1 de febrero de 2015
Centenario del Canal de Panamá: el orgullo y la decepción de un pueblo
Por: Juan Felipe Mendieta
Más allá de los factores históricos, la independencia panameña de Colombia, el papel de los Estados Unidos en el proceso y los proyectos de Ferdinand de Lesseps. Los cien años del Canal de Panamá se presentan bajo una coyuntura nacional llena de incertidumbre, enmarcada en el incumplimiento del objetivo de celebrar la ocasión con la apertura del Canal más grande. En el cual, el papel de empresas extranjeras, obreros inconformes, sobre costos, líos legales, el Canal de Suez, y hasta las intenciones del gobierne nicaragüense; cobran importancia en la vida nacional de los panameños que ven como su Canal pierde importancia a nivel internacional y como sus ingresos disminuyen.
Desde que las obras dieron inicio en agosto de 2009 las protestas fueron recurrentes, al igual que las exigencias de los trabajadores con respecto a aumentos salariales que reflejaran horas extras y días feriados trabajados, mayores medidas de seguridad y quejas sobre mal trato por parte de los empresarios extranjeros. Lo cual llevo a un cese de actividades a partir del 16 hasta el 23 de enero en 2012 y otro en abril de este año durante 15 días.
Una obra con altos costos
De acuerdo al ex presidente Martín Torrijos los costos de la obra oscilarían alrededor de 2.500 millones de dólares, los cuales se pagarían en plazos por las empresas navieras. Posteriormente, APL-Drewry Shipping Consultants, consultora de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), estimo el costo entre 5 y 13 mil millones teniendo en cuenta los sobre costos que este tipo de construcciones normalmente generan. Finalmente, la empresa ganadora de la licitación para la construcción del Tercer Juego de Esclusas, Sacyr Vallehermoso proveniente de España, y quien lidera el consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC) encargado de realizar la obra en su totalidad, aceptó el trabajo por un precio 300 millones por debajo de lo estimado por la ACP. Ahora bien, actualmente el proyecto permanece retrasado por alrededor de un año, y tanto la ACP como el GUPC se encuentran enfrentados en un juicio de arbitraje internacional llevado a cabo por la Cámara de Comercio Internacional de Miami, iniciado el pasado 21 de julio como consecuencia de los pleitos financieros de inicio de año que detuvieron la construcción del 5 al 20 de febrero de este año y que terminaron con el acuerdo de inyectar 200 millones de dólares más provenientes de adelantos y préstamos otorgados al consorcio, en el cual el GUPC reclamó el pago de 1.600 millones de dólares como consecuencia de los sobre costos que había incurrido a causa de información geológica errónea brindada por la ACP a inicios de la obra en 2009.
No obstante, los costos para el Estado panameño no solamente se encuentran evidenciados en el dinero y el tiempo que ha tenido que invertir en la construcción de las nuevas esclusas, sino que además el lucro cesante por cuenta de las limitaciones físicas no es para nada despreciable. Para la última década, de acuerdo a la contraloría panameña, el Canal vivió su auge de tráfico más alto durante marzo de 2009, cuando el tránsito de buques se calculó alrededor de 1400, en contraste con la experiencia de junio de 2014 cuando el registro fue de menos de 900 buques, sin mencionar que, aunque en cada año se presenta un lapso de uno o dos meses en el que el transito es superior al del resto, para el 2013 dicho pico represento ingresos relacionados con 1100 embarcaciones aportantes (disminución de 3% con respecto a 2012), para 2012 fue de 1200 y para 2011 de 1300. Con lo cual se concluye que evidentemente los ingresos al país por parte de su canal han disminuido muy considerablemente.
Un potencial inmenso
De forma paralela, el Canal Suez, principal competidor del Canal de Panamá y cuyos responsables ya anunciaron una aplicación para los años venideros, registras ingresos por pagos de peajes con flujos totalmente opuestos a los de su contra parte. Así pues, la cantidad de toneladas transportadas a través del canal ha estado en constante crecimiento a partir de febrero de 2009 cuando presento la circulación más baja para la década (menos de 55000 millones toneladas), siendo agosto de 2011 el periodo de más alta circulación (más de 82000 millones toneladas), el cual hasta el 24 de agosto de 2014 está en proceso de repetirse. De forma tal que, mediante un análisis simple de cantidades transportadas en cada uno de los canales, es evidente que la disminución de ingresos en Panamá es ocasionado principalmente por la preferencia que sus clientes ahora tienen por el de Egipto, ciertamente como consecuencia de los tamaños de buques que se pueden pasar por cada uno de ellos.
Sin embargo, a pesar de lo ya mencionado y lo que se pueda llegar a pensar sobre la importancia del canal interoceánico en una economía como la de Panamá, según la CEPAL, para el año pasado, cuando los ingresos de los peajes ya se habían reducido (1863 millones de dólares, 0.4% menos que el año anterior) el crecimiento económico del país se estableció en 8.4 %, y para este año se calcula en 6.7 %, como consecuencia del crecimiento de sectores como transporte, telecomunicaciones, alimentos, minería, construcción, intermediación financiera, actividades inmobiliarias, entre otras.
Para terminar, resulta algo nostálgico evidenciar como una obra arquitectónica que representó la solidificación de la ambición y las capacidades humanas al ser construida, y que se sostuvo en la cúspide por casi cien años, hoy ve como su potencialidad se ve mermada y sus clientes históricos prefieren transitar otros caminos. Un intento para encontrar culpables resultaría absurdo e inoficioso pues independientemente de quien lo sea, es el pueblo de Panamá quien ya está pagando por el desastre y lo seguirá pagando por cuanto se planea que parte de los costos de la ampliación sean traslados a los buques que transiten por el canal, quienes, evidentemente continuaran prefiriendo el Canal de Suez ya no por tamaño si por disminución de costos. Aunque es de apreciar el hecho de que el grandioso despliegue del crecimiento económico en Panamá durante los últimos años logra opacar en medida considerable el efecto de la mala administración y falta de seriedad en la ampliación del Canal, por lo cual la situación es ejemplo que demuestra la gran capacidad de reacción del país centroamericano frente a lo que podría denominar “desgracia” económica, el cual muchos otros países de la región deberían replicar.
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