22 de septiembre de 2015
La información asimétrica o el síndrome de la “Cara de Bobo”
Por: Ricardo Montaño Sánchez
Las revoluciones sucedidas en España, Islandia y Estados Unidos, parecerían probar que el uso libre de internet sería un moderno recurso para romper las asimetrías de la información.
A nadie le gusta que le vean la cara de Bobo. Lamentablemente es una situación en la que nos hallamos constantemente, en la que descubrimos, generalmente cuando ya es tarde, que hemos tomado una decisión equivocada, hemos sido estafados. El problema es cuando le quieren ver cara de bobo a todo un país como sucedió en España o Islandia, según lo relata Manuel Castells en su libro, Redes de Indignación y Esperanza en el que no solamente detalla la fenomenal trama de estos estados en alianza con los bancos sino la respuesta creativa y exitosa de esos pueblos. Las revoluciones sucedidas en estos países así como en Estados Unidos, parecerían probar que el uso libre de internet sería un moderno recurso para romper las asimetrías de la información.
¿Existe un manejo malicioso de la información?
En la crisis de la bolsa China sucedida la semana pasada algunos analistas creyeron ver el inicio de una crisis similar a la de 2008 y que vista desde la óptica de las nuevas economías habría sido el fruto de la información asimétrica. Ese tipo de manejo malicioso de la información sería la base del actual sistema económico y político al que los expertos califican de opaco. Lo que no definen con certeza es si se debe a un ocultamiento voluntario de información necesaria o “a un caos disperso que dificulta su identificación”.
Antes de espantar a alguien con estos términos rimbombantes es necesario aclarar que todos tenemos conocimientos básicos acerca de la teoría de la Información, asimétrica así no sepamos que al uso malintencionado de información privilegiada, se le llama así, -en pocas palabras, es cuando una de las partes en una transacción sabe más la otra sobre el acuerdo en curso-.
La aparición de esta teoría en el escenario académico se da a partir de un célebre libro del economista estadounidense George Akerlof – ganador del premio Nobel y padre de la Economía de la Información, “El Mercado de los Limones” en el que tomando como base el mercado de los carros usados -que allá llaman limones-, definió como Información Asimétrica.
Pero su contribución no termina allí, en el mismo trabajo planteó ArKelof otra hipótesis que ha quedado demostrada en la manera como los estados ya mencionados enfrentaron la crisis económica sucedida en el 2008, y es que los agentes económicos no solamente manejan hábilmente los flujos de información en beneficio propio sino que se protegen en caso de que como suele sucederles a estos edificios de mentiras un día la realidad los tire al suelo. Según Akelof no solamente se trata de manipular hábilmente la información sino de rodearse de instituciones que los protejan en caso de que se presente una crisis o gran pérdida, es decir que se equivoquen y esa equivocación perjudique gravemente la economía de un país o de un grupo de países. Entonces aparecerán al quite las instituciones que ellos mismos crearon, ellas se asegurarán de que sean las víctimas las que asuman los costos.
¿La opinión pública controla?
De todo lo anterior es fácil detectar el origen del famosos “tumbe” que se practica en una gran variedad de modalidades en el medio colombiano y latinoamericano: una decisión contraria a la razón, motivada por carencia de información suficiente, pero que se da porque aunque se trata de un producto de mala calidad, aparentemente es una fuente de ganancia para ambas partes y esa una idea que genera comodidad. No es entonces su cara de Bobo o si le ayuda a sentirse mejor, no es usted el único.
Lo que demostraron las revoluciones sociales en red sucedidas a partir del 2010 es que el sometimiento no es la única respuesta frente a las decisiones de las instituciones gubernamentales, impulsadas o presionadas por el sistema financiero y económico internacional, sino que es justo indignarse y pasar a la acción no violenta y por ello doblemente creativa: “Pero fue fundamentalmente la humillación causada por el cinismo y la arrogancia de los poderosos, tanto del ámbito financiero como político y cultural, lo que unió a aquellos que transformaron el miedo en indignación y la indignación en esperanza de una humanidad mejor.”
Lo señaló con mediana claridad Jesús Ruíz Mantilla por esos días en el diario el País: “La principal novedad es el surgimiento de una opinión pública mundial que vigila, observa y valora los acontecimientos. La superposición del espacio de las nuevas tecnologías al espacio público tradicional tiene el efecto de hacer que la escena política sea más observada, desde cerca y a partir de todos los ángulos posibles (las filtraciones de Wikileaks o del espionaje americano) no hablan de la fortaleza del poder sino de su fragilidad y de la contestación que despierta. Las tecnologías de la comunicación y la información posibilitan una vigilancia democrática que era impensable en otras épocas de asimetría informativa.
La nueva forma de hacer política y de romper las asimetrías de la información está en Internet.
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