Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

20 de agosto de 2019

La posteridad como un fenómeno de la actualidad

Por: Mercy Estefanía Rojas Medina

La falsa información denominada como posverdad es una verdad a medias agigantada por las actuales armas comunicacionales que se ha convertido en una bomba que se expande gravemente. Esta hace que se mezclen lo cierto y lo incierto resultando indistinguibles a vista del público.

La posverdad es un cáncer que está devorando al mundo quitándole criterio, argumentación a las discusiones e incentivando a las personas a creer noticias absurdas. En consecuencia, ¿es posible que una mentira se vuelva la realidad de muchos?           

¿Culpa Nuestra? ó ¿Culpa de la Elite política?

La mayoría de los ciudadanos están acostumbrados a creer en todo lo que los demás dicen perdiendo así la curiosidad por encontrar la respuesta a lo inexplicable. Se asumiría que es culpa de la formación familiar, la educación o del entorno de trabajo, pero la verdad es que son los mismos individuos quienes cometen la falta y alteran la información. Sin embargo, una característica que podría explicar por qué los individuos se comportan de tal manera sería la teoría de la superestructura planteada por Gramsci, que explica la dominación de los unos sobre los otros, a partir de la percepción que cada persona tiene de la realidad conforme al lugar que se ocupa en la sociedad. Además, cave recalcar que los medios de difusión son los principales impulsores de ideologías, las cuales deciden que es bueno y que es malo. A través de ellos, tendrían el control intelectual moral, político y económico quienes, desde la clase hegemónica  impongan una ideología única a las clases subalternas. Debido a esto, se podría tener un concepto de la dominación hegemónica la cual podría ser la forma de someter a la gente.

La posverdad se podría interpretar como una fantasía que se ha convertido en realidad con el objetivo de controlar la población a favor de entidades políticas. Un ejemplo es el caso del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha excedido el uso de la fantasía, incluso el diario The Washington Post dedicó toda una investigación, que cubre el periodo del 20 de junio de 2017 hasta el 2 de marzo de 2019, según el cual cerca de 9009 afirmaciones hechas por el primer mandatario eran falsas. Otro caso es el de España, en donde, según el periódico El Confidencial, hace evidente la falsa afirmación hecha por el presidente Mariano Rajoy, la vicepresidenta y diputados los cuales habían mencionado, con las mismas palabras, que España era el país que más crecía en la Eurozona. Estas afirmaciones fueron desmentidas por un análisis del producto interno Bruto (PIB), que mide el valor de la actividad económica de un país, en donde se podía evidenciar que otros 15 países estaban por encima de España. En relación a estos resultados, se puede comprobar como la población ha estado sumida en la ignorancia, la desinformación y el desinterés de los datos, que terminan siendo un poder de manipulación que la élite política está aprovechando.

La verificación contra los medios de comunicación

La posverdad es un fenómeno que ha tomado fuerza. Las personas son un blanco fácil de influencia. Los periodistas pueden optar por la mediocridad de conseguir el primer titular sin importar la verificación de la información y todo a costa de obtener clicks, popularidad o ventas. Sin embargo, existen proyectos en donde la verificación puede adquirir poder contra los políticos y las grandes empresas.

De hecho, la verificación es un claro ejemplo de como las personas están combatiendo este terrible flagelo por medio del chequeo de información. Dicha revisión se puede hacer a las afirmaciones hechas por políticos, la historia de cultura popular y las noticias publicadas por medios de comunicación. Inclusive existen diversos proyectos como el Fact Checking en América Latina en donde Argentina, Brasil, Colombia y otros 7 países se ven involucrados para resolver problemáticas de la tergiversación de la información. Por lo tanto, se podría inferir que no todo está perdido, que aún existen quienesque se preocupan por la falsa circulación de información y quieren hacer algo al respecto.

En conclusión, la posverdad es un problema de todos y cada uno es participe de la mediocridad de la información. Aunque se cuenta con soluciones que exponen la problemática y la corrigen, nada va a cambiar hasta que todo el mundo se comprometa a resolver la falsa circulación o especulación de la información para que esto no se vuelva la realidad de muchos.

 

Recomendados Librepensador

ABC SOCIEDAD. Camacho, I. – El triunfo de la posverdad es el fracaso del periodismo.  

Chequeado – Módulo de Fact Checking para modelos de Naciones Unidas y modelos legislativos. 

El País – El presidente de las cinco mentiras diarias.  

Revista Uno – Gooch, A –  EN POS DE LAS verdades. 

El País – El arte de la manipulación masiva.  

El Confidencial –  España no es el país de la UE que más crece: Hay 15 estados que van más rápido.  

The Washington post – 100 days of Trump claims.

Kohan, N. (2001) Gramsci y Marx: Hegemonía y poder en la teoría marxista. La izquierda a debate. 

Poynter. Mantzarlis, A – there’s been an explosion of international fact-checkers, but they face big challenges.