27 de agosto de 2018
¿Cuál es la forma de vida prioritaria? Consideraciones sobre la discusión política del aborto en Argentina
Por: Sofía Muñoz Castro
Después de un largo periodo de movilizaciones sociales y debates relacionados con la legalización del aborto en Argentina, el pasado 9 de agosto – después de pasar en la Cámara de Diputados – perdió en el Senado, con 38 votos en contra, 31 a favor y 2 abstenciones. Esto es extraño en uno de los países más progresistas de América Latina: fue uno de los primeros países en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo; la adopción homoparental; y dio un paso gigante al posibilitar el cambio de sexo en documentos oficiales y aprobar procedimientos de cambio de sexo gratuitos para personas transexuales.
El aborto ha sido ilegal en Argentina desde 1921 e implica penas de 1 a 4 años de cárcel para las mujeres que decidan interrumpir su embarazo. Existen excepciones contempladas por la ley como: si la vida de la madre corre peligro o el embarazo fue producto de una violación.
Las cifras de mujeres muertas por abortos clandestinos no son claras, pues no figuran en los informes de organismos oficiales, no obstante, la Dirección de Estadística del Ministerio de Salud de Argentina registra 245 muertes de mujeres gestantes, de las cuales, 43 registran como causa el aborto. Según el médico argentino entrevistado por TN (cadena informativa de este país), las instituciones de alguna manera manipulan estos registros, omitiendo la palabra aborto con el fin de evitar la criminalización del caso, generando un subregistro y el ministerio de salud es consciente de esta situación. Si se suman los casos registrados y las estimaciones de los que no, estos representarían la principal causa de muerte de mujeres gestantes en Argentina.
Argumentos a favor. El aborto como un problema de salud pública y de derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo:
Algunas voces de la población a favor de la despenalización del aborto exponen que es una problemática de salud pública, por lo que no caben argumentos religiosos.
No se discute si el aborto está bien o está mal; este ha ocurrido, ocurre y ocurrirá, sea legal o no. Lo que se busca con la legalización es que este no siga ocurriendo en la clandestinidad, y si debe hacerse, que sea en condiciones seguras. La senadora María Magdalena Odarda explica esta posición de manera contundente: “Hoy tenemos una legalización parcial. Por eso estamos hablando de una ampliación de derechos. Con esta ley también se va a garantizar que ninguna mujer se vea forzada a interrumpir su embarazo, porque su consenso debe ser explícito. No habrá más ni menos abortos, pero habrá menos mujeres muertas”.
También se ha argumentado el derecho de la mujer de tener soberanía sobre su cuerpo: a ninguna mujer se le obliga a abortar, pero se esperaría que si este fuese el caso, esta pudiese hacerlo de la manera menos traumática posible; es innegable que abortar no es un proceso fácil, ni física ni mentalmente, es complicado contemplar el caso de una mujer que aborte por deseo, por lo que se esperaría que no se estigmatizara a la mujer por decidir hacerlo. El senador Pino Solanas hizo referencia a esto: “¿Cómo es posible que acá exista una mayoría que cree que le puede imponer a la mitad o más de la mitad de las mujeres argentinas su mirada y su concepción del mundo?”.
Argumentos en contra. El aborto concebido como supresión de una vida:
Algunos argumentan que es la terminación violenta de una vida (considerando vida a lo que se da desde la concepción hasta la muerte), y por lo tanto se estaría vulnerando el derecho fundamental, siendo esto inconstitucional y contrario al del Código Penal de ese país. El senador Federico Pinedo lo presenta así: “Pueden no estar de acuerdo con la Constitución, pero no digan que la manera de proteger al niño es eliminar la vida de este. Y el Código Civil dice que el niño es persona humana desde la concepción”.
Otros presentan soluciones a los embarazos no deseados: la implementación de educación sexual y acompañamiento por parte del Estado a la madre en el proceso de gestación y crianza. La senadora Silvia Giacoppo afirma que: “Pidamos un Estado presente que acompañe a la mujer pobre, a la mujer vulnerable, que acompañe a la crianza de los chicos y que podamos tener la mejor de las leyes cuidando, de verdad, las dos vidas”.
Si bien el debate es pertinente, y deberían ser tomados en cuenta los diferentes puntos de vista, es importante reconocer el problema que se está dando, problema que ha afectado, y seguirá afectando a mujeres, no solo en Argentina sino en todo el mundo. El aborto es una realidad así que es importante que, si se llega a dar (y en ningún punto se está sugiriendo u obligando a nadie a practicarlo), la mujer tenga la posibilidad de hacerlo de manera segura y sin una carga adicional por parte de sus allegados y de la sociedad; así que además de ser una lucha jurídica y legislativa, es una lucha cultural.
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