7 de mayo de 2015
Las compañías privadas de seguridad ¿una necesidad inminente?
Por: María Adelaida García Londoño
Con la caída de la Unión Soviética, el conocimiento de muchos individuos ex militares sobre el uso de las armas, las técnicas de combate y el mantenimiento del equipamiento militar se hizo más notorio, comercial y público. Tanto así que las diferentes compañías privadas de seguridad –CPS se encargaron de publicar las actividades que ofrecían como servicios comunes e incluso las instituciones gubernamentales de los diferentes países los contrataban para realizar actividades de apoyo, consultoría o entrenamiento militar.
Las CPS en Colombia: Una actividad del siglo XX
En Colombia estas compañías empezaron a realizar actividades desde 1991 especialmente para entrenar a los nacionales sobre mantenimiento de aeronaves y su correcta utilización. Estas compañías, como DynCorp y MPRI se enfocaron en el apoyo operacional y servicios de consultoría y asesoría, respectivamente. Con la implementación del Plan Colombia en 2002, la funcionalidad y operatividad de las CPS cambió radicalmente. Ya no realizaban operaciones de apoyo a los ejércitos regulares, sino que se convirtieron en parte fundamental de la lucha contra el narcotráfico, los grupos armados ilegales y la debilidad institucional.
Las CPS contratadas por Colombia comenzando el siglo XXI eran directamente dependientes del Departamento de Estado y trabajan de la mano con la DEA y la CIA en actividades que no involucraran peligro inminente o pérdidas humanas. Por esto, se concentraron en actividades de apoyo, logística e inteligencia, y establecían una contratación de un personal que no fuera ciudadano de Estados Unidos y así reducir la responsabilidad estatal frente a sus connacionales.
La ONU y la OTÁN como plataformas en busca de las CPS
Hoy en día, las CPS se han vuelto más específicas, eficientes y relevantes frente a la realización de cierto tipo de operaciones, lo que ha llevado que incluso la ONU las tenga en cuenta como uno de los principales mecanismos para el despliegue de fuerzas debido a su rapidez. Es más complejo movilizar las tropas de los ejércitos regulares de ciertos países como se podría realizar en la misma Organización o en la OTAN.
Las intervenciones de las CPS en las operaciones de paz de Naciones Unidas se convirtieron en una situación común debido a la facilidad de contratación, operación y pago con las mismas. Ahora los Estados no están dispuestos a establecer operaciones de paz en algún país del mundo debido al desgaste militar, económico y político que se debe hacer para esto, por lo que la contratación de las CPS se volvió excesivamente más costa y, de igual manera, un negocio comercial totalmente rentable que genera más incentivos económicos que cualquier ejército regular del mundo.
Las CPS en el posconflicto colombiano
Con la especificidad de actividades que se requiere en las “nuevas guerras”, las CPS han transformado sus procedimientos y han comenzado a participar en actividades tan relevantes como el desminado, la cooperación frente a la reforma de sector defensa de los países, los proyectos de inteligencia, los servicios de ayuda humanitaria, entre otros. Si este es el caso, ¿Por qué Colombia no contrata alguna de estas CPS para el proyecto de desaminado que se está desarrollando actualmente y se profundizará con la firma de la paz y el posconflicto?
Como ya se mencionó, las CPS son excesivamente más costos de utilizar que los mismos ejércitos regulares debido a la profesionalización del personal de las mismas y el riesgo que sus empleados corren al ejercer labores relacionadas directamente con el conflicto armado en Colombia.
Adicionalmente, la doctrina réspice similia del Presidente Santos, donde busca establecer mayor cooperación con los vecinos y otros países en vez de dirigir la política exterior colombiana hacia Estados Unidos como se hizo durante todo el siglo XX, busca un alejamiento tácito frente a la dependencia militar y táctica de Estados Unidos y ya que las CPS dependen de los más altos niveles políticos de Estados Unidos como el Departamento de Estado y la DEA actúan según las necesidades del Congreso de Estados Unidos y los intereses nacionales que la agenda internacional establezca. Colombia ha desarrollado un marco legal centrado en la prestación de servicios de seguridad privada que no están relacionadas con la actividad militar y debido a esto muchas CPS que operan en Colombia no se regulan por las reglas establecidas por el gobierno colombiano.
Sin embargo, la capacidad militar, técnica y logística de las CPS se convirtió en un ejemplo a seguir para las instituciones gubernamentales colombianas. El uso de tecnologías avanzadas y la correcta aplicación de las mismas en el marco del conflicto armado colombiano sentaron bases para que las instituciones de inteligencia colombianas lograran una percepción y participación mayor en el mismo. Por esto, Colombia debe confiar en sus Fuerzas Militares y establecer proyectos y actividades que fomenten esas bases institucionales para el desarrollo de un posconflicto estratégico y cohesionado con los actores del mismo.