5 de septiembre de 2015
Partidos, avales y elecciones: reflexiones acerca de la cultura política colombiana y su sistema de partidos
Por: Juan Pablo Centeno
La postulación de candidatos para las elecciones regionales a llevarse a cabo el próximo 25 de octubre ha suscitado un sinnúmero de interrogantes y disyuntivas que exponen a la luz pública las principales afecciones que padece la cultura política y el sistema de partidos en Colombia. La compra de avales, la trashumancia electoral, la propaganda electoral extemporánea, la doble militancia y la abstención de voto en las anteriores contiendas electorales suponen retos para la democracia en aras de consolidar una cultura cívica de participación.
Parranda de avales
El proceso de postulación de candidatos encendió las alarmas en torno a los mecanismos usados para alcanzar un cargo de elección popular y los incentivos que tienen los políticos para llegar a estos. Desde la óptica de la teoría de la elección pública, las contiendas electorales no se entienden como la manifestación de un deber ciudadano en donde algunos aspiran al poder para servir a la sociedad. Por el contrario, esta perspectiva plantea que el candidato, guiado por su racionalidad individual y maximizadora, buscará el poder para beneficiarse de las ventajas y remuneraciones que ofrecen tales cargos.
Lo anterior explica por qué la entrega de avales, creada inicialmente como un voto de confianza y respaldo para el candidato, se ha convertido en un mercado en el que es el mejor postor quien se quedará con este. Tales han sido los casos en las diferentes regiones del país (Santander, Cundinamarca, Sucre, entre otros), en donde los partidos se han visto implicados en la venta de avales1. En algunas ocasiones, los avales prometidos a aspirantes fueron luego retirados, como fue el caso de Liliana Rendón, aspirante a la gobernación de Antioquia por el partido Centro Democrático, por razones que los partidos han decidido reservarse o atribuyendo tal proceder a circunstancias internas del partido.
El déficit de representación de los pequeños partidos en comparación con los tradicionales, la falta de vigilancia y control por parte de las autoridades en las regiones y la manera en que se orientan los ciudadanos hacia los objetos políticos (sean candidatos o instituciones) son fenómenos que generan caldo de cultivo para hacer de los avales un producto que puede adquirir quien tenga cómo pagarlo y que termina perjudicando a candidatos que, aunque representen los intereses de la comunidad y sean respaldados por esta, necesitan del aval para participar del derecho de ser elegidos.
Del mismo modo, la falta de institucionalización del sistema de partidos ha contribuido a la necesidad de los aspirantes de buscar avales, sea en el partido que sea, conllevando muchas veces a causales de inhabilidad por doble militancia. Dicho problema está asociado también a las facilidades de ingreso y salida dentro de los partidos políticos, provocando una ruptura en la unidad de los mismos.
Retos para la democracia
Según el diario El Heraldo, entre noviembre del 2014 y agosto de 2015 se han presentado 629 denuncias por propaganda electoral extemporánea, mientras que Colprensa asegura que en 375 municipios del país se llevan a cabo investigaciones por el denominado trasteo de votos3. A tales problemas se suma la aún alta abstención de voto que padece el país que ha sido de más del 40% en las elecciones de 2011 y de 2007 y de más del 50% en Bogotá para las tres últimas elecciones. Puede afirmarse que el problema de la poca participación electoral es síntoma de la desconfianza ciudadana hacia el sistema de partidos y ocasionada, retomando la perspectiva de la teoría de la elección pública, por los altos costos que puede representar para una persona salir a ejercer su derecho al voto, cuando consideran que su voto no hará mayor diferencia.
A su vez, el papel de los medios de comunicación es trascendental, sea para enriquecer o perjudicar el proceso electoral, ya que son ellos quienes presentan la información acerca del estado de las campañas y financian las encuestas que se llevan a cabo, influyendo en la decisión de voto de las personas. Ejemplo de cómo puede ser esto contraproducente son las encuestas reveladas por Ipsos Napoleón Franco el lunes 3 de agosto y por Cifras & Conceptos el martes 4 del mismo mes acerca de la intención de voto por la Alcaldía de Bogotá. La primera daba como favorito a Enrique Peñalosa con el 30% de intención de voto por encima de los candidatos Rafael Pardo y Clara López con 19% y 14% respectivamente, mientras que la segunda mostraba un empate técnico entre López, Pardo y Peñalosa con 21%, 21% y 19% respectivamente.
La situación descrita permite entrever que es necesaria una revisión a los incentivos que se ofrecen para quienes aspiran a ocupar cargos de elección popular, de manera que se consolide la institucionalización del sistema de partidos. Adicionalmente, la participación de los medios de comunicación debe procurar informar al elector, ya que la disparidad en la revelación de encuestas resultan confusas para quienes ejercerán su derecho al voto y distorsionan la información disponible acerca del proceso electoral. Del mismo modo, si bien la ley es estricta en términos de umbrales, hace falta mayor vigilancia sobre el proceder de los partidos por parte de los organismos encargados, como Comisión Nacional de Control y Asuntos Electorales de la Procuraduría y el Consejo Nacional Electoral, y una mejor regulación que permita consolidar un sistema político participativo y con disciplina de partido.
Recomendados Libre Pensador:
ElTiempo.com – ‘No predominó ningún ejercicio democrático en la entrega de avales’
La Silla Vacía – Así es el festival de los avales, 22 de julio de 2015
El Heraldo – En Colombia hay 629 denuncias por publicidad fuera de términos, 7 de agosto de 2015.
Semana – Instructivo para la entrega de avales para las próximas elecciones.