5 de abril de 2015
Proceso de paz: perdón, pero no olvido
Por: Laura Gaitan Aya
En medio del actual proceso de paz existen temas que inquietan a quienes vivimos en este país, uno de ellos es la importancia de la construcción de memoria sobre los hechos en el conflicto armado. En este caso los actores son múltiples: Guerrilla, paramilitares, víctimas, instituciones estatales, fuerza pública, medios de comunicación y otros; es muy importante indagar sobre ¿Cuáles son los canales de comunicación que consolidan la memoria colectiva?, ¿Cómo lograr que todas las personas sin importar su educación o en donde se encuentren, puedan acceder y entender los hechos del conflicto? ¿Cuáles serían los medios óptimos para la difusión masiva de los contenidos de la memoria histórica?
Es necesario enfatizar en cómo se construye la memoria histórica de los ciudadanos, y más aún, de las nuevas generaciones que no vivieron en el punto más agudo del conflicto en Colombia. Es importante resaltar que el hecho de cómo se informan estas generaciones ayudan a la consolidación de memoria colectiva, esta se compone del reconocimiento de los hechos, de las víctimas y de la construcción de mecanismos de perdón, además busca la no repetición de los hechos . Es además el punto de partida para pensar en una resolución de conflicto, y de forma más ambiciosa es la base del post conflicto.
Una construcción mediática
Un actor importante en la construcción de memoria histórica son los medios de comunicación estos jerarquizan los temas, y la información sobre los hechos es parcial, en muchos casos se muestra la responsabilidad de los victimarios pero no se reconoce la responsabilidad, por ejemplo, de las instituciones del Estado. Atribuyen el conflicto a causas primarias pero no a problemas estructurales de la sociedad Colombiana de carácter cultural o de tradición, que a pesar que el conflicto baje su escala, esta siguen causando conflicto.
A pesar de que la información sea parcial, ayuda consolidar la construcción de memoria histórica, también cabe resaltar que los medios de comunicación son una herramienta eficaz para este fin, y en las nuevas generaciones es una fuente importante de información sobre el conflicto. La difusión de los medios también ayuda a recordar las vivencias de muchas personas que viven en las zonas rurales del país, quienes son los que más han padecido las consecuencias del conflicto, por otro lado, les ayuda a salir de las burbujas que se viven en las grandes ciudades del país y recuerdan que sucedió.
La institucionalización de memoria
Es por esta razón, que la memoria histórica es importante, se debe evaluar cómo se está construyendo, y también se resalta el papel de nuevas organizaciones como El Centro de Memoria Histórica que además de recoger los testimonios tanto de víctimas como de victimarios, publican informes a todos los colombianos. Entre las actividades de reconstrucción de memoria, el Centro fortalece las organizaciones comunitarias que trabajan temas para reconciliación con la sociedad y cuyo fin es la hacer la vida en comunidad más llevadera, recordando la violencia, enfatizando en la importancia del perdón.
Sin embargo y a pesar del apoyo institucional, estas organizaciones, siguen teniendo los mismos problemas: la difusión masiva del mensaje es compleja, no hay interés sobre el tema, y estos estructurados y técnicos informes no son fáciles de entender. Tanto para las nuevas generaciones como para las anteriores la existencia de esta institución y su labor no es de conocimiento general, por ende el mayor reto es crear mecanismo para que la sociedad reconozca esta institución y la considere relevante.
La construcción de memoria y la no repetición, una tarea de todos.
Es importante lograr que la construcción de memoria histórica sea un tema de interés nacional, todo individuo que habite este territorio, sin importar raza, edad, etnia o religión, tiene el derecho y obligación de ser reconocido y su historia contada para resarcir sus derechos y evitar la repetición de la victimización. La inclusión debe prevalecer en el proceso, las garantías de verdad, de no repetición, de reconocimiento y de reconciliación nos atañen a todos, este proceso de paz debe dejar de ser un proceso ajeno en un país extranjero. Quienes tienen la responsabilidad de liderar estos procesos son los medios, los líderes políticos y las instituciones Estatales. Este debe ser un proceso claro, de acceso masivo y dirigido a concientizar a la población para que estos hechos no vuelvan a ocurrir.
La construcción de memoria histórica no debe ser guiada netamente por los medios, o por intereses discursivos, debe ser objetiva y crítica, en relación con las construcciones individuales, y por eso, las fuentes deben ser diversas. La construcción de memoria debe estar dirigida a un cambio en la estructura Estatal y de los marcos culturales, dado que el conflicto no es problema solo de muertes, sino de cómo una sociedad logra mediar las diferencias entre quienes la conforman. Es un proceso difícil, pero lo más significante es que ya comenzó, tomará tiempo y seguirá cobrando vidas. Por lo tanto es imperante mejorar las condiciones de vida en el país, no repetir las causas que provocaron el conflicto, y enfatizar que la paz se construye desde los individuos, y no es sólo una función del Estado