Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

25 de abril de 2017

“La ley permite que la corrupción sea sistémica”

Por: Valentina Hernandez Romero

Aunque la corrupción es un tema que aqueja a todos los ciudadanos, pareciera que en Colombia se afianzó una especie de apatía hacia ella que, de un tiempo para acá se ha conseguido mermar para establecerse como un tema de interés en la agenda pública y aparenta ser el foco de atención de las presidenciales en 2018.

Para entender mejor el fenómeno, el Libre Pensador entrevistó a Sandra Olaya, quien se desempeña como consultora en la Unión Europea, docente investigadora del área de derecho de la facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales y del Centro de Investigaciones y Proyectos Especiales (CIPE) de la Universidad Externado de Colombia y quien, gracias a su experiencia en el sector público en la asesoría del diseño, elaboración, coordinación e implementación de políticas públicas y proyectos de inversión, nos brinda una perspectiva desde el punto de vista académico.

Libre Pensador (L.P.): ¿Qué impacto piensa que puede tener el escándalo de Odebrecht sobre las próximas elecciones presidenciales?

Sandra Olaya (S.O.): De cara a las elecciones de 2018 hay un punto importante de campaña que va a ser la transparencia, sin embargo, ¿Cómo abordar la transparencia? Eso, por un lado, porque más normatividad no nos cabe ya tenemos estatuto anticorrupción, ya tenemos CONPES anticorrupción, ya tenemos un intento de política pública anticorrupción. Tenemos demasiada regulación, pero lo segundo es que se crea una institución “sin dientes” porque es una institución a la que no le dejaron suficiente presupuesto y tú no puedes hacer lucha contra la corrupción si no tienes el presupuesto suficiente.

Entonces por un lado hay un tema de cara a las elecciones que es qué se va a hacer en torno a la transparencia, pero con soluciones efectivas pero lo que más me parece a mí preocupante sobre este tema es la afectación que se tiene en dos puntos: la legitimidad y la confianza. La confianza en últimas es la cohesión de una sociedad y esa sociedad la confianza ya no la tiene, tan es así que a nosotros todo el tiempo nos están diciendo pilas con el taxista, pilas con el compañero, no dejes el bolso aquí, pilas cuando bajes. Todo el tiempo es una desconfianza en la sociedad impresionante, y si esa confianza además no está reforzada hacia las instituciones y además la percepción que tenemos todos de las instituciones es que no son confiables entonces ahí tenemos un problema muy grave, y el otro tema es la legitimidad, cuando uno habla de legitimidad, la clase política de un país se convierte en un ejemplo, y eso lo dice además la teoría de lucha contra la corrupción, el ejecutivo en últimas es un ejemplo, porque lo que haga el ejecutivo le da la legitimidad a las personas también para hacer cosas. Cuando el ejecutivo falla la gente se siente legitimada para hacer cosas similares a las que hace el ejecutivo o los organismos de control o los senadores, entonces es cuando tu empiezas a ver las respuestas que te dan hoy día, si ellos roban ¿yo por qué no? Y eso es fatal para un país, porque cómo empiezas tu a recuperar la legitimidad y la confianza de las personas.

Hay otro punto importante de cara al 2018 que es la financiación de las campañas, transparencia por Colombia tiene un estudio en el que se refleja que todas las campañas se volaron los presupuestos, no es solo Santos porque le entraron mil quinientos que no teníamos en la cuenta, todos se volaron los topes y lo hicieron porque la ley en últimas permite torcerla.

L.P: ¿La legislación colombiana, en términos de prevención y castigo de la corrupción, incentiva dichos actos?

S.O.: La ley permite que la corrupción sea sistémica, que esté dentro del sistema, un país en donde hay tanta regulación, donde hay sobrerregulación como en Colombia empieza a generar todos los vacíos para que por ahí entre la corrupción y entonces aquí hay leguleyos que se encargan de estudiar esos pequeños vacíos y por ahí se van, tipo el sector salud y qué pasa después, entonces el estatuto anticorrupción el 1474 de 2011 qué hizo, sacó un estatuto anticorrupción porque se habían robado todo el sistema de salud, entonces saca unas normas particulares para salud y hoy en día se siguen robando la salud, controlan una parte del dinero y la otra no, no se necesita tanta regulación, se necesitan acciones. En un país donde la justicia no está funcionando, donde además no hay unos castigos ejemplificantes para quienes se toman el erario público, puede traer varias consecuencias o la gente se toma la justicia por mano propia o se vuelve la anarquía, que en últimas ya hay estudios en Colombia de la propensión de los colombianos al cumplimiento de normas, a nosotros la norma no nos significa mucho, yo me paso el semáforo en rojo porque sí, en fin. Cuando hay sobrerregulación si hay un problema, y la corrupción no se ataca con una normativa, o sea normas hay las que quieras: hay normas de participación ciudadana, hay normas de control fiscal, hay normas contra la lucha anticorrupción específicas, hay normas de legalidad de los contratos, está todo el tema de la ley 80, de transparencia de la información, exige que todo el mundo tenga un estatuto anticorrupción en todas las entidades públicas, ¿de qué sirve?

L.P: ¿Qué deberían hacer los servidores públicos involucrados por escándalos de corrupción? ¿La presunción de inocencia no debería pasar en segundo plano cuando se trata de mantener la credibilidad y la legitimidad de la institución?

S.O.: Yo creo que en un país serio al mínimo asomo de investigación de corrupción, si una persona es sensata, ética e íntegra, que digamos ese es el punto que es importante, la integridad, la honestidad y la ética, que se perdió en los funcionarios públicos, inmediatamente deben apartarse de sus cargos, así en el futuro salgan inocentes, pero la ética a uno le dice “mire hay una investigación”, yo me aparto, entran las autoridades que tengan que entrar a hacer las investigaciones correspondientes, yo me aparto. Eso es lo que debería pasar, pero acá todo es negar hasta morir, tapar hasta morir y lo estamos viendo con Odebrecht, la ética no es un valor del servidor público en Colombia, se perdió. Por el contrario, el servidor público, no todos porque hay muy buenos, de hecho yo trabajé varios años en el sector público también, pero el colombiano entendió que el gobierno es un botín y entonces hemos llegado ya a las frases de “aprovecha que va a ser gobernador, alcalde” sobre todos los de elección popular, en el nivel territorial hay muchísima corrupción, “aproveche que va ser el secretario de obras” aproveche que va a ser tal cosa para sacar tajada y eso ya se nos salió de madre como dicen los mexicanos.

L.P: ¿Qué podíamos hacer en Colombia para terminar con la corrupción?

S.O.: Yo creo que debe haber un movimiento desde la ciudadanía. Por ejemplo, de cara a las próximas elecciones, yo creo que deberíamos votar por el voto en blanco, pero que ganara el voto en blanco. Si gana el voto en blanco, cuáles son las consecuencias constitucionales: que los candidatos que estaban en juego se tienen que ir, hay que escoger unos nuevos, eso ya nos saca a cuatro que no queremos, con los que tenemos en este instante en el panorama político la cosa sigue igual, dentro de los que tenemos en este instante no hay como un asomo de transparencia. Yo sí creo que los ciudadanos tenemos que entrar a hacer unas manifestaciones muy fuertes de lucha contra la corrupción, el problema es el cómo, tiene que ser una cosa muy sistemática, muy constante de rechazo, de denuncia. Porque además ya también un poco nos acostumbramos a que hay que pasar la plata, a que es que es así porque si no, no salgo al mercado, si yo no entro en el juego de los contratos no voy a tener juego en el mercado, y si hay empresas que si han sido suficientemente honestas y tendrán que encontrar contratos en el sector privado o en otras partes pero que en últimas no contratan con el sector público pues porque les están pidiendo dinero, conozco el caso de una entidad francesa que está aquí en Bogotá y dijo no a la corrupción y en la época de Samuel Moreno fueron y le dijeron si usted nos da el 8.5% les damos el contrato a ustedes, que era un contrato muy bueno y dijeron no y denunciaron. Entonces yo sí creo que debe haber una concientización de los colombianos, pero ese es el problema, el problema es que hay un cambio de valores terrible, así como nos acostumbramos al narcotráfico, que uno antes no quería que el narcotraficante viviera al lado ahora uno dice pues si paga la administración y no hace fiestas tan ruidosas a mí no me importa quien viva al lado y eso es lo que uno no puede permitir. A mí me encantaría que como en el libro de Saramago en el ensayo sobre la lucidez, ganara el voto en blanco.

L.P: Con base en lo últimos resultados electorales y el grado de abstención de la ciudadanía, ¿no considera que la solución propuesta se puede ver opacada por el nivel de participación?

S.O.: Los niveles de participación en Colombia cada vez son menores y es entendible, la gente se cansó, y la gente tiene tres razones para no participar, el para qué, por qué y el cómo. Y efectivamente la gente no encuentra el sentido de la participación porque adicionalmente la participación se copto bien de alguna forma por la corrupción. Yo creo que adicionalmente es un tema de valores porque hay gente a la que la corrupción no le importa, es como un dato de la causa, como que ahí está y toca convivir con ella. Hay gente que convive muy bien con ella porque le genera réditos entonces no quisiera que se acabara tampoco, así que los índices de participación si están cada vez más bajos y eso no se va a solucionar tampoco con un voto obligatorio.

Yo creo que, si es un tema de conciencia que tiene que empezar desde muchas partes, cuando yo al hijo mío que de pronto cogió por error los chicles en el supermercado y me doy cuenta a la cuadra de haber salido del almacén, no lo obligo a devolverlo y a ofrecer excusas, sino que me hago la loca, y sigo y me rio por ejemplo del tema, que es lo que sucede, ahí estoy creando un problema. Creo que es un problema que viene de muy detrás, hay  un tema de educación que es muy interesante y lo digo yo desde la universidad que en las clases he encontrado alumnos a los que la corrupción no les genera ningún tipo de escozor, o sea es un caso más un caso menos, no tiene importancia no son conscientes de lo que realmente les están quitando, porque es que el que roba al Estado me está robando a mí, eso es algo que no está interiorizado, incluso hay gente que dice que es más complicado robarle al vecino que robarle al Estado.

No, es que cuando yo le robo al Estado me estoy robando yo mismo. La gente no está interiorizando realmente las dimensiones de los temas, esto está aunado a un tema de seguridad porque ya hemos visto como se manejan las cosas, y es que también hay amenazas de por medio, también hay grupos armados en medio, ahí hay muchos temas también que están aunados al tema de la corrupción que no son fáciles de lidiar entonces está difícil yo creo que estamos en un momento muy difícil pero yo sí creo que podemos hacer algo, hay muchos que estamos interesados en que esto cambie, realmente yo creo que podemos poner aunque sea un granito de arena pero está difícil.

L.P: En este sentido, ¿podríamos afirmar que los colombianos creamos una cultura de la corrupción? (¿Cómo está Colombia a nivel de corrupción?)

S.O.: De cultura hacia la ilegalidad más que de cultura hacia la corrupción, nosotros somos la cultura de la ilegalidad, del todo vale, del vivo vive del bobo, del que es bueno es un sapo, es esa cultura. Si yo te pregunto ¿tú eres corrupta? Tú me dices no, y es como la respuesta general de todos, pero si yo te pregunto si alguna vez has dejado de cumplir alguna ley, sí. Es más bien una cultura de la ilegalidad que le va abriendo la puerta a la corrupción, porque al final del día cuando yo no cumplo las leyes que es lo que cohesiona una sociedad, son las reglas de juego de una sociedad, pues le voy dejando los huequitos a la corrupción y por ahí va entrando lentamente, entonces si yo me salto el pedacito de ley 80 y soy laxa en el cumplimiento de la ley pues evidentemente el otro aprovecha y se mete por ahí para meter al grupo que quiera, para ya entonces meter la corrupción, para ofrecer una dadiva, para alguna cosa, entonces sí creo que más que una cultura de la corrupción tenemos una cultura hacia la ilegalidad total, la gente cumple las normas de acuerdo a su favorabilidad, esta me sirve, está la cumplo y como en ocasiones no hay castigos lo suficientemente severos entonces claro, la gente si paga el predial, por ejemplo en Bogotá la gente es muy juiciosa pagando el predial porque sabe que si no lo paga entonces vienen unas acciones del Estado que son fuertes pero si no existieran pues no lo harían. Nos llenamos de excusas para la ilegalidad y la ilegalidad obviamente es la puerta de entrada de la corrupción por donde quiera que lo mires.