13 de abril de 2015
#YoSoyColombia y pienso en Kenia
Por: Valeria Restrepo Gomez
Escuchaba a mi abuelo hace poco, intentar decir palabras en francés. Y se lo imaginarán: un costeño de 70 años que a duras penas “machaca” el inglés— como el diría— según lo que los nietos le hemos enseñado. Y lo llamo hoy a preguntarle qué opina de la absurda masacre de los 148 estudiantes de la Universidad de Garissa y su respuesta es ¿Dónde queda Garissa?
¡MUNDO! Esa es la pregunta que no deberíamos tener que hacernos. La gran mayoría, por no atreverme a decir que todos los periódicos y medios de comunicación del mundo se refirieron en enero al caso de Charlie Hebdo y el “brutal abuso a la libertad de expresión”; del que fue objeto. En marzo, una fracción islámica asesinó a 23 personas, entre ellos dos colombianos. El mundo se estremeció por la inseguridad en Túnez. Hoy los principales periódicos del mundo tienen una o dos noticias de los asesinatos en Garissa, que— para responder la pregunta de mi abuelo y de otros curiosos — queda en Kenya, África.
Las redes sociales siempre están pendientes de lo que se conoce como “Trending Topic” o “Tema del Momento”. Me llamó la atención que no viera fotos, memes, hastags, cómics y demás de este hecho. Buscando encontrar algo, me tomé la tarea de husmear en las principales redes como Twitter e Instagram y encontré que, teniendo en cuenta la proporción de tiempo, la diferencia del uso del trending #Jesuischarlie con respecto a #148notjustanumber, es evidente la ínfima reacción que se percibe alrededor del mundo sobre lo sucedido.
Será porque es Kenya, o porque son africanos, o porque son la bandera del ébola, o porque están tan alejados de la realidad occidental, que no nos interesa. Tal vez, algunos ya están acostumbrados a escuchar desgracias africanas. Al contarle a mi abuelo de lo sucedido su reacción no fue de indiferencia. En cambio, otras personas con las que he podido conversar del tema respondieron: “a esa gente siempre le pasan cosas así”. Es decir, la violencia como nuestra reacción se convirtió en un lugar común: indiferencia.
Entonces, me pregunto, ¿Están los medios de comunicación practicando esta misma tendencia? La verdad no lo creo. Pero sí alarma lo que anunció el grupo islamista somalí Al Shabab: “el pueblo keniano es la primera víctima de la guerra que esta por empezar”. Veamos cómo se comportan los medios de comunicación si este grupo llega atacar a algún país del Norte de África, donde los intereses estadounidenses superan la supuesta cooperación para el abierto mercado y se inclinan un poco más al petróleo y sus diferentes recursos energéticos. Si es así, triste sería el hecho de comprobarlo.