20 de noviembre de 2021
Parapolítica: un pasado que sigue siendo presente
Por: Daniel Mauricio Sarmiento Hernández
La mal llamada “Parapolítica”, como su nombre lo indica, es nada más y nada menos, que los nexos de grupos armados al margen de la ley de extrema derecha con funcionarios públicos de la rama ejecutiva, legislativa y judicial. Este nexo se dio a conocer luego de la desmovilización de dichos grupos al margen de la ley. Esta unión entre paramilitarismo y política tuvo su mayor auge en departamentos como (Cauca, Valle del Cauca, Santander, Antioquia, Chocó…). Este suceso se dio, debido a la descentralización política que trajo la constituyente del 91 y, como cereza del pastel, la elección popular de alcaldes y gobernadores aprobada en 1986. Como consecuencia, los paramilitares se convierten en el brazo derecho de los clanes políticos, para ostentar el poder a través del miedo, masacres, secuestros, torturas y desplazamiento forzado. Aparentemente, durante el gobierno de Álvaro Uribe, los grupos paramilitares se desarmaron y se desmovilizaron. Sin embargo, hay pruebas que indican que la parapolítica sigue vigente en el país. Conforme a lo anterior, ¿hasta qué punto hay pruebas fehacientes de que la parapolítica sigue viva?
La mal llamada “Parapolítica”, como su nombre lo indica, es nada más y nada menos, que los nexos de grupos armados al margen de la ley de extrema derecha con funcionarios públicos de la rama ejecutiva, legislativa y judicial. Este nexo se dio a conocer luego de la desmovilización de dichos grupos al margen de la ley. Esta unión entre paramilitarismo y política tuvo su mayor auge en departamentos como (Cauca, Valle del Cauca, Santander, Antioquia, Chocó…). Este suceso se dio, debido a la descentralización política que trajo la constituyente del 91 y, como cereza del pastel, la elección popular de alcaldes y gobernadores aprobada en 1986. Como consecuencia, los paramilitares se convierten en el brazo derecho de los clanes políticos, para ostentar el poder a través del miedo, masacres, secuestros, torturas y desplazamiento forzado. Aparentemente, durante el gobierno de Álvaro Uribe, los grupos paramilitares se desarmaron y se desmovilizaron. Sin embargo, hay pruebas que indican que la parapolítica sigue vigente en el país. Conforme a lo anterior, ¿hasta qué punto hay pruebas fehacientes de que la parapolítica sigue viva?
“Los 12 apóstoles”
Uno de los casos más sonados e importantes a lo largo de la historia judicial de Colombia fue el juicio contra Santiago Uribe Vélez, el hermano del hoy exsenador de la República, Álvaro Uribe Vélez. Este es señalado de ser uno de los creadores y miembros del grupo paramilitar conocido como “Los 12 apóstoles” (dicho nombre se le atribuye porque uno de sus miembros era un cura). A este colectivo se le insinúa la participación de más de medio millar de homicidios en el municipio del Yarumal, Antioquia. El señor Santiago Uribe fue investigado por más de 20 años, sin embargo, quedó libre, pese a que se contaba con el testimonio en el 2010, del policía Carlos Meneses, que lo señaló de pertenecer a este grupo cuando se encontraba en Yarumal y tuvo un encuentro directo con el señor Santiago Uribe. Inclusive, en una entrevista con Adolfo Pérez dijo lo siguiente: “el grupo tiene un jefe que se llama Santiago Uribe Vélez, que es el hermano del (entonces) senador Álvaro Uribe. Él es un ganadero de la región que tiene la hacienda cerca de Yarumal, la hacienda La Carolina. Él es el jefe de este grupo paramilitar”. Entonces, ¿qué pasó aquí? ¿Miedo? ¿Intereses políticos? O ¿ayuda de familiares?
Hasta hoy se sigue sin conocer la realidad de estos hechos, no se sabe lo que realmente ocurrió y todas las atrocidades cometidas por dicho grupo paramilitar. Muchas familias que vivieron con miedo, hasta el día de hoy, no saben dónde están sus familiares, debido a que un grupo de personas con intereses políticos, y entre ellos el hermano de Uribe. Gonzalo Guillén, periodista investigador de “La Nueva Prensa”, asegura que “una de las prácticas más atroces que se hacía aquí, era exhibir los cuerpos de las personas asesinadas por las élites políticas, amarrándolas al parachoques del carro, mientras hacían un recorrido matutino por la ciudad. En un expediente judicial quedó demostrado que Santiago Uribe mandó a arreglar el carro de la policía donde realizaron dichas prácticas deshumanas”. Sometieron a toda una población al miedo. Y que hoy día los únicos que pagan las atrocidades de esto son las víctimas. ¿Dónde está la justicia colombiana? Parece ser que está más perdida que Atlantis. Injusticia e impunidad, es lo que hoy goza Santiago y con ayuda, obviamente, de su hermano Álvaro Uribe. Daniel Coronell, en su columna de opinión en el portal los Danieles, afirma que “los propios abogados de Uribe presentaron como testigo al antiguo comandante de los soldados que cometieron los mal llamados “falsos positivos” a favor de su hermano Santiago Uribe en el juicio por conformar “Los 12 apóstoles”
Uribe y la parapolítica
La Fundación Paz y Reconciliación habla de la cercanía de Álvaro Uribe con estos grupos paramilitares y Verdad Abierta, en un artículo titulado “Los paras” y el DAS, publicó en el 2011, que estos grupos sobrevivieron más allá de él. Y aquí viene la pregunta, si tanto se le acusa a Uribe de su relación tanto personal como familiar con estos grupos armados ¿por qué no está preso? ¿Será que hay algo más allá de condenarlo? ¿Favores políticos? ¿Miedo? ¿Amenazas?
En el gobierno Uribe, el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) fue creado con el propósito de realizar inteligencia y contrainteligencia, pero, al parecer, este terminó en poder de otros de una forma “inesperada” que sorprendió a todos. Ejemplo de esto fueron dos cosas: la primera, el juicio contra Jorge Noguera en la Corte Suprema, en el que varios testimonios mostraron la infiltración de los paras en el DAS. Y el segundo, el caso más importante, fue el computador del jefe paramilitar Jorge 40, porque en dicho dispositivo se encontraron archivos con listas de homicidios, extorciones, que le fueron entregadas por el DAS . ¿Y todo bajo el gobierno de quién? Cierto, el de Álvaro Uribe. Y a qué se limitó, pues a trinar lo siguiente “Nombré a Jorge Noguera por su hoja de vida y su familia, he confiado en él, si hubiera delinquido me duele y pido perdón a la ciudadanía”. ¿Perdón por qué? Perdón por haber puesto a alguien sin los méritos para ostentar el cargo el cual solo se había encargado de ser el gerente de campaña en el Magdalena.
Álvaro Uribe, actualmente, se encuentra libre, porque no se ha podido encontrar su un nexo con los paras, pero lo que más llama la atención es que en su gobierno más de 30 congresistas se encontraron involucrados con la “parapolítica”, todos actualmente presos y lo que más llama la atención es que todos fueron de la bancada de gobierno de Álvaro Uribe. Todos presos, menos él, será que hay algo más allá que les impide a todas estas personas condenadas contar la verdad, ¿será que prefirieron asumir la culpa a tener consecuencias más graves? Todo esto hasta el día de hoy se sigue sin conocer, pero con la firma del Acuerdo de Paz, se espera que los paras cuenten toda la verdad y que se culpe a quienes durante mucho tiempo han evadido la justicia y se han burlado de todas las víctimas que ha dejado esta guerra.
Para concluir, se retoma la hipótesis inicial. La cual consiste en si hoy en día sigue existiendo la parapolítica. Y, en resumidas cuentas, podemos decir que sí, ¿por qué? Lo que en su tiempo fueron grupos armados y que sometieron al terror y miedo a las poblaciones más vulnerables, fueron los paras y que fueron más un grupo en todo el territorio nacional, pero lo que es importante es lo siguiente: luego de que muchos clanes políticos que hoy tienen en su poder distintas ciudades, luego de que robaron todo lo que pudieron, buscaron deshacerse de los paras y aquí es donde surgen las actuales “Bacrim”, que se dan luego de la reincidencia de más del 22% de los paramilitares. Es de aquí de donde nacen “Clan del Golfo” “Clan Úsuga”, “Autodefensas Gaitanistas de Colombia”. Todos estos grupos, surgieron de la desmovilización paramilitar y que, actualmente, son mercenarios, que se venden en el mercado negro al mejor postor, donde cualquiera con dinero suficiente los puede contratar para matar líderes sociales, pero porque hay gente que les paga por ello. Esta es la herencia sangrienta y corrupta que ha traído la guerra de unos pocos y nos ha afectado y nos sigue afectando a todos.