22 de mayo de 2020
Los retos de la virtualización
Por: Sophia Jaimes y Carlos Santiago Rodríguez. Edición de Ricardo Montaño
La crisis del coronavirus ha sido un reto para la humanidad. El hecho de tener que cambiar por completo el estilo de vida en el mundo entero para impedir una tragedia mundial ha hecho que la sociedad tome un nuevo rumbo. La imposición del aislamiento preventivo obligatorio, ha impuesto nuevas necesidades para que el mundo siga su curso así sea en confinamiento. Una de las primeras necesidades que tuvo que satisfacerse fue la de la virtualización de las actividades diarias, así las personas podrían desde sus casas realizar sus actividades laborales y por supuesto la academia siguió el mismo camino. Un día nos encontrábamos recibiendo clases en un campus universitario, y de repente, al día siguiente nos era impuesta una modalidad virtual y la obligación de mantenernos en nuestras casas.
La crisis del coronavirus ha sido un reto para la humanidad. El hecho de tener que cambiar por completo el estilo de vida en el mundo entero para impedir una tragedia mundial ha hecho que la sociedad tome un nuevo rumbo. La imposición del aislamiento preventivo obligatorio, ha impuesto nuevas necesidades para que el mundo siga su curso así sea en confinamiento. Una de las primeras necesidades que tuvo que satisfacerse fue la de la virtualización de las actividades diarias, así las personas podrían desde sus casas realizar sus actividades laborales y por supuesto la academia siguió el mismo camino. Un día nos encontrábamos recibiendo clases en un campus universitario, y de repente, al día siguiente nos era impuesta una modalidad virtual y la obligación de mantenernos en nuestras casas.
Estas reflexiones nacen del diálogo entre 25 estudiantes de diferentes universidades y programas que, abrumados con el distanciamiento y la manera como ha cambiado su vida académica en los últimos días debaten desde diferentes puntos de vista sobre las dificultades y diferentes situaciones que presentan con respecto a la educación virtual, o como muchos llaman “remota”.
El reto de la atención
En primer lugar, el punto en común que la mayoría de estudiantes expresó, es la dificultad de mantener un nivel de atención óptimo para permanecer concentrado en las clases virtuales. Se hace evidente la dificultad de encontrar un espacio de estudio en un lugar como la casa, o el apartamento donde las distracciones aumentan.
“El reto más grande es subir el umbral de atención en las clases virtuales, ya que al haber una “deshumanización”, la empatía se cae por los suelos y me temo que es algo fundamental para mantener la atención de los estudiantes.”
Juan Felipe Solano Rodríguez, Noveno semestre de Medicina Universidad del Rosario
“El mayor reto es concentrarme en clase con todo lo que está pasando a mi alrededor en mi casa (ruidos en la cocina, llegada de domicilios, personas caminando, entre otras)”
Maria Paula Araujo, cuarto semestre de administración en el Colegio de Estudios Superiores de Administración.
“Siento que ha sido un reto tener clases en casa con toda mi familia, incluyendo hermanos pequeños. Hacen mucho ruido y no es un espacio al que estaba acostumbrada a estudiar tantas horas o a recibir clases. A nivel un poco más general, me imagino que como muchas personas, temas de internet de mi parte y de mis compañeros hacen que la clase a veces no se entienda a la perfección o se ralentice la dinámica.”
Sophie Lizarazu, 4to semestre, Gobierno y Relaciones Internacionales, Universidad Externado
“Otra situación que encuentro un poco compleja es el ambiente, pues debo aceptar que definitivamente no es lo mismo estar en un salón de clases, a algún lugar de mi apartamento, pues las distracciones están 24/7.”
Nicolás Suancha Camacho, Séptimo semestre, Medicina, Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud FUCS.
Independencia y autonomía
Este reto de la atención ha llevado a que se presente la necesidad de volverse más autónomos e independientes, crear nuevos métodos de estudio. Ser conscientes que ahora todo depende de nosotros, incluye además, reforzar valores como la honestidad, que se ven puestos a prueba a lo largo de las diferentes actividades académicas.
“La metodología virtual trae consigo muchos vacíos en la educación, pero también le hace un jaque a la autonomía y responsabilidad, al igual que a la honestidad.”
Juan Felipe Solano Rodríguez, Noveno semestre de Medicina Universidad del Rosario
“Por otro lado, he tenido que adaptar mi rutina y horario para poder generar espacios de estudios óptimos y llevar a cabo todas las asignaturas de la mejor manera.”
Isabella Pimienta, 4to semestre de diseño en Los Andes
“Me ha obligado a ser más independiente. Hay clases en las que simplemente no presto atención y no voy a estar ahí sentado perdiendo el tiempo, por esto he decidido estudiar por mi cuenta siguiendo el programa de estudio y atender únicamente a las sesiones importantes o si tengo dudas sobre algún tema.”
Nicolás Montoya Plata, tercer semestre de Economía y Finanzas Internacionales, Universidad de la Sabana
“Las clases virtuales me han obligado a asumir un nuevo método de estudio, a organizar mi tiempo de una manera distinta a como lo venía haciendo.”
Juan Felipe Oliveros, tercer año de derecho, Universidad Externado de Colombia
Empatía y presencia del profesor
Un aspecto importante de todo este cambio es la manera como el profesorado se adapta a las nuevas metodologías, debido a que un aspecto clave del aprendizaje es la interacción con el profesor, la posibilidad de aprender y al tiempo aprehender del mismo. El cambio no es fácil para nadie, pero es específicamente responsabilidad del profesor hacer que no sea más difícil adaptarse a la interacción virtual. En ese sentido, es crucial el interés por parte de los profesores en las clases, para que ese mismo interés se vea reflejado en los estudiantes.
“La constante interacción con el profesorado y los compañeros de clase sigue siendo de suma importancia.”
Miguel Cordoba, primer año de derecho en la Universidad Externado de Colombia
“A mi parecer, las clases se han tornado más monótonas e incomprensibles donde el objetivo de la clase se ha perdido en su totalidad.”
Isabella Pimienta, 4to semestre de diseño en Los Andes
“Los profesores han sido muy comprensivos y han tenido la mejor disposición para que aprendamos en esta situación de adversidad, han aprendido a utilizar las plataformas y la mayoría ha tomado la decisión de no evaluar o hacerlo por métodos alternativos.”
Salomé Rave Duque, 4 semestre, Medicina Veterinaria, Universidad Nacional sede Bogotá
“La virtualización de la clases no ha sido muy efectiva en algunos casos, depende mucho del interés del profesor, durante este periodo he tenido profesores que se han mostrado una buena actitud y por ende he aprendido como si estuviera en una clase presencial. Pero no son todos así, por otro lado he tenido profesores displicentes y que no muestran interés, que no son capaces ni de responder un correo, que aparecen cada 10 días a poner muchos trabajos sin explicar nada, y despues se quejan que los trabajos son mal hechos.”
Pedro Moraes Labbate, 3 Semestre, Ingeniera Agrícola. Universidad Nacional.
“Me chocan además actitudes tanto de profesores como de alumnos, siento que nos falta empatía por parte y parte; han habido comentarios muy fuera de lugar atacándose, y esto solo lo empeora todo.”
Sofía Ortiz Lichilín Semestre 1 Finanzas, Gobierno y relaciones internacionales, Universidad Externado de Colombia
¿Todo esto indicaría la necesidad de una reorganización de los contenidos y metodologías de aprendizaje?
Carga académica y estrés
Aunada a la responsabilidad del profesor y el problema de la concentración, se suma el hecho de que la falta de estas dos puede causar una carga académica más significativa que se traduce en estrés y ansiedad para el estudiante. Esto puede dificultar el proceso de adaptación y disposición para que los estudiantes tengan un desarrollo óptimo en los objetivos que se pretenden con las clases.
“Tomo materias con números, es complicado entenderlas sin una buena estrategia del profesor. Toca reforzar muy bien con el trabajo individual, lo cual no se puede hacer muy bien, ya que, la carga académica ha subido muchísimo.”
Maria Paula Araujo, cuarto semestre de administración en el Colegio de Estudios Superiores de Administración.
“Pienso que esta metodología es bastante inefectiva porque el número de actividades aumentan mientras el aprendizaje disminuye. La suma de la carga académica y el estrés que conlleva la coyuntura actual repercuten negativamente en nosotros los estudiantes, generando angustia e inestabilidad para algunas personas.”
Estudiante Universidad de los Andes, Administración de empresas
“Si bien no estoy de acuerdo con esta metodología por los coacciones que pueda llegar a tener un estudiante debido al encierro, la depresión o la ansiedad, hoy toca aceptarla porque próximamente todo puede ser así.”
Juan Felipe Oliveros, tercer año de derecho, Universidad Externado de Colombia
“No me acostumbro a estar en el computador por periodos tan largos; me arden los ojos, me duele la cabeza.”
Sofía Ortiz Lichilín Semestre 1 Finanzas, Gobierno y relaciones internacionales-Universidad Externado de Colombia
“Desde que iniciaron las clases virtuales regresé a donde mi familia en La Guajira, aquí la señal es muy inestable y frecuentemente durante las clases se desconectan o se traban. Cómo las clases quedan grabadas me ha tocado volver a verlas para poder desatrasarme y eso me consume más tiempo de lo que dura la clase y no me queda tiempo para estudiar por mi cuenta.”
Salomé Rave Duque, 4 semestre, Medicina Veterinaria, Universidad Nacional sede Bogotá
Actitud optimista
A pesar de todo, aún hay estudiantes que no pierden la esperanza y resaltan que es posible continuar con esta modalidad con un poco más de esfuerzo para que la educación sea de calidad.
“Todo esto no significa que el uso del internet no funcione como modo de aprendizaje.”
Miguel Cordoba, primer año de derecho en la Universidad Externado de Colombia
“No es fácil afrontar un cambio tan drástico como este de la noche a la mañana, los profesores han hecho su mayor esfuerzo y creo que nosotros los alumnos también.”
Nicolás Montoya Plata, tercer semestre de Economía y Finanzas Internacionales, Universidad de la Sabana
“Siento que al principio era desesperante, no estando acostumbrada a esto, pero con el tiempo se ha hecho más fácil. Siento que la metodología hace posible ciertas ventajas que no se tienen cuando vas a la universidad, como ahorrarte el transporte de un lado a otro o no comer siempre fuera.”
Sophie Lizarazu, 4to semestre, Gobierno y Relaciones Internacionales, Universidad Externado
“Esta metodología la considero insuficiente, sin embargo soy una persona empática y entiendo que esto no es una directriz exclusiva de las Universidades, entiendo que es algo mundial. Espero que la educación pueda volver a surgir, sea de manera presencial o virtual, que sea educación de calidad.”
Nicolás Suancha Camacho, Séptimo semestre, Medicina, Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud FUCS.
Estudiantes de medicina
Un caso especial ha sido el de los estudiantes de ciencias de la salud, quienes expresan su inconformidad con las clases virtuales. Para ellos, la falta de un campo práctico para afianzar sus conocimientos se ha traducido en lo que manifiestan como una deficiencia en su aprendizaje; muchas veces es necesaria una relación con el paciente para entender los conceptos. Además, el hecho de que sus profesores se encuentren en el campo de batalla contra el virus, hace que algunas de sus clases se tengan que ver afectadas.
“Desde el punto de vista de mi carrera ha sido un reto sumamente difícil, puesto que es una carrera muy práctica y ha sido complicado poder integrar o “simular” esa parte. Los recursos tecnológicos empleados han sido óptimos, pero es preocupante que no pueda ir a un anfiteatro a aplicar la teoría o a un hospital para afianzar términos.”
Maria Isabel Daza, Universidad del Bosque, 4to semestre, medicina
“Con respecto a la metodología virtual no estoy a gusto por lo mismo, evidentemente por la situación los doctores no nos pueden brindar el mismo tiempo porque se encuentran laborando.”
Salomé Buitrago Preciado, VI semestre de Medicina en la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud
“En lo que más me he sentido afectado es el cambio radical de escenario que estoy manejando ahora, pues estoy perdiendo la oportunidad de estar en un hospital atendiendo casos reales y sobre todo, adquiriendo conocimientos de ellos, ya que la práctica significa demasiado en el crecimiento de un estudiante de Medicina. Me atrevo a decir que estoy perdiendo un 90% de conocimientos estudiando a través de una pantalla.”
Nicolás Suancha Camacho, Séptimo semestre, Medicina, Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud FUCS.
“Un aspecto que se ha visto altamente afectado han sido las prácticas de laboratorio que en este semestre eran casi que semanales por cada materia. Personalmente he reflexionado sobre esto y qué impactos puede tener en mi aprendizaje el hecho de no hacerlas en mi futuro profesional.”
Salomé Rave Duque, 4 semestre, Medicina Veterinaria, Universidad Nacional sede Bogotá
“El reto más grande es la imposibilidad de elaborar metodologías académicas prácticas, como por ejemplo; laboratorios, estudio anatómico en cuerpos, toma de signos, etc. Siento que la carrera de medicina es especialmente afectada por el hecho de que todo lo aprendido debe ser puesto en práctica para lograr una buena asimilación del conocimiento.”
Jorge Morón, 4to semestre de medicina en la universidad de la sabana.
Reflexiones finales
De toda esta conversación se puede terminar diciendo que existe una de cadena, reto tras reto que han hecho cada vez más difícil el proceso de adaptación de los estudiantes universitarios al escenario virtual. Aunque se tomaron diferentes puntos de vista, estudiantes de diferentes programas, facultades y semestres, se evidencia que la virtualidad ha sido un reto para todos. A pesar de que ha servido para que aspectos positivos como la independencia y la autonomía sean desarrollados como puntos clave para que el aprendizaje sea efectivo; hay aspectos como la necesidad de aumentar el umbral de atención y la falta de empatía tanto de algunos docentes como de algunos estudiantes. Esto termina creando una falta de comprensión y participación afectiva por ambas partes, que elimina el componente tan necesario de interacción y causa un aumento en la carga académica, que finalmente se traduce en problemas de salud mental.