28 de julio de 2014
La pandemia del álbum del mundial
Por: Daniel Esteban Salazar
Es llamativa la desaforada fiebre que ha desatado el lanzamiento del álbum del mundial de fútbol. Pocas cosas generan tanta pasión de una manera tan generalizada. En esa medida vale la pena hacer un repaso por la emoción que genera este particular artículo que causa furor comercial, así como, por otro lado, es importante destacar la alteración de lo cotidiano causada por el mundial y reflejada en el proceso de llenar este álbum con el fin de analizar hasta qué punto llegan a ser desmesurados los efectos sociales causados por el evento deportivo que se avecina.
Estamos a unos 60 días de la copa mundial de la FIFA. Y de a poco el fútbol se va apoderando de la vida de la mayoría.
¿Por qué llenar el álbum? ¿Cuál es el encanto?
El día martes 18 de febrero, salieron a la venta las “monitas” del álbum Panini y para el miércoles ya todas las fotocopiadoras, tiendas e incluso los vendedores de la calle 12 las tenían exhibidas. La gran euforia que acontece el lanzamiento de estas láminas que vuelven a muchos unos niños, llevan a reflexionar sobre varios aspectos relacionados con llenar el álbum. Para empezar, se construyó una lista de 10 cosas positivas que generan tanto agrado en la gente por el álbum y podrían parcialmente justificar el desorden:
- Es el mejor preámbulo al evento deportivo más importante en el mundo, que se celebra cada 4 años, nos pone a mil saber que el mundial está a la vuelta de la esquina.
- Lo emocionante que resulta abrir un sobre y conseguir un escudo, un estadio o cualquiera de las fichas de la primera página.
- Cambiar las laminitas. No hay nada como deshacerse de las monas repetidas e ir completando el álbum.
- Comprar sobres, sobres y más sobres. Pocas cosas superan la emoción de no saber qué monas se encuentran dentro de estos.
- Hacer la lista de las fichas que te faltan, actualizarla, perderla y volverla a hacer.
- Llenar toda la selección Colombia y sentirse realizado porque después de 3 mundiales volvemos a participar y no solo eso, ¡podemos ser la gran sorpresa!
- Compartir en familia. Llenar el álbum con tu papá, hermano o incluso tu novia.
- Conseguir jugadores como Falcao , Cristiano Ronaldo, Messi, Pirlo y cualquiera que sea tu jugador favorito, no tiene precio
- Abrir un sobre y encontrarse con la preciosa lámina de Panini.
- Por último, pegar la última laminita para completar el álbum es lo mejor de toda la lista
Todos estos aspectos son emocionantes y no son cosa de todos los días. No obstante, llama mucho la atención, ver como la fiebre de cambiar láminas y comprar sobres se propaga como una gran pandemia que de a poco contagia a todo el que tiene contacto con alguien que ya está en la enfermedad.
Podría no ser tan trascendental…
Llega a causar incluso gracia, ver que los estudiantes destinan la mayor parte posible de su ingreso a la inversión en el álbum, resignando otros gastos como fotocopias, cigarrillos, trago e incluso comida, todo con tal de comprar sobres, ahorrar para la caja o llenar el álbum lo más rápido posible, como sea.
Por estos días, los deberes académicos, la discusión sobre la coyuntura política del país (que generalmente resulta cosa de cada día en el Externado), las actividades extracurriculares y todo lo que no sea fútbol, mundial y álbum, pasa a un segundo plano para un considerable número de estudiantes cuya única preocupación y prioridad es intercambiar monitas con quien sea posible.
Esto es claramente una derivación de la fiebre mundialista que empieza a inundar de a poco los días del país. En ese sentido, es bueno hacer un llamado a la calma y reflexionar sobre hasta qué punto se vuelve enfermizo modificar en tal medida los hábitos para una cosa que no pasa de llenar el álbum del mundial.
Queda claro, teniendo en cuenta todo lo anterior que llenar el álbum resulta, ciertamente, una actividad placentera y gustosa para la mayoría. No obstante, es importante pararse a reflexionar sobre las demás dimensiones que se ven implicadas en un proceso aparentemente tan sencillo.
Es decir, el proceso de llenar el álbum, refleja un desorden y una salida de la rutina generalizada en virtud del evento de la Copa del Mundo. Pero el punto es que por más importante que sea el álbum en particular y el mundial en general, el desorden y la salida de los esquemas rutinarios como un fenómeno de origen social acaban afectando otros aspectos de la vida que podrían ser mucho más determinantes que un campeonato de fútbol y el boom mediático derivado de este. El álbum acaba siendo, por su naturaleza comercial, el reflejo de los vicios sociales del consumo y los excesos.
¿Y ustedes ya llenaron el álbum?