29 de septiembre de 2014
Copa do Mundo
Por: Paula Moncada
Como bien se sabe, cada cuatro años se celebra la tan anhelada Copa del Mundo. En este acontecimiento que rompe las fronteras de las naciones, todos nos unimos para festejar el triunfo de los países que compiten en este evento el cual tiene un gran impacto a nivel internacional. Desde los niños hasta los adultos mayores, el mundo se paraliza y se concentra en las jugadas, los penaltis, las faltas y todo lo que ocurre en los encuentros deportivos, causando de este un evento que genera motivos de conversación, discusión y análisis, que son factores usados por la prensa para distraer a la sociedad de la realidad interna que viven las naciones.
La Copa y su impacto social
A través de los años, el mundial de fútbol ha adquirido una gran importancia a nivel internacional. Se convirtió en el evento más importante transmitido desde distintas plataformas de comunicación como la televisión, la radio y la internet y, evidentemente, el más visto durante el mes que éste dura.
Al interior del país, el fútbol se encuentra polarizado por las grandes hinchadas de los principales equipos locales como Santafe, Millonarios, Nacional, entre otros, cuyas barras bravas protagonizan los conflictos más violentos en cuanto a resultados se trata. Según el portal Talented Football “hoy en día la sociedad no sólo está en crisis económica y el fútbol puede convertirse en el mejor instrumento para enseñar o reafirmar los valores, la ética y la moral. Elimina barreras raciales, se olvida de los nacionalismos, aboga por la igualdad y el progreso”.
Teniendo en cuenta este análisis, podemos notar como ciudadanos la medida en que los crímenes entre hinchas se ven reducidos notablemente cuando juega la selección, representando un sentimiento de pasión y orgullo por nuestra bandera tricolor dejando de ser 46 millones de personas y convirtiéndonos en una sola nación.
¿Copa mundial o excusa mundial?
Debido a su fama y su gran impacto social, la copa del mundo es utilizada como una estrategia de marketing: se hace publicidad y patrocinio a distintos productos, donde la imagen de los jugadores es indispensable para la buena comercialización de los mismos. Pero adicional a esto, los gobiernos de cada país aprovechan el desarrollo de este evento para usarlo como un medio de distracción, con el fin de que la población no vea la realidad económica, política y social en la cual están sumidos los países.
Cada cuatro años, en los países anfitriones siempre se presentan protestas por parte de la población debido a los gastos públicos desmedidos para financiar este evento. Si tomamos de ejemplo el caso de este año que ya se encuentra a la vuelta de la esquina, en Brasil se han venido dando distintas protestas contra el evento en ciudades importantes como São Paulo y Brasilia.
Según el portal web de TVN, Televisión Nacional de Chile, “Este fin de semana, cientos de personas salieron a las calles para protestar contra el evento en diferentes ciudades de Brasil. Según los gastos del Mundial de Brasil 2014 aumentaron en más tres mil millones de dólares, cifra que triplica al presupuesto presentado por el país carioca a la FIFA en 2007.” Este reclamo social, que dejó a gran cantidad de detenidos y a un herido, sucedió cuando la población brasileña salió a expresar su rechazo por el alto costo que hasta la fecha han tenido los preparativos. Este reavivó el enojo de una parte de la población que se queja de los escándalos de corrupción que han sido denunciados en torno a la construcción de la infraestructura que se utilizará en el evento.
Estas manifestaciones causaron que la FIFA expresara, en una nota enviada a la agencia AFP, que la federación “respeta el derecho de la gente a protestar de forma pacífica mientras los derechos de todos sean respetados, y condena cualquier tipo de violencia”. Finalmente, teniendo en cuenta estos factores se puede reafirmar algo que las naciones deberían entender; la copa mundial se supone, debe ser un evento recreativo mas no lucrativo, que una poblaciones enteras mas no que las divida, que aporte a la sana convivencia, a los valores de la sociedad y a sanar viejas heridas entre naciones.