muchos más indicadores muestran que “el mundo está atravesando por la mayor recesión económica luego de la Segunda Guerra Mundial” (Banco Mundial, 2020).

Bajo este panorama se encuentra Colombia, un país con un desarrollo económico frágil que había estado acelerándose progresivamente en las últimas dos décadas con un incremento del PIB para el último año de 3,3%. A principios de marzo del 2020 se registran en Colombia los primeros casos de COVID-19 y fue cuestión de semanas para que el virus se propagara a nivel nacional y para que el gobierno se viera en necesidad – al igual que una gran cantidad de países previamente – de decretar el 25 de marzo cuarentena preventiva obligatoria en el territorio nacional. Como consecuencia, absolutamente todo el comercio, fuera de contadas excepciones como los distribuidores de alimentos y medicamentos, tuvo que parar repentinamente; los restaurantes apagaron sus fogones, los centros comerciales cerraron sus puertas y las fábricas pararon su producción; 27 de los 30 días del mes de abril fueron de total parálisis.

Fueron seis largos meses donde la vida se redujo a cuarentenas, pico y cédula, pico y género, toques de queda, ley seca, planes candado, etc., al conteo diario de nuevos infectados, donde las empresas, colegios y universidades tuvieron que buscar alternativas en la virtualidad sin ninguna otra opción; empezó a vivir la comúnmente llamada “nueva normalidad”. La situación se fue agravando y los analistas cada día daban perspectivas más desfavorables. A corte de junio el DANE publicó las cifras de lo que sería el “peor trimestre de la historia para la economía colombiana” con una caída de 15,7% en el PIB.
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Fuente: Revista Semana. PIB de Colombia en el segundo trimestre de 2020.

“El mayor porcentaje reduccionista lo tuvo la rama de las actividades artísticas, de entretenimiento y recreación: -37,1%. Entre tanto, la construcción tuvo un resultado de -31,7% y la industria manufacturera se desaceleró en -25,4%” (Semana). En vista de esta grave situación a principios del mes de junio, el gobierno nacional empezó a dar luz verde con permisos especiales a ciertos sectores para volver a sus actividades, con muchas restricciones, pero sin embargo la economía dio su primer respiro. “Con un 90 por ciento de las ramas de la producción encendidas, la caída se moderó a un 11%” (Semana). Según cifras del DANE más de 5 millones de personas han quedado desempleadas desde el comienzo de la pandemia, esto como consecuencia inmediata de la inevitable reducción o incluso quiebra de las empresas que no lograron soportar la crisis. Esto generó un evidente aumento en la pobreza, dejando 19 millones de colombianos en esta condición y aumentando los índices de 7,4% a 16,2% (Dinero). En este orden de ideas, la pandemia dejó como saldo una disminución tanto en la demanda como en la oferta agregada, enviciado en la brutal disminución del PIB mencionada anteriormente.

El escenario económico nacional no podía estar peor cuando el presidente Duque anunció que a partir del mes de septiembre se daría paso al fin de la cuarentena preventiva obligatoria y junto con ello a la reapertura económica en el país. Bajo un estricto protocolo de bioseguridad y sanidad y aún con algunas excepciones, se dio luz verde al comercio de reabrir sus puertas. “Sin embargo, asegurar que esta reapertura se convierta en una reactivación será un camino complejo y duro” (Semana). Existe una gran diferencia entre permitir abrir los establecimientos de comercio, restaurantes y demás, y el hecho que esto genere efectivamente un cambio de tendencia inmediato. Aquí hay que tener en cuenta una gran cantidad de factores que influyen en este cambio de tendencia y que representan una aguja que revienta en globo de la ilusión de la reactivación.

En primer lugar, y el más importante, es el efecto causado por la recesión previamente descrita. Como ya se mencionó el impacto de la coyuntura sobre el colombiano promedio fue devastador, las condiciones de pobreza aumentaron, el ingreso disminuyó y el desempleo está en sus niveles más críticos lo que se traduce en una disminución de la demanda de bienes y servicios por parte de las familias, quienes ya no están en condiciones de consumir lo mismo que antes. Aunado a esto también está el factor del miedo. No es un secreto que el virus, la pandemia, el encierro, la cuarentena, las muertes, etc., ha dejado rezagos en el constructo social y subconsciente de las personas. Según un informe de Profamilia sobre “Ansiedad, depresión y miedo durante en distanciamiento físico en Colombia” más del 70% de las personas afirman que no se siente seguro para regresar a un centro comercial o a un lugar público cerrado en un corto plazo. En efecto, a pesar de que se reabran la actividad productiva, la perspectiva es que no habrá una demanda suficiente para una reactivación efectiva o para que ellos vuelvan a las condiciones pre-pandemia.

Por otro lado, está el tiempo que le costará a la economía volver a los niveles que se encontraba al menos en el primer trimestre de 2020. El Banco Mundial estima que una economía tan golpeada como la colombiana puede tardar más de 30 meses en, por lo menos, dejar de producir pérdidas. Eso significa que para pasar de la fase de recuperación a la fase de reactivación la economía debe aguantar la crisis por más de dos años.

Por último, para hablar de la efectividad de la reactivación de la economía, se debe hablar de los costos que representa para los diferentes establecimientos implementar los protocolos y requisitos de bioseguridad que exige el gobierno. A manera de ejemplo tomemos los teatros de cine: teniendo en cuenta que uno de los requisitos del gobierno es que las personas no pueden estar a menos de 2 metros de distancia, los teatros solo podrían llenar en 45-45% de su aforo, lo cual administrativamente no resultaría rentable ya que los ingresos no cubrirían los costos de la función. Así como este, hay cientos de casos más de restaurantes, bares, instituciones educativas, tiendas, entre otros, para los que el costo de implementar las medidas exigidas es muy costoso y requerirían una gran inversión que probablemente no están en capacidad de hacer. No obstante, según el último reporte de la alcaldía de Bogotá el 11 de septiembre ya había 103.874 empresas registradas y aprobadas por la alcaldía para proceder a la reapertura, lo cual refleja una gran aceptación de estas medidas, principalmente por parte de las microempresas, que representan el 87,73% de este dato.

Frente a todo este panorama tan desalentador ¿qué se puede hacer? Ciertamente el gobierno, y menos uno como el actual, no tiene pensado dejar un laizes faire y esperar que estos choques de la oferta y la demanda lleguen a un equilibrio por sí solos. Sobre todo, teniendo en cuenta que la demanda tiene otro componente que puede ser alterado para dar un pequeño impulso a la recuperación y poder pensar en reactivación. Se hace referencia a la inversión (gasto público) del Estado. De hecho una gran variedad de obras públicas se han puesto en marcha en las diferentes latitudes del país, con intención de generar empleos y aumentar el ingreso de las familias. De este modo en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, entre otras, se están presentando proyectos de ampliación de vías, construcción de autopistas, construcciones de plantas y sistemas de transporte (el caso del metro en Bogotá y el tranvía en Medellín) que superan los 30 billones de pesos en inversión.

En definitiva, la pandemia de la COVID-19 ha sido un hito y sus consecuencias hasta ahora están empezando a ser evidentes, con la esperanza de que se encuentre una vacuna pronto y la vida cotidiana pueda volver a la normalidad, los rezagos económicos y sociales que esta deja no tiene solución, o por lo menos no en un corto plazo. La reactivación económica en Colombia es un tema complejo, que recoge desde las conductas psicológicas de las personas hasta las decisiones que debe tomar el Estado, pero sin lugar a duda es un proceso que tomará tiempo y que no se sabe con certeza si los resultados serán del todo positivos o si nos tendremos que acoplar a una nueva realidad económica a largo plazo también.

 

Recomendados Libre Pensador

Revista Semana. (5 septiembre de 2020). Portada. A vencer el miedo: el gran desafío para la reactivación económicahttps://www.semana.com/nacion/articulo/desafios-de-la-reactivacion-economica-en-colombia-tras-fin-de-la-cuarentena/701282/

Alicia Bárcena. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). (5 junio de 2020). Los Efectos Económicos y Sociales del COVID-19 en América Latina y el Caribe. https://www.cepal.org/sites/default/files/presentation/files/200605_final_presentacion_parlamericasv_alicia_barcena.pdf

Banco Mundial. (8 junio de 2020). Comunicado de Prensa. La COVID-19 (coronavirus) hunde a la economía mundial en la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundialhttps://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2020/06/08/covid-19-to-plunge-global-economy-into-worst-recession-since-world-war-ii

Revista Semana. (14 agosto de 2020). Economía. Economía colombiana tuvo el peor trimestre de la historia: se contrajo -15,7 %. https://www.semana.com/economia/articulo/pib-de-colombia-en-segundo-trimestre-2020-economia-colombiana–noticias-hoy/694162/

Revista Dinero. (31 julio de 2020). Pobreza. Pobreza en Colombia aumentará al 38% de la población en 2020.  https://www.dinero.com/economia/articulo/impacto-del-coronavirus-en-la-pobreza-de-colombia/294221

Cifuentes, A. Rivera D. Vera, C. Murad, (11 mayo de 2020) Estudio SOLIDARIDAD Profamilia. Informe 3: Ansiedad, depresión y miedo: impulsores de la mala salud mental durante el distanciamiento físico en Colombia.  https://profamilia.org.co/wp-content/uploads/2020/05/Informe-3-Ansiedad-depresion-y-miedo-impulsores-mala-salud-mental-durante-pandemia-Estudio-Solidaridad-Profamilia.pdf

Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). (21 abril 2020). Comunicado de prensa. Pandemia del COVID-19 llevará a la mayor contracción de la actividad económica en la historia de la región: caerá -5,3% en 2020. https://www.cepal.org/es/comunicados/pandemia-covid-19-llevara-la-mayor-contraccion-la-actividad-economica-la-historia-la

Alcaldía Mayor de Bogotá. Secretaría Distrital de Desarrollo Económico, Secretaría Distrital de Hábitat. (11septiembre de 2020). Así va la reactivación económica de Bogotá.https://bogota.gov.co/reactivacion-economica/#asi-vamos