7 de julio de 2016
¡Basta ya de excusas! Es momento de ponerle fin a esta guerra
Por: Jennifer Acevedo Palma
Tras el largo proceso de diálogos en La Habana, que inició el 4 de septiembre de 2012 para la construcción de paz y fin del conflicto armado en Colombia, la población civil no está dispuesta a aceptar la postergación del fin del conflicto.
Lo que ha dejado la guerra
Colombia ha construido una sociedad que, directa o indirectamente, ha sido afectada por la guerra. Según el RUV (Registro Único de Victimas) el conflicto armado ha dejado 7.724.879 víctimas, entre ellas, desplazados, desaparecidos, asesinados, mutilados por minas o como víctimas inocentes de un conflicto cruento y que parece eterno. La sociedad civil, particularmente la rural, ha sido el foco de la guerra en Colombia, una guerra no respeta a la sociedad y que de hecho, la ha utilizado como lugar de refugio o escondite.
Se han cometido crímenes y se han violado derechos fundamentales. Según estudios realizados por el El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia –UNICEF, el mayor número de víctimas han sido niños, muchos de ellos secuestrados, maltratados, violados, o que han sido víctimas de minas antipersona, entre otras. Las repercusiones en ellos son graves ya que todo queda grabado en su memoria lo que afecta su desarrollo emocional y social y entorpece su proceso de formación. Colombia tiene una obligación con las víctimas, en especial con los niños, individuos que vivirán el postconflicto y serán los protagonistas de la reconstrucción de un país sin violencia.
La cantidad de personas que han sido afectadas por el conflicto armado que ha estado presente más de 60 años en Colombia, y que ha dejado aproximadamente 220.000 personas asesinadas, de las cuales el 81.5% eran civiles, no es más que una muestra de cómo el gobierno ha fallado en su búsqueda del bienestar para la sociedad, y que su respuesta ha sido tardía incluso, para el simple hecho de reconocer a las víctimas, tanto así que según el RUV 11.238 víctimas entre 1958 a 1984 no fueron registradas.
Una sociedad en armonía
La negociación que está adelantando Colombia busca garantizar el reconocimiento de las víctimas, el esclarecimiento de la verdad y su participación en los diálogos, objetivo trascendental en el camino hacia la paz.
Hace 51 años no se presentaba una reducción tan grande del conflicto armado: las acciones ofensivas disminuyeron un 97% y el número de combates entre las FARC y la fuerza pública bajó un 73%; con ello se puede entrever que si es posible una vida sin guerra y sin dolor. Cada día se evidencia que si es posible vivir en un territorio de armonía.
Como menciona Esther Polo, representante de las víctimas, la mayoría de sangre a causa del conflicto ha sido derramada por campesinos inocentes y son ellos mismos, sin la ayuda del gobierno, quienes han tenido que levantarse y seguir adelante. La guerra en Colombia se ha convertido en algo cotidiano y natural de la sociedad, no obstante, el país debe comprender que no es así, que la guerra que se está llevando es absurda a razón de que se ha convertido en una guerra negativa, es decir, en la cual no hay ni debilitamiento ni fortalecimiento de ninguna de las dos partes y en cambio, la violencia ha venido afectando a toda la sociedad Colombiana.
Una muestra de que si es posible una reconstrucción de territorios para la paz, es lo ocurrido en Montes de María, escenario emblemático del conflicto armado, donde líderes y representantes de 15 municipios de Sucre y Bolívar que han sido afectados, se dieron cuenta que no se alcanzaría a firmar la paz el pasado 23 de marzo en La Habana, por lo cual se pusieron de acuerdo en firmar su propia paz. Una firma simbólica que demuestra que con toda la violencia que han vivido y masacres por las que han pasado, como la que ocurrió en El Salado, la sociedad está dispuesta a reconstruir una mejor Colombia. La ANUC (Asociación Nacional de Usuarios Campesinos) mostró como los campesinos no están destinados a vivir siempre en conflicto y que al momento de llegar a la firma del proceso de paz, se debe tener en cuenta que es la sociedad la que le da legitimidad al acuerdo, por lo tanto, también debe estar comprometida para lograr cambios en Colombia, para crear un Estado sólido que garantice el bien común.
Las víctimas de este conflicto están dispuestas a perdonar y construir un nuevo país con la condición de que exista la verdad, reparación de violaciones graves de los derechos humanos y se garantice la no repetición de la violencia. Y los demás ¿que necesitamos para perdonar?
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