Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

11 de agosto de 2014

El 9 de Abril: parte de nuestra realidad

Por: Paula Tabares

El asesinato de Jorge Eliécer Gaitán fue un hecho seguido del descontento del pueblo, evidenciado no solo en la capital sino también a lo largo de toda Colombia. El magnicidio trajo a flote la capacidad de la sociedad para manifestarse, lo que hasta la actualidad se ha mantenido en una constante disputa contra la injusticia.

 Después de ocurridos los hechos se ha puesto en evidencia lo que significaron para el país, de esta manera hoy en día aún se ven los estragos que dejaron los eventos desencadenados de este acontecimiento. Inmediatamente después de la acometida en contra de Juan Roa Sierra la violencia se exacerbó en el territorio colombiano, no solamente por medio de revueltas y hurtos también en un claro distanciamiento entre los conservadores y liberales de la época.

Un debilitamiento de la izquierda

 Por un lado para quienes veían a Gaitán como “ El Caudillo del Pueblo” llamado a hacer frente a la injusticia social y la corrupción por parte de la clase dirigente, el 9 de abril fue el medio por el cual se debilitó y deslegitimó las intenciones del pueblo. Como argumenta Ricardo Arias en su articulo “ Los Sucesos del 9 de abril de 1948 como legitimadores de la violencia oficial” , la reacción de sus adeptos fue publicitada por la oposición a lo largo del tiempo para menoscabar las bases ideológicas de una izquierda que ya se había visto lo suficientemente afectada.

La idea de que el comunismo fuese la cuna de los “revoltosos” se ha perpetuado hasta la actualidad con la debilidad que ha tenido la oposición en Colombia, como concluye Arias -los gobiernos se han encargado de criminalizar las protestas sociales- responsabilizándolas de una violencia que tiene raíces en más de una sola causa. Aún hoy se ha visto la debilidad que tienen las diferentes formas de oposición en el país, un claro ejemplo fue la gran segunda derrota por parte de la injusticia al ser asesinado Luis Carlos Galán, e incluso más presente, el resultado de las pasadas elecciones legislativas, que demuestran que el magnicidio del 9 de abril aún hace parte de la cultura política del país.

Si bien la izquierda se vio debilitada, una consecuencia mucho más notable hoy en día se derivó de la percepción que tuvo el pueblo de que el camino político se había cerrado, esto trajo consigo la consolidación de guerrillas. De estas guerrillas una parte de filiación liberal ,después del gobierno de Rojas Pinilla se desmovilizó, mientras la otra, mucho más escéptica se mantuvo y se fortaleció en el descontento social hasta culminar en 1964 con la consolidación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

Una fuente del conflicto armado

Esta lucha entre las Fuerzas Militares y las Farc ha sido la piedra angular de la política colombiana durante la ultima década, dejando un saldo para nada favorable para la población civil que ha sido la principal afectada en esta lucha.

Hoy en día se ha hecho diferentes marchas para conmemorar los hechos del 9 de abril de 1948, sin resarcir realmente los daños que se han mantenido desde su acontecer. Resulta sugestivo el nuevo significado que ha tomado el 9 de abril para el país. La ley de victimas que tiene como propósito “saldar una deuda histórica” estipuló que desde el 2012 el 9 de abril sería el Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas. Se tiene claro que este día fue la herramienta con la cual se dio paso a un conflicto que hasta el día de hoy sigue latente.

Finalmente vale la pena recordar el renombrado “Bogotazo”, que en menos de un día modificó el rumbo de un solo país, se satanizó la oposición que se manifiesta y se dio inicio a un conflicto de dimensiones inimaginables. La historia del país enseña mucho más que un hecho puntual, en este caso rodea cada espacio de la realidad política del país que de cara a las próximas elecciones se debate en el futuro de un proceso de paz que cada candidato contemplará de manera diferente.

Recomendados:

Biblioteca Virtual Luis Angel Arango – Los sucesos del 9 de abril de 1948 como legitimadores de la violencia oficial

Revista Semana – Del ‘bogotazo’ al Día por las víctimas del conflicto