Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

18 de octubre de 2017

Colombia en el contexto comercial de Asia Pacífico: entre el rezago y la oportunidad

Por: Xiomara Tarazona Fernández

En los últimos años, se han tomado medidas para fortalecer la relación entre Latinoamérica y Asia Pacífico, con el objetivo de crear vínculos que conlleven a un mayor desarrollo, junto con un crecimiento económico, derivado de los intercambios comerciales. Efectivamente, se prevé que en 2020 Asia Pacífico representará cerca del 60% del comercio mundial (Portafolio, 2017). En este sentido, la inserción comercial en Asia Pacífico reviste numerosas potencialidades. Con todo, Colombia aún se enfrenta a una serie de dificultades para estrechar los lazos con el continente asiático, con la asimetría existente en ciertas tendencias comerciales[1] como la principal limitante, aspecto que lleva a negociaciones marcadas por el hecho de que un país obtiene un mayor provecho que el otro, o cuando alguno de los estados negociantes se puede ver afectado negativamente por las condiciones comerciales impuestas, establecidas de acuerdo a la capacidad o al desarrollo económico de cada país, y que beneficia, usualmente, más que todo, a los más poderosos.

Ganar sin competir: Colombia ante el retiro de Estados Unidos del TPP

En este contexto, Colombia no ha podido ingresar al Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés)[2], cuando son, precisamente, los miembros de esta curia, aquellos que tienen una situación preferencial para hacer parte del Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), negociado en secreto durante cinco años, y firmado, finalmente, por los gobiernos de los países negociadores en febrero de 2015[3]. Dicho acuerdo se constituyó, en su momento, como el mayor acuerdo comercial regional de la historia, ya que comprendía a 12 países del mundo que representaban, en conjunto, el 40% del producto interno bruto (PIB) mundial, e incluyó dos potencias a nivel global, Estados Unidos (EE.UU.) y Japón. Sin embargo, con la victoria de Donald Trump como presidente de EE.UU., las condiciones empezaron a cambiar, debido a medidas proteccionistas adoptadas. El pasado 23 de enero, efectivamente, el magnate anunció el retiro de su país del TPP, lo cual podría poner en juego la continuación del acuerdo, en tanto, para que entre en vigencia, “se necesita la ratificación de países miembros que representen, por lo menos, el 85 por ciento de la economía del bloque […] y EE.UU. por sí solo reúne cerca del 60 por ciento del PIB combinado de las 12 naciones que integran el tratado” (Portafolio, 2017).

Con base en lo anterior , es pertinente preguntarse ¿de qué manera el TPP puede representar una oportunidad para Colombia, y cómo se ve afectada la dinámica comercial del país con Asia Pacífico tras el retiro de EE.UU del mismo? Para desarrollar dicho interrogante, se plantearán las ventajas a las que se enfrenta Colombia en la actualidad (partiendo de la situación del acuerdo), y en segunda instancia, se expondrán las perspectivas sobre la conveniencia de que Colombia pertenezca al tratado.

Para comenzar, es importante recalcar que si bien algunas de las políticas que ha adoptado Trump han perjudicado a los latinos[4], la decisión de no continuar en el TPP, adoptada por parte de EE.UU. , sin lugar a dudas beneficia a Colombia, ya que el país, en el caso contrario, se vería afectado negativamente. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2016), con la entrada en vigencia del acuerdo, Colombia perdería una parte considerable de sus exportaciones hacia EE.UU., una circunstancia adversa para el país, debido a que este último se caracteriza por ser su principal socio comercial, con una participación superior al 40%, al considerar las exportaciones totales (Ministerio de Comercio, Industria y Turismo [MINCIT], 2016). En este caso, el área minero-energética sería la más vulnerable, puesto que el mayor volumen de ventas externas que se destinan al país norteamericano proviene, precisamente, de este sector. Lo anterior, refleja una falencia que tiene el país, ya que adolece de una canasta exportadora diversificada. De esta manera, al considerar el total de las exportaciones hacia países con acuerdos comerciales, según el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (2017), cerca del 92,7% correspondió únicamente a productos minero energéticos en 2015.

Ahora bien, productos como alimentos, bebidas y tabaco, minerales no metálicos y otras manufacturas, también se verían perjudicados con EE.UU. en el TPP, en tanto los insumos de lo que se produce y se consume dentro del país provienen de Estados Unidos. Dicha situación demuestra la gran dependencia económica que tiene Colombia frente a la potencia norteamericana, y las consecuencias negativas para la economía nacional, en caso de haberse mantenido su participación en el TPP .

¿Llegó la hora de competir? Colombia ante el TPP y el Asia Pacífico

Aunque Colombia no pertenece al TPP, el acuerdo se muestra como una oportunidad para fortalecer el comercio y los vínculos con la región de Asia-Pacífico. No obstante, hay quienes creen que la participación de Colombia en el mismo no convendría, pues el sector de la agricultura sería el más afectado, teniendo en cuenta que el país importa el 28% de los alimentos (La Vanguardia, 2015), circunstancia que se traduciría en un impacto negativo sobre el agro colombiano, pues, a pesar de que algunos insumos, como el azúcar o el arroz, se cosechan en el país, en realidad suelen importarse, un reflejo de la falta de apoyo al campo. En contraste, hay otra perspectiva que considera que no hacer parte del TPP supone un atraso para Colombia frente a sus socios, si se considera que con el único aliado comercial de Asia, con quien ha firmado un tratado de libre comercio (TLC) ha sido Corea del Sur. Lo anterior, afecta negativamente su participación en la Alianza Pacífico[5], ya que países como Chile, Perú y México, a diferencia de Colombia, cuentan con una gran variedad de acuerdos suscritos con los países de la región asiática, y pertenecen, adicionalmente, al TPP. En cualquiera de los escenarios, lo cierto es que el camino por recorrer en términos de posicionamiento comercial del país en el Asia Pacífico es largo, pese a los primeros pasos dados por Colombia para avanzar en dicha dirección, como se mencionó con el TLC suscrito con Corea del Sur.

En conclusión, el retiro de EE.UU. del Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica se puede traducir como una oportunidad para que las exportaciones colombianas tengan mayor competitividad e igualdad de condiciones frente a los demás países. De igual manera, es necesario cambiar la estructura productiva del país, a través de un fortalecimiento en la industria y el agro, antes de continuar con tratados que afecten negativamente estos sectores.

[1] Según los datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo (MINCIT), para el 2015, las importaciones provenientes de China fueron alrededor de USD 9.500 millones, mientras que las exportaciones de Colombia hacia esta nación fueron de USD 2.200 millones, aproximadamente. En el caso de Japón, las importaciones procedentes de este país fueron de USD 1.100 millones y las exportaciones USD 519 millones, y finalmente, las importaciones derivadas de los demás países asiáticos fueron de USD 2.400 millones y las exportaciones colombianas con destino a estos países fueron de USD 724 millones. Lo anterior, demuestra la amplia brecha generada por la diferencia en los intercambios comerciales que deja, como resultado, un déficit en la balanza comercial con el continente asiático y una desventaja en la posición de Colombia frente a los países de Asia, un mercado potencial en todo caso.

[2] Este foro multilateral fue creado en 1989 con el propósito de promover el comercio y la inversión en pro del desarrollo económico regional de los países del Pacífico, en torno a temas como los intercambios comerciales, la coordinación económica y la cooperación entre sus países miembros. Pertenecen al mismo Australia, Brunei, Canadá, Corea del Sur, Chile, China, Estados Unidos,  Filipinas, Hong Kong, Indonesia, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, Perú, Rusia, Singapur, Tailandia, Taiwán y Vietnam. Para dimensionar la magnitud del APEC, si se considera la suma del producto interno bruto de las 21 economías integrantes, representa el 56% de la producción mundial. En suma, el APEC reúne a las economías más dinámicas de la región Asia-Pacífico, por lo que participar en el foro permite no solo fortalecer vínculos con los demás países miembros, sino también impulsar acuerdos de relaciones económicas internacionales y ser un socio estratégico en Asia y Oceanía. Para ingresar a dicho foro, los países deben cumplir con algunos requisitos como tener una economía en crecimiento y abierta al exterior, crecientes relaciones comerciales con los países del Asia-Pacífico, buenas relaciones diplomáticas, y el apoyo unánime de los miembros. Colombia, por su parte, aún no hace parte del foro, puesto que existe una moratoria para nuevos miembros; sin embargo, el país ha mantenido vigente su aspiración de ingresar, una vez termine la moratoria, motivo por el cual ha participado en espacios regionales y mesas de trabajo del APEC. Adicionalmente, aunque en dos ocasiones pasadas había intentado ingresar, no fue sino hasta en la tercera cuando logró un apoyo unánime para hacer parte del grupo.

[3] Entre los países miembros del TPP se encuentran, en América del Norte, Estados Unidos y Canadá; en el continente asiático, Brunei, Japón, Malasia, Vietnam y Singapur; en Oceanía, Australia y Nueva Zelanda; en Latinoamérica, Chile, México y Perú. Así pues, se observa que, a nivel latinoamericano, aunque Colombia, Chile, México y Perú forman parte de la Alianza del Pacífico, el país no pertenece al TPP ni al APEC, circunstancia que evidencia el rezago nacional para posicionarse en el Asia Pacífico.

[4] Algunas de las medidas tomadas que afectan a la comunidad latina son la construcción de un muro fronterizo con México; las órdenes ejecutivas emitidas para aumentar las deportaciones y mejorar la vigilancia fronteriza; los cambios para el procesamiento de visas que dificulta la visita de latinos a EE.UU.; la suspensión del programa legal para menores refugiados centroamericanos.

[5]  Es una iniciativa de integración regional conformada por Chile, Colombia, México y Panamá, con el propósito de “Convertirse en una plataforma de articulación política, integración económica y comercial, y proyección al mundo, con énfasis en la región Asia-Pacífico”(Alianza del Pacífico, 2017).

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