12 de febrero de 2015
Inmersos en la generación “clic”
Por: Adriana Rodríguez S.
Para los expertos, el nacimiento de la generación clic se encuentra en el surgimiento de la cadena musical MTV, quienes hicieron populares los famosos videoclips. A partir de ello, hubo una transformación de quienes se sintieron y se sienten identificados con un sistema de comunicación y de información que se adquiere con un solo clic. Dicha generación está mediada, a su vez, por el afán, “por el ya es tarde”, por el tiempo… Algunos enuncian que esta sociedad está ávida de entretenimiento y que ello ha ido en detrimento del diálogo. Aunque los especialistas reconocen las bondades que brinda la tecnología, también advierten que es peligroso que caigan en lo que llaman: “esclavos de una felicidad servil”.
MTV: el nacimiento de una nueva concepción
La televisión por cable hizo público en Norte América el canal musical MTV en los años 80, entonces, Nueva York vio nacer uno de los íconos televisivos más importantes en el mundo. El primer video musical fue “Killed the Radio Star” del grupo The Buggles. En Europa, fue “Money for nothing” de Dire Stratis. Para América Latina, el grupo Los Prisioneros fue el primero en trasmitir su canción “We are Southamerican rockers”. El éxito de este canal se constituyó en la selección de fragmentos de videos que hacían parte del Top 40. Este fenómeno de entretenimiento trajo consigo nuevos términos que ahora son famosos: videoclip y DJ (disc jockey). Para el antropólogo mexicano Jorge Alberto Hidalgo (2014), la conjunción de discursos visuales, auditivos y narrativos, además, de la yuxtaposición de texturas y colores hicieron que los jóvenes consumidores de medios no volvieran a ser los mismos. Estos son ahora reconocidos como la generación clic o my media generation. ¿Cómo se reconocen? Para Kurt Bensmiller (2006), estos jóvenes se caracterizan porque los medios juegan un rol fundamental en sus vidas, son poco receptivos a experiencias mediáticas pasivas, sus principales canales de comunicación son la música, Internet y los dispositivos móviles, filtran publicidad aceptando solo lo que consideran relevante, entretenido y significativo y, finalmente, no pueden vivir sin los nuevos dispositivos tecnológicos.
También, la generación clic está acostumbrada a adquirir información con solo presionar botón. Pero el inconveniente es que si bien se encuentra de manera fácil, algunos no están pendientes de la calidad de la misma, de la fuente y solo se limitan a reiterar lo que se encuentra en los blogs o en páginas de dudosa procedencia.
Para Hidalgo (2014), lo que prima en esta generación es el entretenimiento. “Este, un nuevo fundamentalismo, está creando su propia tradición, sus ritos, sus interpretaciones, sus modos de negociación diálogos e identidad” .
Generación clic: en la balanza
Esta nueva generación puede estar más y mejor informada, puede integrar comunidades que se movilizan por causas altruistas, puede conocer, comunicar, estar aquí y allá. Pueden tener en tan solo un clic el mundo en sus manos. Sin embargo, no deja de preocupar que la fascinación hacia el entretenimiento y la necesidad de sentirse incluido en las redes sociales, pueda erigir a un cúmulo de jóvenes con miedos y sufrimientos para quienes prima o están perdidos en las redes sociales. Frente a lo anterior, Buckingham (2006), recuerda que los medios constituyen un entramado de redes muy amplias de poder social, económico e institucional. Por ello, es vital que los jóvenes comprendan las formas complejas y contradictorias que dichas redes tienen de actuar.
Por ende, es recomendable es que el uso de las redes sociales se inicie mediante tutorías educativas de los padres y docentes para que, aprovechando su potencial de convocatoria, se indague, se dialogue, se discuta sobre las bondades y falencias de aquellas. Se rememora, entonces, las palabras de Hidalgo (2014), para que no se caiga en la esclavitud de la felicidad servil: “El riesgo de una vida centrada únicamente en la fórmula del entretenimiento no es sana ni satisfactoria, pues se puede correr el riesgo de erradicar de la existencia aquello que nos hace ser humanos, ya que no poseen las características que nos otorgan dignidad humana”.