9 de septiembre de 2014
Robert Groseteste, el universo entero en una cabeza
Por: Ricardo Montaño Sánchez
Hay algunos momentos mágicos en la historia en los que en un solo hombre se encarna el ideal universitario: todo el conocimiento sobre todas las áreas, disponible en un momento dado, girando en la mente de una persona y llegando a su auditorio de una forma clara, comprensible y atractiva.
Ése parecería ser el caso de un obispo del siglo XIII conocido como Robert Groseteste, según un reciente hallazgo de un equipo de investigación interdisciplinario de la universidad de Durham.
Un reconocimiento con base en la ciencia
Este grupo de investigadores encabezado por Tom McLeish, Giles Gasper, y Hannah Smithson, en desarrollo del proyecto “Universo ordenado” aplicó modelos matemáticos de análisis, a unos viejos manuscritos, y descubrió asombrado que el erudito, sabio y científico del siglo XIII se habría adelantado ochocientos años al desarrollo de la ciencia, teorizando desde esas fechas, acerca de lo que hoy se conoce como el Multiverso o la Teoría de los Universos Múltiples. El punto parece ser que muchos de los temas fundamentales de la física como la real composición y estructura del universo que son en realidad incompresibles para el paisano común y corriente aún hoy, a pesar de la tremenda cantidad de apoyos con que cuenta, haya sido entendido o por lo menos vislumbrado, por Groseteste desde su estudio en la universidad de Oxford y lo que es aún más impresionante, que haya sido capaz de transmitirlo a su auditorio valiéndose de la única herramienta con la que contaba, el lenguaje.
La orientación profesionalizante que hoy caracteriza la universidad, la aleja cada vez más del sentido originario con el que fue fundada. La etimología de la palabra universitas, que es el término del cual proviene, se compone de unus (uno) y de verto (girado o convertido) o sea girado hacia uno o convertido en uno. Comparte el mismo origen con universo y universal.
Considerado por sus alumnos un verdadero maestro, no solamente por la vastedad de su conocimiento sino por la extraordinaria capacidad de explicarlo claramente. Esa doble condición permite explicar su tremenda influencia en todos aquellos que asistían perplejos a sus maravillosas explicaciones del mundo físico desde el marco teológico., Es posible seguir su discurso leyendo las notas de uno de sus más brillantes alumnos, el franciscano Roger Bacon, su discípulo más famoso, el “doctor admirable”, quien heredó especialmente su interés en el método científico.
No solamente el equipo interdisciplinario de Durham se interesó por este “gigante intelectual”, The economist, señala que las universidades en general habían errado su camino al no considerar como temas de investigación deseables sino aquellos que se ubicaran estrictamente en campos como las matemáticas, la ciencia o las ingenierías y que en realidad Groseteste era la encarnación del ser universitario. Igualmente ha recibido este sabio del medioevo el reconocimiento de la encopetadísima Royal Society.
Aportes considerables para la comprensión del universo
Este proyecto en el que participaron latinistas, filólogos, historiadores medievales y cosmólogos, es una clara demostración de que al menos de vez en cuando hay que escuchar a los alumnos, porque justamente de ellos provino la idea de esculcar en los viejos papeles del obispo Grosestete y lo que hallaron según dice el profesor Michael Brookes en el New Statesman, “parece ser el primer intento de aplicar un conjunto de leyes de física para describir la estructura del universo conocido. Grosseteste postuló, siglos antes de Newton, la interacción de la luz con la materia y utilizó sofisticados (para su tiempo) argumentos matemáticos para describir cómo la luz llena el espacio. No se detuvo ahí: pasó a aplicar sus teorías a la creación del universo”.
Este hallazgo significa una nueva manera de entender el universo y su origen y al mismo tiempo una nueva manera de trabajar en el campo científico, sumando voluntades, especialidades y curiosidades. También un nuevo estilo que en realidad es la recuperación de unas condiciones humanas muy viejas, la curiosidad y la capacidad de asombro.
Pero no es el único cambio importante que surge de este trabajo, también plantea un nuevo enfoque sobre otra verdad comúnmente aceptada según la cual, la ciencia moderna comenzó con Newton, antes de él aún en las épocas más oscuras de la historia, había gente empleando todo su potencial para entender cómo funciona el mundo.