4 de diciembre de 2017
Peñalosa, odiado y amado (pero la primera más)
Por: Sebastián Sanabria Sanchez
Enrique Peñalosa, sin duda alguna, es uno de los alcaldes más polémicos del país. No solo porque en los últimos días la Registradora Nacional del Estado Civil avaló las firmas a la convocatoria de su revocatoria, sino porque ha estado en todo tipo de polémicas, desde sus declaraciones a los medios, hasta las políticas públicas que lleva a cabo y la gran oposición que le hacen distintos sectores políticos. Sin embargo, su elección supuso un respiro para los sectores de derecha, puesto que, la alcaldía estuvo manejada por el Polo Democrático por 12 años.
El alcalde Peñalosa fue el alcalde mayor en el periodo 1998- 2000 y, entonces, instauró el sistema de transporte masivo Transmilenio y realizó varios cambios urbanos muy importantes, como el desalojo de “El Cartucho” una de los centros de expendio de estupefacientes más grande la capital. Incluso, algunos afirman que durante ese periodo Bogotá se transformó de una ciudad pequeña en una capital. En su segunda alcaldía, para el periodo 2016- 2020, Peñalosa no la ha tenido tan fácil, ganándose el odio de unos y el aprecio de otros, la alcaldía Peñalosa da mucho de qué hablar.
Peñalosa y las polémicas: El bastión de la oposición.
Enrique Peñalosa ha vuelto a ser noticia tanto en la capital como en toda la república. Por un lado, el alcalde repite de manera consecutiva el último puesto con la más baja aprobación de la ciudadanía, llegando a un 70%. En términos estadísticos, esta cifra representaría que tan solo 1 de cada 4 bogotanos aprueba la gestión del alcalde, según la encuesta de GallUp.
De la misma manera, las imprecisas declaraciones que el mandatario ha hecho a los medios le han quitado mucha credibilidad de la ciudadanía, algunos ejemplos fueron recogidos por Blue Radio: como “Las líneas de metro siempre se hacen bien, porque si no se hacen bien, entonces los metros se estrellan y la gente se mata” o “Los buses son más rápidos que el metro en muchos sentidos”. Esta última, ligada a los estudios del metro subterráneo Vs el metro elevado que en los últimos días fueron noticia.
Por un lado, los estudios realizados por Deloitte y contratados por el Banco Interamericano de Desarrollo y el Departamento Nacional de Planeación dan la razón a que el metro subterráneo planteado por Gustavo Petro es en realidad más barato y eficiente que el planteado por Enrique Peñalosa quien desestimó los estudios de la propuesta de Petro por, según el, ser más costoso.
La oposición ha utilizado cualquier desliz del alcalde para darle más legitimidad a los procesos tendientes a la revocatoria que Registradora ya avaló y ahora, la convocatoria de este ejercicio democrático está en manos del Consejo Nacional Electoral, pues se presume que hay fallas en el ámbito contable de uno de los grupos promotores.
Los pocos que lo apoyan.
Aunque en un principio la base electoral de Peñalosa era considerable, en lo que va corrido de su mandato ha disminuido su popularidad, al punto que ahora está ad portas de ser revocado.
El tiempo ha sido un aliado para el alcalde. Varios medios de comunicación presumen que las múltiples objeciones de la alcaldía para la revocatoria se han hecho con el fin de alargar el proceso e intentar entregar el mayor número de obras posibles para mejorar la favorabilidad del alcalde.
Algunos de los proyectos más importantes que el gobierno distrital planea entregar antes de la inminente convocatoria para la revocatoria del alcalde son: el Transmicable que conecta el Portal Tunal con barrios periféricos y marginales; la vía Bosa; la estructuración financiera del metro, y la aprobación de la troncal de transmilenio por la Séptima. Del mismo modo, calificar la gestión del alcalde como mala, puede ser impreciso puesto que, en términos generales, ha cumplido con su cronograma de gobierno. Los pocos que aun apoyan la gestión del alcalde lo hacen por esta razón y, además, por apostarle a una administración distinta a la tradicional izquierda que se ha asentado en Bogotá desde hace ya más de una década.
Si bien el Enrique Peñalosa no tiene una gran base de seguidores, ha seguido a flote con infinidad de críticas que en su mayoría son legítimas. Sin embargo es una hecho que el alcalde no es de los afectos de la mayoría de la ciudadanía, y así lo demuestran las encuestas y la cantidad de firmas para convocar su revocatoria (que llega a los 600 mil).
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