19 de abril de 2017
La llegada del magnate: el efecto Trump en los mercados financieros
Por: Xiomara Tarazona Fernández
Con la llegada del empresario multimillonario Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos (EE.UU.), quien asumió su cargo el 20 de enero de 2017 como el 45° presidente, se vislumbraron algunas expectativas en cuanto a los cambios que se iban a generar, afectando no solo al país norteamericano, sino al sistema internacional en general, teniendo en cuenta la posición predominante de esta potencia y su impacto a nivel global[1].
Pronóstico reservado
Ciertamente, las propuestas presentadas por el magnate ocasionaron un clima político inusual debido a las medidas proteccionistas planteadas en su candidatura, las cuales ha ido cumpliendo una a una[2] desde la posesión de su cargo. En consecuencia, el comportamiento de los mercados financieros se ha visto fuertemente influenciado por todo lo que han acarreado las elecciones de EE.UU. desde la victoria de Trump hasta su llegada al poder.
Bajo este contexto y con el propósito de realizar un análisis más detallado sobre el impacto en los mercados internacionales, es pertinente preguntarse ¿en qué medida los mercados financieros se pueden ver afectados por los resultados presidenciales de la economía líder a nivel mundial? Para responder a dicho cuestionamiento, se tendrán en cuenta los movimientos más importantes del mercado en una línea de tiempo. Por un lado, durante la candidatura de Trump, seguido de la victoria, y por otro lado, después de la posesión presidencial.
Partiendo del primer momento, Bloomberg[3] reunió toda la información necesaria para revelar las expectativas que los estrategas de Wall Street tenían respecto al comportamiento de los mercados, en el escenario de que Trump fuera victorioso, o que, por el contrario, se impusiera la candidata Clinton[4]. Centrándonos en el caso del entonces candidato republicano, y lo que sucedería con su triunfo, se esperaba que las acciones tuvieran un desempeño negativo y de mayor volatilidad, con una caída del dólar frente a monedas como el franco suizo y el yen japonés, y un alza frente al peso mexicano; además de un aumento en los precios de los bonos del tesoro[5], aunado a una disminución en sus rendimientos.
En efecto, un día después del triunfo de Donald Trump frente a su rival demócrata Hillary Clinton, el miércoles 9 de noviembre de 2016, los mercados financieros se desplomaron en respuesta a la incertidumbre y al miedo generado por el éxito del magnate al haber alcanzado la presidencia de EE.UU. En principio, se predecía una victoria por parte de Clinton, pero la tendencia fue cambiando a medida que se observaba una carrera presidencial cada vez más estrecha, de acuerdo a las votaciones. Mientras que el lunes, según el periódico El Tiempo (2016), el Standard & Poor’s 500 (S&P 500) y el Promedio Industrial Dow Jones (DJIA, por su sigla en inglés)[6] presentaron su mejor jornada en ocho meses, con un aumento de 2,08% y 2,22% respectivamente, el martes, la cotización de los futuros[7] de casi todos los índices de referencia se detuvieron hasta la reapertura de la bolsa de Nueva York, debido a una caída del 5%, como lo señala El País (2016).
De igual manera, las bolsas de Asia y de Oceanía que permanecieron abiertas sufrieron bajas de más del 5% como en el caso de Japón. Sidney cayó un 1,9%, Seúl 2,7% y Hong Kong 2,8%. Asimismo, el peso mexicano perdió cerca del 10% de su valor frente al dólar y se originó una gran ola de venta de los bonos del tesoro de EE.UU. con pérdidas de USD 337.000 millones que se reportaron el día miércoles (El Mostrador, 2016).
La profecía no cumplida
Sin embargo, tras la llegada de Trump a la presidencia y su asunción del cargo, los mercados empezaron a responder positivamente, pues el DJIA que en las vísperas de la candidatura se aproximaba a los 18.000 puntos, el 20 de enero de 2017, subió 0,48% hasta los 19.827 puntos, mientras que el S&P 500 escaló un 0,34% hasta los 2.271 puntos. Adicionalmente, cinco días después de la posesión, el DJIA llegó a un nivel récord, pues, según El Universo (2017), por primera vez en la historia obtuvo la cota[8] más alta que fue de 20.000 puntos, lo cual representó un aumento del 12% en dos meses y medio.
Lo anterior se debe principalmente a las medidas que Donald Trump ha impulsado en pro de estimular la economía estadounidense, la creación de empleo, la disminución de impuestos y una mayor inversión en el gasto de infraestructura. No obstante, el 3 de febrero de 2017, el dólar alcanzó un mínimo desde los últimos seis meses, con una baja de 1%. Primero, como consecuencia de la posición de EE.UU. frente a Irán[9] que suscita a un comportamiento alcista en los precios del petróleo, y segundo, debido a que decayeron las expectativas que se tenían sobre un posible aumento en las tasas de la Reserva Federal.
En conclusión, el desempeño de los mercados financieros ha estado ligado estrechamente a la contienda electoral que se llevó a cabo en EE.UU., y posteriormente, a las decisiones tomadas por el nuevo presidente estadounidense. En esencia, se observa que cada acción que efectúa el republicano, tendrá repercusiones a nivel mundial, y los mercados internacionales serán quienes reaccionen ante dichas ejecuciones.
Como lo señala Dolci (El Comercio, 2017): “El mercado se ha vuelto más sensible a los comentarios de Trump y de sus asesores”. Teniendo en cuenta el contexto anterior, es preciso cuestionarse ¿hasta qué punto el panorama en los mercados financieros, aunque alentador por las tendencias registradas, puede afianzar políticamente a Trump y con ello, algunas de las medidas más controversiales que ha tomado en frentes como la inmigración?
[1] Para el 2016, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estableció que la economía estadounidense se posicionaba como la más grande del mundo de acuerdo a su Producto Interno Bruto (PIB), estimado en USD 18, 6 millones, seguido de China con un PIB estimado de USD 11,4 millones, Japón (USD 4,7 millones), Alemania (USD 3,5 millones), Reino Unido (USD 2,6 millones) y Francia (USD 2,5 millones). Adicionalmente, estos son los países con mayor deuda externa, pues para 2015, según Datos Macro, en el caso de EE.UU. fue de 17,1 millones de euros, cifra que representó, como porcentaje del PIB, 105,15%, luego se encuentra Japón con 8,6 millones de euros (249,11% del PIB) , China con 4,3 millones de euros (42,94% del PIB), Reino Unido con 2,3 millones de euros (89,10% del PIB), Italia con 2,2 millones de euros (132,30% del PIB), Alemania con 2,2 millones de euros (71,20% del PIB) y Francia con 2,1 millones de euros (96,20% del PIB).
[2] Trump firmó una orden para retirar a EE.UU. del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP por sus siglas en inglés), así como otra orden ejecutiva para prohibir el ingreso a EE.UU. de ciudadanos provenientes de siete países musulmanes por 90 días y de refugiados por 120 días. Nominó también al juez Neil Gorsuch en la Corte Suprema de EE.UU. , decisión que favoreció a los conservadores y firmó otra orden ejecutiva para la construcción de un muro a lo largo de la frontera con México. Todas estas fueron propuestas de su campaña y después de asumir la presidencia, ha tomado iniciativas como las mencionadas, para que una a una se vayan cumpliendo.
[3] Es una compañía estadounidense fundada en 1981, que ofrece software financiero, datos, noticias, plataformas para el análisis y el comercio de capital, y toda la información suele ser actualizada y se maneja en tiempo real.
[4] Las previsiones sobre los resultados de los mercados, de acuerdo a los escenarios planteados, pueden consultarse en El Mostrador (2016).
[5] “Los Bonos del Tesoro son títulos de deuda a medio plazo (menos de 10 años), a tasa de interés fija, emitidos por un gobierno nacional (federal), respaldado por su capacidad de pago. Los bonos son la forma más segura de inversión” (Enciclopedia Financiera, s.f.).
[6] Son dos de los índices bursátiles más importantes de EE.UU. Reflejan el comportamiento del precio de la acción de las compañías que hacen parte de cada uno de estos.
[7] Un futuro financiero es un “contrato negociado en un mercado organizado, por el que las partes acuerdan la compraventa de una cantidad concreta de un valor en una fecha futura predeterminada, y a un precio convenido de antemano.” (El Economista, s.f.).
[8] La cota hace referencia al valor más alto en el que cerró el índice del Dow Jones en la Bolsa de Nueva York.
[9] EE.UU. le había impuesto unas sanciones a Irán por su programa nuclear, a través de la prohibición de la compra de petróleo iraní e inversión en su industria de hidrocarburos. Sin embargo, hubo un levantamiento de dichas sanciones, cuando Irán redujo su programa nuclear. No obstante, EE.UU. planteó un mecanismo para que las sanciones se reestablezcan en caso de que Irán no cumpla con sus compromisos.
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