12 de octubre de 2015
En Colombia sí es posible el Accountability social: el caso Santurbán
Por: Juan Pablo Centeno
En los sistemas políticos democráticos el control político juega un papel protagónico en el mantenimiento del equilibrio entre representantes y representados, a la vez que evita la toma arbitraria de decisiones por parte de los gobiernos y garantiza que los funcionarios públicos rindan cuentas por sus actuaciones. En este contexto, el accountability social surge como una respuesta alternativa a los desafíos que los mecanismos tradicionales de control político enfrentan. En Colombia diversos sucesos ilustran el funcionamiento efectivo de este, como es el caso de Santurbán: un ejemplo de accountability social exitoso.
Una investigación llevada a cabo por la línea de procesos políticos del Centro de Investigaciones y Proyectos Especiales (CIPE) de la Universidad Externado de Colombia determinó que el proceso de movilizaciones en defensa del Páramo de Santurbán fue un ejemplo de accountability social efectivo. Entiéndase accountability social como “un mecanismo de control vertical, no electoral, de las autoridades políticas basado en las acciones de un amplio espectro de asociaciones y movimientos ciudadanos, así como también en acciones mediáticas” (Peruzzoti & Smulovitz, 2002). Con base en este concepto, el presente artículo pretende examinar las particularidades del movimiento, los actores detrás de este y mostrar, finalmente, en qué va el proceso el día de hoy, destacando los principales elementos que el concepto enmarca.
¿Por qué se “emberracó” la gente en Santander?
El 22 de diciembre de 2009 la multinacional minera Greystar Resources Ltd. radica ante la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales – ANLA – una solicitud de licencia para la realización de explotación aurífera a cielo abierto en el Páramo de Santurbán. El denominado proyecto Angosturas. Sí, tan grave el asunto como larga la frase. Para la obtención del mineral, este procedimiento contempla la extracción de la capa superior de la tierra mediante excavación o métodos explosivos que comprometen seriamente la integridad del suelo, la fauna y la flora, poniendo en riesgo la capacidad del ecosistema para producir agua. Cabe recordar que este complejo abastece del líquido vital a un estimado de 1’700.000 personas en diversos municipios de Santander y Norte de Santander, incluyendo sus respectivas capitales1.
El 31 de mayo de 2011, días después de que la multinacional canadiense desistiera ya del proyecto, el Ministerio de Medio Ambiente negó la solicitud de licencia2, dejando como resultado un movimiento organizado cuya vocación de cívica de control se mantiene hasta hoy.
El movimiento en defensa del agua
Sin perjuicio de la temprana alerta de algunos activistas, el proyecto recibió atención por parte de la sociedad civil a mediados de 2010, más de un año después de iniciado su trámite, durante la socialización del mismo en la Cámara de Comercio de Bucaramanga. Es en ese momento cuando las acciones de protesta de algunos ambientalistas experimentan una metamorfosis que los convirtió en un movimiento social. Erwing Rodríguez Salah, entonces director de la Federación Nacional de Comerciantes (FENALCO) en Santander, nos contó en entrevista que de dicha exposición del proyecto nace su preocupación y decide llevar esta ante la mesa directiva de la organización que en el momento presidía.
A partir de ese momento, es posible identificar los principales elementos que hacen de este caso un proceso de accountability social exitoso. En primer lugar, el caso muestra una potencial decisión de la administración pública que resulta problemática para la sociedad civil y por lo que es susceptible de ser controlada.
El largo trámite que se le dio a la licencia ambiental para el proyecto Angosturas fue motivo de preocupación para la sociedad civil, representada en organizaciones como el Comité para la Defensa del Agua y el Páramo de Santurbán que, en coordinación con organizaciones estudiantiles, religiosas, universidades, colegios, empresas públicas y privadas, sindicatos y grupos ambientalistas, y con el apoyo de actores estratégicos como FENALCO, lograron frenar el proyecto. Lo anterior nos muestra el segundo elemento constitutivo del accountability, que es el sujeto que controla.
Un tercer elemento es la manera en que se controla. Las organizaciones involucradas hicieron uso de diversos repertorios de acción enmarcados dentro de estrategias movilizacionales y mediáticas, como plantones, uso de redes sociales, participación en debates televisivos y marchas –como la marcha Defendamos el Agua de Bucaramanga llevada a cabo el 25 de febrero de 2011 que contó con la asistencia de aproximadamente 40.000 personas.
¿En qué va el tema hoy?
Si bien el proyecto Angosturas no fue llevado a cabo, el Páramo de Santurbán aún enfrenta diversas problemáticas que representan dilemas e intereses encontrados. Por un lado están los pobladores de los municipios que se hubieran vistos beneficiados laboralmente por la ejecución de Angosturas, así como también se encuentran los agricultores que han llevado a cabo su actividad económica por generaciones y que se ven afectados por la delimitación realizada por el gobierno nacional en diciembre del año pasado. Además, la minería en Santurbán no era una novedad. La minería artesanal en el páramo, que contempla el uso químicos de alta toxicidad como el mercurio, data de décadas atrás y es la actividad económica de muchos de los pobladores de los municipios aledaños al páramo – Vetas, California, Suratá, entre otros-.
Para concluir, es importante destacar que el éxito del movimiento permitió que del mismo se derivaran organizaciones cuyo objetivo es promover la participación ciudadana, el interés por los asuntos de índole pública y la veeduría y control de las acciones y decisiones de entidades gubernamentales. En los momentos más álgidos de las movilizaciones, el Comité para la Defensa del Agua y del Páramo de Santurbán agrupó a diversas organizaciones ambientalistas y de expertos, para posteriormente convertirse en el Movimiento Cívico Conciencia Ciudadana. De modo que, para resumir, dicha investigación permite afirmar que en Colombia sí es posible, no solo llevar a cabo movilizaciones, sino constituir movimientos sociales y efectuar procesos de accountability social efectivo.
Recomendados El Libre Pensador:
Revista Zero – El caso del páramo de Santurbán: accountability social exitoso.
La Croix – En Colombie, Erwing défend l’eau de sa ville
El Tiempo – Minambiente delimita 98.954 hectáreas, el 76 % del páramo de Santurbán