18 de marzo de 2019
Hip hop: la voz del inconformismo social
Por: Juan Pablo Ortiz
Desde siempre, la música le ha servido al hombre como herramienta, no solo para transmitir o preservar las herencias culturales, los sentires de los pueblos, como arma psicológica en las guerras o por simple entretenimiento sino, también, como una forma de expresar los problemas de la cotidianidad y, con ello, los inconformismos de los individuos. Esto, dado que plasma las realidades sociales de quienes componen y de esta manera, quienes son receptores se sienten identificados, porque padecen o convergen en dichas realidades o, muchas veces, genera empatía.
El estilo de la denuncia social
El Hip hop ha sido durante casi dos cuartos de siglo una forma de denuncia social y una vía para retratar las condiciones de los habitantes de los barrios marginados en todo el mundo. El Hip hop nace en el Bronx de Nueva York a finales de los años 70. Este género es la unión de cuatro elementos principales: los DJ’s (quienes hacen las pistas); los MC’s (quienes componen y/o cantan); los Grafitis y el Break Dance (manifestación en baile). Asimismo, el Hip hop se fundamenta como una forma de expresión de la raza negra no solo para sentar un precedente de oposición al desprecio de la raza blanca e integrar un sinnúmero de herencias culturales de la misma. De esta manera, en los 80, es tal la acogida del Hip hop, que se expande a Europa y al resto del mundo.
El rap a través de sus líricas enmarca la historia y el sufrimiento de la raza negra desde la época de la esclavitud hasta el racismo invisible o estructural que muchas veces no es tan visible o tan directo hoy en día. Busca una resignificación y una reivindicación de los procesos de lucha en contra de la opresión de la raza negra y ensalza con su estilo movido, de ritmos rápidos y alegres la unidad que deberían tener todos los afrodescendientes. Ahora bien, resulta preciso preguntarse ¿cuál es el impacto que las letras que este género y sus compositores producen ante los diferentes actores de la sociedad?
El impacto del Hip-Hop en los actores de la sociedad
En las últimas tres décadas, podría decirse, que el Hip hop, como contra cultura, ha permeado muchos ámbitos sociales no solo con la música rap, sino también con el grafiti como otra forma de plasmar tanto la realidad de quien pinta, como el empoderarse a través de estas dinámicas artísticas en causas como la lucha contra el racismo o la violencia sexual que van dejando, a menor o mayor escala, un sentimiento de empatía por parte de quien escucha las canciones, las baila o ve los murales en las calles. Además de ser un golpe directo o dejar un precedente, va cambiando la actitud de la gente y su mentalidad, haciendo que cuestionen de manera crítica las problemáticas sociales de sus entornos. Por su parte, hay colectivos de graffiti, como 1UP (colectivo alemán) que se enfocan en luchas directas contra el racismo y la xenofobia, a través de grandes murales. este participa activamente en distintas ciudades europeas como: Berlín, Atenas, París o Lisboa.
Si bien el rap como forma de denuncia social ha tenido un gran éxito en países como España, en los que artistas como “El Chojin”, a través de un proyecto llamado “Rap contra el racismo”, logró tantas visualizaciones que su esquema fue replicado en algunos países de Latinoamérica como Argentina, México y Colombia. Por tanto, se ha convirtiendo en un estandarte internacional de la lucha anti racista. Por otro lado, se tiene el ejemplo de otro español llamado Pablo Hasel, quien en sus letras tiene un tono más radical y critica fuertemente a la corona española. Verbigracia, en su canción titulada “A por ellos”, en la que afirma que se debe responder a la violencia estatal con violencia o con la canción llamada “Donde las hormigas se creen leones” incita a la violencia en contra de la guardia civil española. Debido a letras como estas, fue condenado en marzo pasado a dos años de cárcel y una multa de 24.000 euros por enaltecimiento terrorista. Sin embargo, él asegura que es una persecución política en su contra por delitos de opinión.
A pesar de que en muchos territorios el rap ha sido una gran forma de activismo social, es imposible afirmar que su impacto ha sido positivo o está encaminado a defender una causa justa, ya que también hay tendencias musicales dentro del género que algunos consideran una suerte de apología a la violencia, a las armas y a las drogas. Aunque podría decirse que más que un encomio ha sido una mala interpretación de lo que significa leer las realidades de los artistas, y dicha mala interpretación al ser repetida, se convierte en una realidad social aceptada que ha generado repercusiones negativas como el problema de las pandillas de afroamericanos y latinos en EE.UU en donde la música ha sido la protagonista para acrecentar el odio entre barrios y pandillas. Por ejemplo, la guerra histórica entre Crips y Bloods dos pandillas que se extienden a lo largo y ancho de los Estados Unidos y a las cuales han pertenecido raperos de talla internacional como Snoop Dogg o 2pac. Lo propio sucede con pandillas latinas como la Berendo, locos que a través del rap han conseguido engrosar sus filas e incluso persuadir a sus integrantes para cometer actos de violencia en contra de sus rivales En conclusión el Hip hop como expresión cultural y artística ha sido y seguirá siendo una puerta y una herramienta para darle voz a quienes la han perdido frente a un estado inoperante y excluyente y seguirá siendo la trinchera en donde se refugian aquellos que quieren y creen posible un cambio social a través de las ideas, las palabras y el arte.