Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

7 de abril de 2017

Rafael Uribe: un enfermo más en la cárcel

Por: Laura Camila Carrillo Vega

Es increíble, que, para muchos, el hecho de Rafael Uribe Noguera haya violado y asesinado a Yuliana Samboní tenga justificación; que digan que es por culpa de las drogas y el alcohol que un ser humano de 38 años puede engañar, torturar y violar a otro de 7.

Entiendo que las sustancias alucinógenas creen cambios de conducta en los seres humanos, por ejemplo, el bazuco, que engancha tanto a la persona que la lleva al estado de indigencia, pero, ¿una droga puede causar que una persona viole a otra?, si fuera así, ¿cuantos drogadictos violarían niños?

El problema de Rafael Uribe Noguera, no son las drogas, el sí está enfermo, y Yuliana muy probablemente no era su primera víctima, era la primera con visibilidad y con un poco de suerte, la última.

Sin embargo, el señor Uribe Noguera, no debería ir a la cárcel, debería ir a una institución donde traten todos los problemas que dice tener, entre esos, el de la pedofilia, en una transmisión de Blue radio, relataban lo sucedido los últimos momentos de Yuliana, como fue engañada para subir al auto, como fue vestida con ropa interior roja y como fue bañada en aceite (que fue pedido a domicilio), algo planeado, no producto del momento, como se quiere hacer ver.

Nestor Morales, el conductor del programa de las mañana de esa emisora, dijo algo importante: Yuliana era la combinación de todo lo vulnerable, era mujer, era pobre y era menor de edad, las posibilidades de no ser descubierto y juzgado eran enormes, pero de alguna forma se hizo justicia, si es que eso es mandarlo 51 años y 10 meses a la cárcel, con posibilidad de rebaja de pena una vez que haya cumplido tres cuartas parte de su condena.

Una vez se empezó a rumorar que Garavito iba a salir libre, el principal argumento de quienes abogaban por su liberación, era que después de tantos años recluido, él había reflexionado, se había dado cuenta de que sus acciones estaban mal y que ya se había curado de su pedofilia, ¿se puede asegurar eso cuando se ha estado en una cárcel rodeado de hombres mayores de 18 años?. Las personas como Garavito o como Rafael Uribe, no pertenecen a la cárcel, pertenecen a instituciones aptas para trabajar sus problemas mentales y sexuales. Si bien es cierto la gente puede tener fetiches extraños, querer mantener relaciones sexuales con niños, es una enfermedad.