20 de mayo de 2015
El Tratado de Libre Comercio entre Colombia y Corea del Sur: reflexiones en torno a la industria de automóviles y autopartes
Por: José Andrés Duarte García
¿Qué impacto tendrá el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y Corea del Sur en el sector de automóviles y autopartes? Como se demostrará, frente a la industria competitiva de Corea del Sur en este ámbito, caracterizada por una cadena ya abastecida por sus propios proveedores, los desafíos, para ese sector, en la relación comercial de Colombia con el país asiático, son significativos. Para elaborar esta reflexión, el artículo está divido en tres partes: la primera sopesa los pros y los contras del libre comercio; la segunda examina el sector de los automóviles y las autopartes en Colombia; la tercera hace lo propio en el caso de Corea del Sur.
El libre comercio en blanco y negro
El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y Corea del Sur, aprobado en diciembre del 2014, revivió las discusiones que cada tratado de libre comercio conlleva. Colombia busca abrir puertas en el mercado asiático y las razones no faltan. Asia Oriental y Pacífico es la región en desarrollo de más rápido crecimiento en el mundo (World Bank [WB], 2014). Adicionalmente, cuenta con mercados de alto nivel de ingresos, como el coreano (USD $33,200 PIB per cápita PPP[1], año 2013[2]) y el japonés (USD $37,100 PIB per cápita PPP, año 2013) o de gran consumo, como el chino. En este contexto, se busca impulsar el crecimiento de nuestras industrias, expandiéndolas en mercados donde sus productos lleguen con cero aranceles o posiciones favorables, en comparación con otros. Sin embargo, así como los TLC buscan un incremento de ingresos, vía exportación, para industrias y productos, vía importación también se observa la reducción de costos para los consumidores nacionales. A la par con industrias y productos que podrán beneficiarse -como el café, las flores y las frutas-, existen también sectores, en el mercado interno colombiano, que tendrán que someterse a una competencia exigente, como lo es el sector de automóviles y autopartes, los cuales tendrán a grandes competidores mundiales con precios más bajos.
El comercio y los TLC son instrumentos que incentivan el crecimiento económico y, por esa vía, el desarrollo económico de los países. Varios economistas han encontrado que las diferencias entre países, en términos de producción per cápita, son explicadas por las diferencias en la apertura a los mercados que dan cuenta, incluso, de los contrastes en cuanto a ingresos (Nallari & Griffith, 2011). Otros, por su parte, destacan, adicionalmente, como beneficios de los flujos comerciales y los tratados de libre comercio, la ampliación en la capacidad de consumo de los países; el incremento en los niveles de producción; el aumento en los ingresos reales; la posibilidad de aprovechar economías de escala; el fácil acceso a recursos escasos y mercados mundiales (Todaro & Smith, 2012). Los TLC presionan, asimismo, a las economías, en el sentido de inducir cambios estructurales que propenden por la eficiencia y buena asignación de recursos, como mano de obra, capital y tierra. Así mismo, estimulan y exigen una mayor innovación, para mantener condiciones de competencia.
Sin embargo, también existen críticas, en el marco de los proteccionismos existentes, como las condiciones iniciales dispares de los países al comerciar, las barreras al comercio y otras fallas de mercado que amenazan la capacidad productora local. Otras críticas subrayan el inequitativo intercambio entre el Norte y el Sur y señalan, a partir de lo anterior, que las ganancias resultan ser menores para el Sur (Todaro & Smith, 2012).
Automóviles y autopartes en el marco del TLC: ¿qué esperar?
El TLC con el país asiático podría, sin duda, beneficiar a algunos sectores[3] -tema que no será abordado en este espacio-, pero otros, como las autopartes y automóviles, tendrán grandes desafíos por delante. De allí que el Congreso de la República haya aprobado el TLC entre Colombia y Corea del Sur con salvaguardia a favor de dicho sector, además de la línea blanca, ámbitos en donde el gobierno desgravará sus aranceles en un plazo de 12 años y apoyará al sector con practicantes del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), créditos del Banco de Comercio Exterior de Colombia (BANCOLDEX) y asesoría internacional.
Como se demostrará, frente a la industria competitiva de Corea del Sur en este ámbito, caracterizada por una cadena ya abastecida por sus propios proveedores, los desafíos, para ese sector, en la relación comercial de Colombia con el país asiático, son significativos.
La industria de las autopartes depende, en gran medida, de la industria de ensamblaje de automóviles. Las autopartes son clasificadas en dos grandes categorías: por un lado, equipamiento original -es decir, asociadas, directamente, con el ensamblaje- y, por otro lado, postventa. En el primer caso, representan entre un 66% y 75% del total comercializado. Los proveedores de las partes para ensamblaje se dividen en tres diferentes sectores -conocido como el TIER 1, 2 y 3-, en función de qué tan terminado se encuentra el producto para la entrega a la ensambladora. En la modalidad postventa, por su parte, hay dos categorías: repuestos y accesorios. Los repuestos reemplazan las partes de equipamiento o ensamblaje -como baterías, llantas, luces y transmisiones, entre otros-, mientras que los accesorios son los forros para las sillas, los protectores, las piezas de confort, lujo o mayor seguridad (Departamento de Comercio de los Estados Unidos – Oficina de Transporte y Maquinaria,. 2011).
En Colombia, la industria de automóviles y autopartes representa el 4% del PIB. De este porcentaje, el 1,1% corresponde al ensamble de motocicletas (Asociación Nacional de Empresarios de Colombia [ANDI], 2013) y utiliza el 2.5% del empleo en la industria manufacturera (PROCOLOMBIA, s.f.). Al considerar, únicamente, el sector de autopartes, Colombia vendió USD$ 3,817 millones en 2014, de los cuales USD$ 1,527 millones eran autopartes hechas en el país (Asociación del Sector Automotriz y sus Partes [ASOPARTES], 2014). Colombia cuenta, además, con alrededor de 18 plantas ensambladoras de autos, buses y motos. Al respecto, se destacan GM Colmotores, Sofasa Renault, Hino Motors, Nissan -productora de buses Nissan- y, recientemente, la planta de Foton. Mazda, conocida como la Compañía Colombiana Automotriz, cerró el año pasado porque era menos costoso producir en México y exportar con cero aranceles a Colombia, gracias al tratado entre ambas naciones.
Por su parte, la industria automotriz coreana, quinta en el mundo en términos de producción, le impone desafíos a la colombiana con compañías como Hyundai Motor Company, cuarta productora de autos en el mundo, seguida de KIA y otras como Ssang Yong o Samsung-Renault, fabricantes conjuntos de carros para el mercado coreano. También se encuentra Daewoo que ahora se concentra en camiones. Hace un año, tuve la oportunidad de visitar Hyundai Motor Company, la fábrica más grande del mundo, en términos de producción anual de carros. Ubicada en Ulsan, Corea del Sur, produce un carro cada 12 segundos, aunque algunos estiman el tiempo de fabricación en 8 segundos. Al día, equivale a una cifra de 5,600 carros. Hyundai Motor cuenta con 10 filiales especializadas en la producción de diferentes tipos de partes para sus carros. Las filiales se encuentran en Corea del Sur y cada una está especializada en uno de los subsectores descritos previamente, lo que incluye repuestos y accesorios. Hyundai Motor Company, en América Latina, cuenta con una planta en Brasil y otra, en marcha, en México. Cuentan, además, con una en Estados Unidos que suple la demanda de autos de alta gama para el mercado estadounidense.
Frente a la industria competitiva de Corea del Sur en este ámbito, caracterizada por una cadena ya abastecida por sus propios proveedores, no se ven oportunidades para ese sector en la relación comercial de Colombia con el país asiático. El sector de las autopartes depende, en buena medida, de la cadena de ensamblaje, como fue mencionado y, si los carros ingresan ensamblados al país, no habrá mucho por aportar. Colombia es proveedor de partes de equipamiento original a ensambladoras en el mercado local, junto con Venezuela y Ecuador, entre otros (ANDI, 2013), como también lo es en materia de repuestos y accesorios, aprovechando, sobre todo, el mercado de los usados en Colombia. Sin embargo, se podría prever que la llegada de carros nuevos, sin arancel, hará que el mercado del usado y, por un tiempo, el de repuestos disminuya. En el momento en que los carros nuevos demanden repuestos, esperemos no sea tarde para que el sector colombiano los abastezca. Lo anterior, depende de las estrategias que se desarrollen y del posicionamiento de la industria en otros mercados, como el regional y el centro americano, donde es competitivo, lo que supone el desarrollo de nuevas líneas de autos para el tipo de consumidores de la región.
La competencia puede fortalecer al sector si se le acompaña de una estrategia apropiada, no necesariamente a partir de subsidios gubernamentales, pero sí, entre otras medidas, fortaleciendo la mano de obra local, apoyando actividades de investigación y desarrollo, otorgando beneficios tributarios por inversión en tecnología, reduciendo las trabas al momento de exportar y mejorando la infraestructura. Para exportar un contenedor de 20 pies se requieren, en promedio, 14 días para llevarlo a puerto, con un costo, en promedio, de USD$ 2,355, muy superior a varios países de la región e, incluso, a países con un TLC con Corea del Sur como Perú, donde este mismo proceso tarda 12 días y cuesta USD$ 890 (WB, 2015). En ese orden de ideas, son de gran importancia los acompañamientos que vienen realizando el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MINCOMERCIO) y PROCOLOMBIA para encontrar nuevos mercados.
En conclusión, el sector autopartes tiene enormes potencialidades que no pueden desconocerse, tanto así que, por ejemplo, integra los sectores del Programa de Transformación Productiva (PTT) desde el 2009. Ahora bien, son enormes los desafíos que enfrenta en el marco del TLC entre los dos países. El mercado, en este ámbito, no puede verse limitado al comercio entre Colombia y Corea del Sur[4]. Si bien su supervivencia depende, en buena parte, de la manera como se afronte este desafío, hay que recordar que el país ha venido tejiendo y abriendo puertas en otros mercados que suponen beneficios para el sector. El comercio de autos y autopartes es grande en el mundo y Colombia tiene algunos pasos adelantados que, con una actualización apropiada de la política industrial de automotriz y autopartes, ajustada a los TLC vigentes y condiciones actuales del sector, podría sobrellevar el desafío señalado, de la mano con otros mercados por abastecer y nuevos productos a proveer.
[1] Este indicador expresa el producto interno bruto, PIB, en términos de dólares internacionales, a partir de tasas de paridad en el poder adquisitivo, PPP, por sus siglas en inglés, purchasing power parity. Más información en Banco Mundial [BM], 2015.
[2] Tanto el PIB, expresado en dólares internacionales, a partir de PPP, para Corea del Sur como Japón son tomados de BM (2015).
[3] Nota del editor: ver, en este dossier, la entrevista a Javier Aguirre (Ministerio de Industria, Comercio y Turismo) quien afirma que el sector agrícola es uno de los potenciales beneficiarios del TLC entre Colombia y Corea del Sur, en tanto dicho país se caracteriza por una demanda creciente de alimentos, tendencia compartida con otros socios comerciales importantes en Asia, como China y Japón.
[4] Para el buen aprovechamiento del TLC, es importante, también, revisar las barreras no arancelarias, no visibles en el acuerdo. Ver la experiencia de Chile y Perú con sus tratados es importante. Denuncias de trabas a alcohol, carnes y productos agrícolas se han presentado, formalmente, ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y otras, informalmente, en foros académicos donde he asistido. Hoy, Colombia es, incluso, mejor calificada que Corea del Sur por el Economic Freedom Index (EFI) en donde la apertura de mercados, con el libre comercio, es de 81.2 sobre 100, mientras que Corea del Sur alcanza solo el 72.6. Incluso, en general, al compilar todos los componentes, Colombia se ubica de 28 mientras Corea de 29 (Index of Economic Freedom, 2015).
Recomendados Libre Pensador:
PROCOLOMBIA – Tratado de Libre Comercio Colombia Estados Unidos
Programa de Transformación Productiva [PTP] – Sector Autopartes y Automotriz
World Bank [WB] – Doing Business 2015. Going Beyond Efficiency
Bibliografía
Central Intelligence Agency [CIA]. (2015). World Fact Book. Recuperado el 22 de abril de 2015 de CIA
Nallari R. & Griffith B. (2011). Understanding Growth and Poverty: Theory, Policy, and Empirics. Washington D.C.: World Bank.
TODARO, M. & SMITH, S. (2012). Economic Development. 11th Edition. Boston: Addison-Wesley.